Esta semana, una delegación gubernamental de alto nivel estadounidense, encabezada por Roberta Jacobson, Coordinadora de Asuntos de la frontera sur del gobierno de Joe Biden, viajó a México para reunirse con el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard, a fin de trabajar en conjunto para enfrentar y dar solución al fenómeno migratorio.
Lo anterior, debido a que las cifras de los flujos de personas en movilidad irregular que buscan llegar a EEUU sin contar con documentos legales se dispararon desde enero de este año, pues el total mensual de migrantes detenidos en la frontera del país vecino durante febrero fue de 100,441, la cifra más alta en los últimos dos años y lo que representa un aumento de 28% respecto al mes anterior.
Las caravanas parten con miles de personas a las que se les unen otras más de los países centroamericanos a su paso. Sus integrantes huyen en su mayoría de la violencia y la falta de empleo o desarrollo económico. No obstante, esta reciente ola migratoria conformada principalmente de niños, niñas y jóvenes se está dando en medio de una pandemia y con un líder casi recién llegado a la Casa Blanca, lo cual ha llamado la atención de especialistas en la materia.
En entrevista con Infobae México, el padre Alejandro Solalinde, activista y defensor de los derechos humanos de los migrantes, consideró que lo que está pasando actualmente con el casi 30% de aumento de la migración particularmente de menores y adolescentes, se debe a la situación en sus lugares de origen aún más precaria por la crisis humanitaria que dejó en Centroamérica los huracanes Eta y Lota el año pasado, agravada por la pandemia de COVID-19.
Además, aseguró que en particular esta ola migratoria está motivada por la llegada del presidente demócrata, quien prometió una política migratoria más humanizada y revirtió las medidas más duras que había impuesto su predecesor, Donald Trump.
”La migración de hoy no es tanto huyendo de la violencia, sí de la precariedad, pero es más inspiracional, es más una migración inspirada, porque hoy más que nunca sienten la oportunidad de que se abra Estados Unidos, dicen ‘ya se fue el villano de la película y ahora nosotros ya podemos ir con Biden’, cuando en realidad no es así”, destacó el también director del albergue Hermanos en el Camino, que proporciona asistencia humanitaria a los migrantes de América Central y del Sur, en su paso hacia EEUU.
Y es que de acuerdo con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), el número de niños migrantes bajo custodia estadounidense en la frontera se triplicó hasta alcanzar los 3,250 en la última semana de febrero y la primera de marzo, por lo que se prevé que al finalizar este mes la cifra sea aún más alta con unas 4,000 detenciones diarias.
Aunque los adultos solos siguen siendo los que más tratan de cruzar la frontera, la llegada de menores no acompañados aumentó un 61.4% y la de las familias completas un 163.9% durante febrero de 2021. La mayoría son mexicanos, pero en ese periodo se duplicaron los hondureños, guatemaltecos y salvadoreños que llegaron a la frontera.
Comunicación ambigua
Para el religioso, este incremento en el flujo migratorio también ha sido impulsado por una “mala conducción de los anuncios de Joe Biden, una comunicación errónea que no fue estratégica y que fue lanzada así nada más”.
El sacerdote recordó que el pasado 11 de febrero el Gobierno de Estados Unidos hizo un llamado a los migrantes a quienes pidió que no “pongan sus vidas en peligro” intentando llegar al país en un momento en que, por pandemia y políticas de la Administración Trump, las autoridades no pueden “procesar” a todos aquellos que llegan a la frontera sur del, pero al día siguiente, Jacobson dijo lo contrario: que no iban a recibir migrantes comunes pero sí niños, niñas, adolescentes.
Hace dos días, la exembajadora de Estados Unidos en México nuevamente dio un mensaje urgente a los migrantes que buscan a toda costa llegar entrar al territorio estadounidense para asentarse ahí: “No vengan a la frontera. La frontera está cerrada”.
”Ante esos anuncios tan ambiguos, cualquier señal se va. Los migrantes son como una bolsa de valores, es una población muy sensible. A ellos les dicen ‘todavía no, pero se va a abrir’ y ya están en la frontera”, expuso, indicando que los migrantes no entienden que la voluntad de Biden de mejorar la relación y hasta de repente una reforma migratoria depende del congreso, de jueces y de instancias que no responden nada más al ejecutivo.
“México no va a simular”
Cabe recordar que las expulsiones desde Estados Unidos llevan nuevamente la crisis a México, sin embargo, esa es una de las tareas que los grupos de alto nivel de las naciones involucradas deben trabajar en estos días.
Solalinde afirmó que en esas mesas de diálogo México no va a simular como en sexenios anteriores, va a defender los derechos de las personas y la soberanía, manifestando una verdadera solución y no paliativos.
“El gobierno de AMLO ha sido muy claro al decir que no habrá represión, que a fuerza nada. Entonces, no habrá simulación con Estados Unidos, va a haber una manifestación clara de la voluntad política de México de respetar los derechos de las personas migrantes. Si los estadounidenses piensan que vamos a reprimir se equivocan. La única forma de contener es con oportunidades y con trabajo”, reiteró, destacando los megaproyectos insignia del primer mandatario mexicano, como el Tren Maya o el Corredor Transístmico.
En ese sentido, Ebrard informó que uno de los temas más importantes que se trató es sobre cómo se impulsa el desarrollo y el bienestar en países de Centroamérica y en el sur de México. Asimismo, recordó la inversión que se está realizando en el territorio mexicano y manifestó su interés porque EEUU fuera parte de ese esfuerzo.
”En el sur de México, como ustedes saben, se está haciendo un esfuerzo muy grande en inversión, de desarrollo, de bienestar, y lo que nos gustaría es que Estados Unidos fuese parte de este gran esfuerzo por lo que hace a Honduras, Guatemala y El Salvador, y también en el sur de México”, dijo el funcionario mexicano.
Este miércoles, el presidente Joe Biden designó a la vicepresidenta Kamala Harris para gestionar el flujo migratorio en la frontera sur de Estados Unidos, es decir que ahora Harris trabajará con México y los países del Triángulo Norte para encontrar una solución de una vez por todas.
En tanto, el padre Solalinde previó que en las próximas semanas llegue a la frontera sur de México una ola de migrantes ya no solo de El Salvador, Honduras y Guatemala, sino también de Haití, Nicaragua, Venezuela, Cuba y ahora un nuevo sector extracontinental proveniente de África y Asia, todos y todas con un mismo objetivo: llegar a Estados Unidos a través de México.
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