Gumersindo Cortés González, sacerdote de la parroquia Cristo Rey, en Dolores, Hidalgo, fue asesinado el sábado en la comunidad Mesa de López.
Su cuerpo fue encontrado esa misma noche en un camino de terracería con heridas de bala en la cabeza y pecho. Horas antes su familia lo había reportado como desaparecido. A unos metros del cadáver fue hallada la camioneta del párroco. La causa del crimen es hasta ahora desconocida.
Cortés González, conocido por sus feligreses como “el padre Gumer”, pertenecía a la diócesis de Celaya, apenas el pasado 9 de marzo había cumplido 38 años como sacerdote. Tenía 63 de edad, y era originario de Dolores Hidalgo. Había sido director de la Casa de Ejercicios del Santuario de Atotonilco, en San Miguel de Allende, y párroco en la iglesia de la Asunción, en el Barrio del Zapote, en Celaya.
La comunidad católica publicó fotos y mensajes en las redes sociales en memoria del sacerdote. La Diócesis de Celaya confirmó su muerte.
“Nuestra Diócesis está de luto, nuestra Parroquia está de luto, nuestra comunidad está de luto, y cada una de nuestras familias están de luto, y nuestro corazón también lo está. Descanse en paz nuestro Párroco Gumersindo Cortez González, quién nos vio nacer y nos vio crecer y nos acompañó hasta su último día ¡Que Dios le conceda el descanso eterno!”, señalaron en una publicación.
El padre Jesús Palacios Torres, vocero de la Diócesis de Celaya, dijo al Sol de Salamanca que la muerte del sacerdote es la primera ocurrida en toda la Diócesis y expresó que la Iglesia lamenta con tristeza la muerte violenta de la cual fue víctima, al igual que las muertes de tantos hombres, mujeres, amas de casa, comerciantes, estudiantes y profesionistas que también han tenido que sufrir las consecuencias de la violencia que está desatada en el entorno.
“La iglesia siempre va a defender la vida desde el momento de la concepción hasta su muerte natural y va a reprobar todo aquello que atente contra la vida, es un hecho difícil de asimilar como todos los demás hechos de los fieles, de cualquier ser humano que tenga que sufrir esta situación de violencia”.
“Al parecer es el primer sacerdote asesinado en la Diócesis de Celaya, hasta donde yo sé en mis 25 años que tengo de sacerdote más otros 15 años de formación, no hay registro de que alguien haya fallecido de una muerte violenta, sí tenemos casos de sacerdotes que han sido extorsionados, que de repente les roban el carro, pero ya a estas circunstancias no habíamos tenido registro”, añadió.
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