Este domingo 28 de marzo, se alcanzaron índices de contaminación históricos en la Ciudad de México.
Como consecuencia de las fuertes rachas de viento del Frente Frío Número 46, se levantaron densas tolvaneras que envolvieron a la capital en una tormenta de polvo que redujo notablemente la visibilidad, y provocó unos valores de calidad del aire “extremadamente malos”.
A través de un comunicado, la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) explicó que los niveles de polución se dispararon por las partículas PM10 que arrastró la tolvanera. Estas se forman por procesos mecánicos, como las obras de construcción, la resuspensión del polvo de los caminos o el viento, y pueden ser desde restos diminutos de cemento y metales, hasta hollín, cenizas, polvo, o polen.
Por su tamaño, 10 micras de diámetro, estas partículas son lo suficientemente pequeñas como para ingresar a la garganta y a los pulmones, según explica la Agencia de Protección Ambiental de EEUU en su sitio web. Y en concentraciones muy elevadas, como la que se registró en la Ciudad de México este domingo, el riesgo a la salud es extremadamente alto, y pueden provocar tos, secreción nasal y ardor en los ojos.
“Las personas con afecciones cardíacas o pulmonares pueden tener más síntomas cuando los niveles de PM10 son altos. Los síntomas pueden incluir sibilancias, opresión en el pecho o dificultad para respirar”, explica la EPA en su sitio web.
Según los datos publicados por la CAMe, los valores máximos de PM10 registrados el domingo se recabaron en la estación de Tultitlán (625 puntos). Le siguieron UAM Iztapalapa (581 puntos), Nezahualcóyotl (564 puntos), Camarones (562 puntos), y Chalco (472 puntos).
Para entender hasta qué punto los niveles de contaminación en la Ciudad de México fueron “extremadamente malos”, basta con observar la tabla de medición de la mala calidad del aire de la EPA, donde el valor máximo es de 300 puntos. Cualquier índice que rebase esa concentración refleja una calidad del aire “extremadamente pobre”.
En la Ciudad de México, la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (SGIRPC) emitió la alerta por fuertes vientos a las 13:00 de la tarde. Dos horas después, el Sistema de Monitoreo Atmosférico advirtió que las tolvaneras arrastrarían partículas contaminantes, por lo que pidió a la población quedarse en casa.
Azcapotzalco, Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza, Álvaro Obregón, Tláhuac, e Iztapalapa fueron las alcaldías en las que se activó la alerta máxima, de color morado, a las 19:00 horas; mientras que en Benito Juárez el aviso fue rojo. En Twitter, la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, explicó que el polvo llegó a la capital desde Hidalgo y Puebla.
“Me informa el Servicio Meteorológico Nacional que los altos niveles de partículas se deben a tolvaneras provocadas por el Frente Frío 46 que cruzó el centro del país. Por la sequía los vientos levantaron tolvaneras que también llegaron al Valle de México. El pico máximo fue cerca de las 17:00 horas. Me envían imagen de satélite. La línea está sobre el Edomex, CDMX, Puebla y Tlaxcala. El polvo (color café) provino de Hidalgo y Puebla”, explicó junto a una fotografía satelital en la que se aprecia la densidad de la tolvanera.
Para la tarde de este lunes, la Secretaría de Medio Ambiente (SEDEMA) advirtió que se espera mala calidad del aire. Desde las primeras horas, se registraron valores “malos” en Chalco, por presencia de PM10.
“Si vives o te encuentras en el municipio de Chalco, recomendaciones para la protección de tu salud. Grupo sensibles: evitar actividades físicas tanto moderadas como vigorosas al aire libre. Toda la población: reduce actividades físicas vigorosas al aire libre”, indicó el Sistema de Monitoreo Atmosférico.
Además, pidió al resto de los ciudadanos de la capital y zona conurbada evitar hacer ejercicio en la calle.
A pesar de la contingencia que provocó el paso de la tolvanera, las partículas PM10 no fueron las únicas que afectaron a la Ciudad de México el domingo. Dos incendios, uno provocado en la Sierra de Guadalupe, en Ecatepec, y otro en un basurero de Nezahualcóyotl, aumentaron las concentraciones de PM2.5. Con un grosor inferior al de un cabello humano, estas puedes desplazarse con gran facilidad hacia los pulmones cuando los ciudadanos inhalan el aire de la ciudad.
“Los niños, las personas mayores de 65 años, las mujeres embarazadas y las personas con enfermedades del corazón o pulmonares (incluyendo asma) son más sensibles a los efectos de respirar estas partículas. Los síntomas pueden incluir sibilancias -silbido agudo al pasar el aire por los conductos respiratorios-, opresión en el pecho y dificultad para respirar”, explica la EPA.
Por las fuertes rachas de viento, que se movieron entre 45 y 61 km/h, se desprendieron más de 25 árboles en diferentes alcaldías.
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