En el marco de la conmemoración por los 27 años del asesinato de Luis Donaldo Colosio, en entrevista exclusiva para Infobae México, Raymundo Riva Palacio habló sobre su nuevo libro “Colosio: crónica del fracaso de un proyecto transexenal”.
Las dudas, los presuntos culpables, las declaraciones, las cintas que retratan lo ocurrido aquel 23 de marzo de 1994 en Lomas Taurinas, Tijuana, han construido una narrativa sobre el mito de Colosio en el México moderno.
Por años la opinión pública ha imputado culpables, entre ellos actores políticos de todo el espectro; sin embargo, hasta la fecha se sabe “oficialmente” que hay un solo culpable y es Mario Aburto Martínez.
Riva Palacio mencionó que la diferencia entre otros libros, series y documentales que se han hecho del caso, como el de Aguilar Camín y Ciro Gómez Leyva (por mencionar algunos), es que éste no se centra en el asesinato, sino como el acto causó el freno a las reformas del Liberalismo social que pretendieron construir Carlos Salinas y su equipo.
Es indudable traer a colación a Carlos Salinas cuando se aborda el tema del magnicidio, en especial por el precedente que dejó el discurso que dirigió Colosio en el Monumento a la Revolución a los priístas el 6 de marzo de 1994, aquel que muchos señalan de ser el causante de una posible ruptura entre Salinas y Colosio.
Sin embargo, Riva Palacio afirmó que no es así, expresó en el libro y en la entrevista que “el discurso de Colosio, más allá de ser el momento de quiebre con Salinas, fue un discurso de continuidad en el que éste se asumió como el candidato del PRI que realizaría la segunda generación de reformas económicas desde 1992″.
Ese discurso fue avalado y aprobado por Salinas, indicó Raymundo Riva Palacio, fue un discurso pensando en relanzar la campaña presidencial de Colosio, una campaña que no despegaba y que se había visto opacada por el levantamiento en armas del Ejército de Liberación Nacional (EZLN).
Las palabras que emitió Colosio, eran muy similares a las que presentó Salinas en 1992 cuando informó al PRI sobre la adopción de medidas para dejar atrás al Estado benefactor. Esto lo estudió Riva Palacio en su nuevo libro a través de un análisis de contenido de ambos discursos.
El autor afirmó que, aunque Colosio se ha vuelto una figura mítica dentro de la política mexicana, si éste no hubiera sido asesinado, hubiera continuado el camino cimentado por Salinas. El liberalismo social que se pretendía implementar hubiera tenido mayor forma, las reformas no hubieran llegado hasta el 2012 con Enrique Peña Nieto, se hubiera alejado un poco de aquel neoliberalismo que amplió la desigualdad social, que permitió los monopolios y que, en parte, fue causante de la situación actual del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
“Colosio era más priísta que el propio Salinas”, refirió el autor al mencionar que un posible triunfo de Luis Donaldo en el 94, hubiera dado pie a aletargar la transición democrática en el país, que quizá le hubiera dado más vida al PRI y que hoy tendríamos un país diferente con políticos diferentes, “aunque realmente nunca lo sabremos”, finalizó.
El libro cuenta con entrevistas a personajes políticos que fueron clave durante el sexenio de Carlos Salinas, pero también que vivieron en primera línea todo lo relacionado al asesinato de Colosio, ya sea porque trabajaban en la campaña, en el PRI, desde la oposición o, incluso, como periodistas.
Entre estos personajes se encuentra Salinas de Gortari, el cual le menciona a Riva Palacio que “la bala que asesinó a Colosio, también me rozó a mí”. El autor cree fervientemente que los verdaderos perdedores por este suceso fueron Manuel Camacho Solís y Carlos Salinas, a quienes por años se les ha señalado como los presuntos autores intelectuales del asesinato.
“La bala que mató a Colosio también atravesó a Carlos Salinas y a Manuel Camacho, solo que este último pudo reconstruir su imagen desde la oposición, pero Salinas siempre será el que mandó matar a Colosio en ojos de la población”, menciona Raymundo Riva Palacio.
El pasado 25 de febrero, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) indicó que iniciará una investigación por presuntos actos de tortura y de obstaculización al acceso a la salud de Mario Aburto Martínez, lo cual podría provocar no solo la reapertura del caso, sino un renacimiento de especulaciones y señalar a nuevos culpables.
En cuanto a las declaraciones de la CNDH sobre reabrir la investigación del caso, más allá de lo que declaró Aburto, Riva Palacio es muy claro al afirmar que esto “es una broma” y responde “a la ignorancia”, ya que el papel de esta comisión sería, más bien, revisar qué fue lo que se hizo, qué fue lo que falló y buscar nuevas pistas para presentar, ya que, según el autor, el caso sigue abierto en espera de que llegue información que lo cambie todo.
Ante la pregunta de ¿Qué enseñanza nos dejó este suceso como sociedad mexicana?, el autor tranquilo respondió “nos deja ver una verdadera pobreza en nuestra clase política. Con el asesinato de Colosio y de Ruíz Massieu, que ocurrió meses después, se tuvo la oportunidad de sacudir el sistema político y no se hizo. Ocurrió otra oportunidad con Vicente Fox y tampoco se hizo. Actualmente tenemos otra oportunidad y estamos en lo mismo. 27 años después y estamos en lo mismo”.
SEGUIR LEYENDO: