El turbio conflicto del fiscal Alejandro Gertz Manero y su familia política tras la muerte de su hermano

La hija de la viuda de Federico Gertz, hermano del fiscal, está encarcelada desde el pasado octubre. Sus hijos reclaman que Alejandro Gertz los dejó tirados con las negociaciones para liberarla. El líder de la FGR niega haber hecho algún trato

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Foto: Presidencia de México
Foto: Presidencia de México

Una polémica familiar ensombrece la figura del actual fiscal General de la República (FGR) de México, Alejandro Gertz Manero. Y es que desde 2015, año en el que su hermano Federico (82 años) enfermó y falleció, enfrenta un pleito personal y legal en contra de la viuda de su familiar, Laura Morán (hoy día 93 años), así como contra sus hijos (no son de Federico) y nietos. El punto más álgido de esta pelea se ha vivido desde octubre del 2020 cuando una de las hijas de Morán, Alejandra Cuevas (67), fue detenida acusada de delito de homicidio por descuido, del que fuera su padrastro.

En todo el entramado ha habido dinero de por medio, conversaciones archivadas y supuestas negociaciones que ponen sobre la mesa un posible tráfico de influencias desde la figura del fiscal mexicano. Todas estas pruebas, la explicación cronológica, así como las reacciones de ambas partes tanto de los familiares de Laura Morán como del propio Gertz Manero, las recabó en un reportaje el diario español El País.

Todo comenzó en agosto de 2015 cuando Federico Gertz enfermó. Enseguida su hermano Alejandro denunció a su esposa Laura Morán y a dos hijas de ella, Alejandra y Laura, por intento de homicidio alegando que no le brindaron los cuidados que necesitaba. A finales de ese mes, la entonces Procuraduría de la capital mexicana cateo la casa donde Laura y Federico vivían y a él lo llevaron al hospital, a petición de Alejandro Gertz.

El 27 de septiembre de 2015, Federico Gertz murió. Entonces el actual fiscal mexicano actualizó la denuncia contra Morán y sus hijas por homicidio doloso por omisión de cuidados, insistiendo en que no hicieron nada ante el deterioro que le costó la vida a su hermano, que al morir tenía 82 años de edad, cabe recordar.

Sin embargo, en abril y en octubre de 2016 la todavía Procuraduría de la CDMX archivó la denuncia de Alejandro Gertz. Pero en julio de 2020 se dio un vuelco al caso –Gertz Manero ya había sido nombrado Fiscal del país– y Laura Morán y su hija Alejandra Cuevas fueron procesadas.

(Foto: Cuartoscuro)
(Foto: Cuartoscuro)

Cabe señalar que el titular de la FGR se deslindó de haber ejercido algún uso de influencias señalando: “Yo no he tratado directamente eso con nadie, lo hacen los abogados que me representan. Yo no trafico con influencias. Yo no extorsiono ni uso los medios para extorsionar”, dijo a El País, negando algún contacto directo con la justicia de la Ciudad de México.

En septiembre de 2020 el abogado que había llevado este caso para la familia de Morán renunció poniéndolos en contacto con un amigo de él, pero que ya conocían pues es parte de su misma familia. Se trata de Fernando Díaz, esposo de Regina Castillo, sobrina de Alejandra Cuevas. Díaz tenía un mecanismo de comunicación directa con Gertz Manero: a través del gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, quien es su concuño, está casado con Fernanda Castillo, hermana de Regina, por ende también sobrena de Cuevas.

Díaz les hizo saber lo que, según la versión de los hijos de Cuevas citada por el diario español, el fiscal mexicano pedía a cambio para terminar con toda esa lucha legal:

–Recuperar pertenencias personales de su hermano, como títulos universitarios y figurillas de barro.

–Un conjunto de obras de arte que Federico Gertz había custodiado.

Un cheque por 3,5 millones de pesos, cantidad que Laura Morán transfirió en 2015 de las cuentas mancomunadas que tenía con Federico Gertz cuando él murió, hacia las cuentas de su hija Alejandra Cuevas. Asimismo solicitaba la renuncia de Morán a la pensión que le había dejado su pareja, 80.000 pesos mensuales, dinero que se le pagaba por decisión testamentaria del propio Federico Gertz, desde 2015.

Alejandra Cuevas y sus hijos cumplieron con las primeras dos peticiones, pero se negaron en principio a la tercera porque ni tenían esa cantidad de dinero y no les parecía bien lo de la renuncia a la pensión.

Pero el pasado 16 de octubre las autoridades detuvieron a Cuevas en la Ciudad de México.

Y aunque sus hijos pensaron que cumpliendo totalmente con las dos primeras peticiones, según ellos mismos cuentan, su madre saldría libre enseguida, cuentan que Díaz les notificó que era necesario el cheque.

Asimismo explicaron que su abuela Laura hizo tal transferencia al ver que Alejandro Gertz la demandaba por la muerte de su hermano, a fin de protegerse por si lo necesitaba. Al fiscal mexicano le pareció un robo. Cabe señalar que en el testamento de Federico, al cual accedió el medio ibérico, su hermano aparece como heredero y albacea de su patrimonio. Mientras que a su viuda le dejó una pensión mensual de 50.000 pesos más el usufructo de una de sus casas, rentada por algo más de 30.000 pesos mensuales.

(Foto:  EFE/Mario Guzmán)
(Foto: EFE/Mario Guzmán)

“Yo les tengo que exigir la reparación del daño por los delitos cometidos en contra de mi hermano, la única familia que me quedaba. (...) La reparación del daño en materia penal no es una negociación, es una obligación del delincuente y un derecho de la víctima”, dijo Gertz Manero a El País.

Los hijos de Cuevas seguían en la negativa de entregar el cheque y la renuncia a la pensión de su abuela, señalando que no tenían garantías de que su madre iba a ser liberada. Díaz le aconsejaba que por lo menos fueran por el cheque al banco –se supone la petición era de un cheque de caja, un tipo de talón personal que bloquea el dinero en la cuenta de origen desde que el banco lo emite– y le hicieran una copia, que aparentaran que tenían intención de dárselo. Y que le entregaran además la carta donde Morán renunciaba a la herencia, pero sin firmar. Él iría con la copia y la carta a Del Mazo y este con Gertz. Quizá así, decía Díaz, el fiscal cedería. Pero ellos lo consideraban un secuestro.

Ana Paula Castillo, hija de Cuevas, contó a dicho medio que el 9 de noviembre notificó a Díaz que seguirían “los caminos judiciales para demostrar la inocencia” de su madre, a lo que este le contestó: “Está bien Ana Paula, lo entiendo, pero no lo comparto. Me parece que por desgracia la solución en este caso, al menos en corto plazo, no es jurídica. Si como ustedes decían, [este caso] se puede equiparar a un secuestro, me parece que la postura que se está tomando es similar a no pagar el rescate que se te pide”. El País señala que tiene copia de esos mensajes.

A mediados de noviembre terminaron por ceder. Entregaron el cheque y la renuncia a la pensión firmada a Díaz quien se supone lo entregó enseguida a Del Mazo y él al fiscal mexicano. El 20 de noviembre, el cheque fue cobrado. Por sus características nadie que no fuera Alejandro Gertz lo podía cambiar.

Entonces los hijos de Alejandra Cuevas empezaron a insistir mucho en la liberación de su madre. Díaz les pedía paciencia. Sin embargo, posteriormente los alertó de que el procesos se había complicado. Y es que el fiscal de la Ciudad de México ,encargado del caso de su hermano, llamó a declarar a una de las hijas de Gertz Manero en calidad de testigo. Díaz les propuso entonces que su abogado “se desistiera” de todas las pruebas que habían presentado en la defensa de su madre durante los últimos años, en gesto de buena voluntad.

Pero los hermanos Castillo lo consideraron desconsiderado, consideraban que habían cedido mucho sin obtener nada. Cortaron comunicación con Díaz finalmente.

Por su parte, Gertz Manero le dejó muy clara su postura a El País, sin negar que cobró el dichoso cheque, pero rechazando que la devolución del dinero y el resto de peticiones fueran parte de algún tipo de negociación para dejar libre a Alejandra Cuevas.

Yo nunca he hecho una negociación para sacar de la cárcel a esa señora. Con esa claridad y esa contundencia (...) Las relaciones que yo tenga por el dinero, que es reparación del daño, son asunto de la señora Laura Morán y míos”.

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