Tras los operativos de vigilancia en la en el Mercado La Nueva Viga en la alcaldía Iztapalapa, llevados a cabo desde el pasado 11 de febrero, la Agencia de Protección Sanitaria (APS) de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México destruyó 35 kg de pescados y mariscos en malas condiciones.
Para ello, se visitaron 19 bodegas, se ejecutaron cuatro medidas de suspensión de actividades y dos aseguramientos. Asimismo, se impartieron 655 pláticas y 309 visitas a establecimientos.
A través de una tarjeta informativa, la APS dio a conocer que el propósito de estos operativos es evitar riesgos sanitarios a la población por la ingesta de productos del mar que no reúnan las condiciones para su consumo en esta temporada de cuaresma.
Por otro lado, también la Secretaría de Desarrollo Económico informó que realizaría un operativo por Semana Santa en el Mercado la Nueva Viga, del martes 30 de marzo al viernes 2 de abril, en un horario de 06:00 a 12:00 horas, con el objetivo de garantizar el cumplimiento de las medidas sanitarias contra el COVID-19.
Y es que según la tradición católica, durante todos los viernes de Cuaresma -periodo de 40 días- no se puede comer carne roja y, por tanto, la dieta alimentaria principal es el pescado. Este 2021 se tiene previsto comercializar alrededor de 325,000 toneladas de productos pesqueros y acuícolas en todo el territorio nacional, según el Gobierno de México.
Ante ello, autoridades capitalinas y federales han mantenido operativos como el mencionado para verificar que la calidad de los productos pesqueros sea la óptima para el consumo de la población mexicana.
En ese sentido, también la ONG Oceana ha realizado sus propios estudios en varias entidades del país a fin de dar a conocer las especies del mar que son sustituidas por otras y como tales se venden en supermercados.
“Se está engañando a los consumidores de pescado porque se les da especies muy baratas y se les vende como especies mucho más caras. Encontramos que una de cada cuatro veces la sustitución era por especies de mucho menor valor”, explicó a Efe Mariana Aziz, responsable del estudio “Gato por liebre” de Oceana.
“Muchas veces la sustitución fue por basa. Esta es una especie que se produce masivamente en países asiáticos, sobre todo en China y en Vietnam. Nosotros la importamos y se está vendiendo como si fuera mero o huachinango (pargo rojo), que son pesquerías de gran importancia nacional y que contribuyen mucho a las economías de comunidades locales”, indicó.
Además, la sustitución puede dañar “a la salud de los mares” y a especies protegidas como el tiburón mako, vendido como marlín o cabrilla, pescados mucho más comunes, agregó la integrante de esta ONG que vela por la protección de los océanos.
Asimismo, el año previo, Oceana realizó otro análisis en el que algunas pescaderías realizaban prácticas fraudulenta por las que no se daban kilos completos de pescado, ya que hasta el 50% del peso del producto empacado correspondía al glaseado, una capa de agua congelada que protege a los productos del mar para su distribución, pero de la cual se abusa para engañar al consumidor.
De todos los filetes de pescado y camarones congelados analizados en marzo del 2020 se halló un porcentaje de glaseo de 16.37%. Además, de 85 muestras en 10 marcas de supermercados diferentes en la Ciudad de México, el 98% tenían glaseado sin informar que así era.
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