Los gobiernos de México y Guatemala lanzaron el sábado un operativo conjunto en la frontera común con militares y policías para frenar las caravanas de migrantes que aspiran a llegar a Estados Unidos.
“Las redes criminales de traficantes de personas les han vendido (a los migrantes) la ilusión de llegar a la frontera con los Estados Unidos sin riesgos”, dijo el titular del Instituto Nacional de Migración mexicano (INM), Francisco Garduño.
“Es por ello que reforzaremos nuestra presencia en este estado fronterizo (Chiapas, sur) a fin de evitar que niños, niñas y adolescentes sean utilizados como pasaporte para llegar a la frontera”, añadió.
El funcionario agregó que los operativos de vigilancia permanecerán las 24 horas en la totalidad de la frontera sur de México, así como en carreteras, trenes de carga y caminos, para “mantener un flujo migratorio regular, además de las medidas sanitarias por covid-19”.
Garduño dijo que diariamente ingresan a México de manera irregular más de 3.000 migrantes, la mitad de ellos por los sureños estados de Chiapas y Tabasco.
Por su parte, el viceministro del Exterior de Guatemala, Eduardo Hernández, dijo que su gobierno busca persuadir a los países de origen de los migrantes de que desalienten las caravanas.
“Lo mejor para todos, incluyéndonos a nosotros mismos, por la seguridad sanitaria que tenemos que preservar, es que la caravana no se llegue a formar”, dijo.
Miles de personas, principalmente de El Salvador, Honduras y Guatemala, se han volcado nuevamente a la frontera con la esperanza de cruzar y solicitar asilo, alegando la pobreza y la violencia que sufren en sus países de origen.
Solo en febrero, Estados Unidos detuvo a unas 100.000 personas en su frontera sur, incluidos casi 9.500 menores no acompañados, un aumento del 28% con respecto a enero. Y el gobierno estadounidense espera este año una llegada récord de migrantes en 20 años.
Con información de AFP
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