Durante la conferencia de prensa vespertina, el doctor José Luis Alomía Zegarra, Director General de Epidemiología, confirmó que las vacunas decomisadas el pasado 17 de marzo de 2021 en el Aeropuerto Internacional de Campeche son falsas. También aclaró que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) cuenta con la facultad de sancionar a las empresas o establecimientos que apliquen biológicos falsos, toda vez que representan un riesgo para la salud.
“Hay toda una regulación para cuando se identifica que alguna persona física o moral ha puesto en riesgo la salud de las personas. Seguro hay una legislación que la COFEPRIS puede aplicar y sancionar”, afirmó. Además, los castigos, en caso de fincar responsabilidades, pueden ir desde cierres o clausuras de negocios, así como la aplicación de multas.
Sin embargo, en el caso de que la falta rebase las atribuciones del órgano regulador sanitario, éste podría realizar “inclusive denuncias si el delito está en un marco penal”. No obstante, la medida no podrá ser establecida sino hasta que se culmine con la investigación y la autoridad judicial dé a conocer las determinaciones.
El Servicio de Administración Tributaria (SAT) confirmó, por medio de un comunicado difundido en la fecha citada, el decomiso de 5,775 dosis de la vacuna contra COVID-19 atribuidas al Centro Gamaleia, de Rusia. Según el documento, el personal de Aduanas, en conjunto con elementos del ejército mexicano, detectó dos hieleras con 155 frascos, ocultos entre refrescos y golosinas, a bordo de un avión privado. Todo ello, como parte de una revisión protocolaria.
La tripulación de la aeronave tenía la intención de arribar al Aeropuerto Internacional de San Pedro Sula, Honduras. Asimismo, el paquete y la aeronave fueron embargados por el personal de Aduanas y la tripulación de nacionalidad hondureña puesta a disposición de la Fiscalía General de la República (FGR). Además fue abierta una carpeta de investigación para determinar la procedencia de los frascos.
Tras el hallazgo, el Fondo Ruso de Inversiones Directas (RDIF, por sus siglas en inglés) dio a conocer que, luego del análisis del material fotográfico de las presuntas vacunas, se trata de sustancias falsas que no tienen relación con la original. Entre otras cosas, el diseño de los envases, las etiquetas, así como los errores ortográficos fueron algunos de los indicios que llevaron a dicha conclusión.
Por otra parte, Alomía Zegarra, aclaró que la COFEPRIS participa de manera activa en las investigaciones, a petición de los Ministerios Públicos y la Fiscalía General de la República. El motivo principal es aportar el conocimiento técnico y especializado para que las autoridades judiciales avancen con el proceso.
En ese sentido, el personal involucrado con las investigaciones revisó directamente las dosis incautadas y confirmaron su falsedad. Otro de los detalles que llevaron a la conclusión fue la no correspondencia del número impreso en las etiquetas con los lotes que han sido autorizados y debidamente registrados antes de su ingreso al país.
Aunque en semanas anteriores las autoridades federales confirmaron la posibilidad de que entidades federativas u organismos privados adquirieran dosis de las vacunas aprobadas, ninguna solicitud de ese tipo se ha podido concretar. Debido a la exponencial demanda de las naciones y la reducida oferta, por el momento, es imposible responder a esos trámites.
Así, las únicas vacunas que cumplen con las características de seguridad y eficiencia son aquellas que se aplican en los centros anunciados por las autoridades sanitarias. Por ello, Alomía Zegarra exhortó a no aplicarse cualquier inyección, contra el virus SARS-CoV-2, que haya sido adquirida por medio de una entidad ajena al Gobierno de México.
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