Mario Delgado, el dirigente nacional de Morena, el partido en el poder en México, aseguró este lunes que el INE (Instituto Nacional Electoral) “se quedó atorado en el pasado, aplicando viejas prácticas del pasado”, por lo que “se tendrá que pensar seriamente desde el Congreso de la Unión si renovarlo o exterminarlo”.
“No podemos permitir un retroceso en el avance democrático. La democracia que hoy tenemos en el país es resultado de una lucha del pueblo de México de muchos años y ahora la derecha pretende utilizar a la institución electoral para frenar el movimiento”, declaró desde Villahermosa, Tabasco, en el sur del país.
El líder morenista aseguró que algunos consejeros electorales, en lugar de ser árbitros imparciales, están actuando como “gatilleros del PRIAN”, en referencia a la alianza opositora de partidos, entre ellos el PRI (Revolucionario Institucional) y el PAN (Acción Nacional). Asimismo, los invitó a enfrentar a Morena a través de las urnas, no disfrazados de árbitro cargando la mano hacia un partido.
Delgado también advirtió que el INE ya se sumó al TUMOR (Todos Unidos Contra Morena) y, tal como su nombre lo dice, “representan una formación maligna, el cáncer de la corrupción”. “Entonces, a esos consejeros que ya decidieron ser parte del TUMOR, los invito a que se sumen al Acuerdo Nacional por la Democracia que ha convocado el presidente de la República, para que dejemos que en estas elecciones la gente decida”.
Sin mencionarlos, el dirigente morenista se refirió sin mencionarlos al consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, y al consejero Ciro Murayama, en quienes las principales críticas de Morena se han concentrado. Apenas la semana pasada, el partido con el control de ambas Cámaras del Congreso pidió en San Lázaro la remoción del primero.
Incluso el PT (Partido del Trabajo), aliado de Morena en el Congreso, propuso desde enero y reflotó la idea en las últimas semanas de iniciar un proceso de juicio contra Córdova y Murayama, a quien el oficialismo ve como a dos representantes de la oposición y no a dos árbitros electorales.
Y es que en las últimas semanas Morena, incluido su fundador, el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha escalado sus ataques contra el INE, que tomó dos decisiones clave de forma consecutiva que impactarán directamente las elecciones del próximo 6 de junio, las más grandes en la historia del país, donde se renovarán 15 gubernaturas, la Cámara de Diputados y casi 21,000 puestos locales.
Primero, el Consejo General del INE definió una serie de reglas para evitar que, como resultado de los comicios intermedios de este año, haya una sobrerrepresentación de partidos políticos por encima del 8% en San Lázaro, como pide la Constitución.
Este movimiento generó indignación en Morena, el favorito a ganar las próximas elecciones, ya que lo vieron como un ataque directo al oficialismo, que ha aprovechado esa sobrerrepresentación en las Cámaras para ampliar su mayoría, de por sí amplia, en el Congreso. “Es un atentado contra la soberanía popular”, dijeron en aquel momento.
Pero, además, el INE también le retiró las candidaturas a dos prominentes candidatos de Morena: a Félix Salgado Macedonio y a Raúl Morón, ambos aspirantes a las gubernaturas de Guerrero y Michoacán, respectivamente, dos de los grandes favoritos a ganar los comicios en dos entidades clave en 2021.
La decisión del INE fue tomada luego de que una de sus comisiones recomendara hacerlo, ya que ambos, junto a otros 50 aspirantes de diferentes niveles a lo largo de la República, no presentaron los gastos de precampaña que tuvieron, lo que trasgrede la ley y permite que sus candidaturas sean canceladas.
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