El Senado solicitó a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) mexicana que promueva una reunión interparlamentaria entre México y Estados Unidos, para abordar asuntos de interés para ambas naciones, informaron desde la Cámara Alta este domingo.
En un dictamen que se aprobó en la sesión del 23 de marzo, senadoras y senadores asentaron que la nueva realidad política del país vecino representa una oportunidad importante para reconstruir la relación, bajo una nueva dinámica de respeto mutuo y confianza recíproca.
Los legisladores destacaron la necesidad de mantener la tradición de las interparlamentarias, pues en estos encuentros se atienden temas fundamentales para la relación bilateral, como comercio, migración, seguridad, medio ambiente y energías renovables.
Pero también sumaron otros temas importantes, relativos a la competitividad, infraestructura, desarrollo fronterizo, intercambio tecnológico, derechos humanos, Estado de derecho, justicia, entre otros. “La amplia gama de temas abordados en los encuentros entre congresistas mexicanos y estadounidenses da cuenta de la riqueza del intercambio y de los problemas comunes”, remarcaron.
En caso de concretarse la reunión interparlamentaria, agregaron, es indispensable dejar abierta la agenda, porque temas como seguridad, migración y COVID-19 son de alta prioridad, dada la coyuntura actual.
En el documento también se menciona que a la fecha se han realizado 54 reuniones de este tipo entre México y Estados Unidos. La última de ellas, en la que no participó el Senado de la República, tuvo lugar en octubre de 2019, sólo con la participación de diputadas y diputados mexicanos.
Por ello, el Pleno también solicitó al presidente de la Mesa Directiva, Eduardo Ramírez, y a las comisiones de Relaciones Exteriores y de Relaciones Exteriores América del Norte, que presiden el senador Héctor Vasconcelos y la senadora Gina Andrea Cruz Blackledge, que promuevan la reunión interparlamentaria entre México y Estados Unidos, en la que participe el Senado de la República.
Apenas a princpios de febrero, Ricardo Monreal, el coordinador de los senadores de Morena, el partido en el poder, afirmó que México está preparado para trabajar con Estados Unidos en “iniciativas conjuntas” y cooperación para el desarrollo, incluido en el espinoso tema migratorio.
“En nuestro país lo tenemos muy claro, y así se ha reflejado en la política de cooperación al desarrollo. La propuesta integral del presidente (Joe) Biden también lo contempla, y México está listo para trabajar con Estados Unidos en iniciativas conjuntas”, escribió Monreal en un artículo titulado “La reforma que no ha sido” en su página web.
El líder de la mayoría legislativa en el Senado aseguró que las medidas que forman parte del plan de reforma migratoria de Biden tienen claro apoyo bipartidista, como la reintroducción de la llamada legislación DREAM, que refleja medidas similares a las ofrecidas previamente: extender la residencia permanente y dar la oportunidad para que las personas que llegaron de manera irregular al país cuando eran menores cuenten con la ciudadanía.
“México está listo para trabajar con Estados Unidos en el tema migratorio, que requiere de cooperación y esfuerzos coordinados, como la inversión para el desarrollo integral de Centroamérica y el sur de nuestro país”, destacó Monreal.
Por su parte, indicó que cerca del 70% de los 42 millones de personas adultas de origen hispano o latino, tiene vínculos cercanos con este fenómeno social: 19 millones son migrantes y alrededor de 10 millones nacieron en el país vecino con madre o padre migrante.
Expuso que desde el primer día de la administración de Joe Biden, la reforma migratoria ha polarizado al sistema bipartidista y a la opinión pública estadounidense, pero también existen “puntos de encuentro” y de los acuerdos que se logren dependerá la situación jurídica de millones de personas que viven en esa nación de manera irregular.
Sin embargo, Monreal aceptó que el tema de la “discordia absoluta” es el camino a la ciudadanía para 11 millones de migrantes con estatus irregular. “Un argumento republicano es que se podría traducir en un incentivo a la migración y generar saturación del sistema de asilo, así como crisis humanitaria en la frontera”, explicó.
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