Un adulto y dos menores de edad que se desplazaban como migrantes resultaron lesionados después de ser acribillados a balazos. El ataque ocurrió en la entrada a la ciudad fronteriza de Reynosa, en Tamaulipas, cuando viajaban dentro de una camioneta.
Las víctimas fueron identificadas como Esteban “F”, de 33 años de edad, su hijo Adonais Alexander “F”, de 13 años, y Emerlín “G”, de 15 años, quien iba acompañada por Faustino “G”, su padre. Todos son originarios de Honduras.
El reporte médico, consultado por Excélsior, registró que Esteban “F”, al igual que su hijo, recibió el impacto de una bala en una pierna. Adonais Alexander “F” también presentaba lesiones por distintas esquirlas en la cara. Por su parte, Emerlín “G” tenía una mano lesionada: la bala que la impactó quedó alojada en una de sus axilas.
Las heridas, de acuerdo con el medio, fueron reportadas como estables pero también delicadas.
Desde Honduras, las personas migrantes emprendieron su camino con el objetivo de cruzar a Estados Unidos. Al llegar a Reynosa, una camioneta presuntamente les dio aventón. Las víctimas declararon que en cuanto empezó el viaje en el vehículo empezó la balacera, la cual hirió a tres de ellos.
El conductor y el copiloto escaparon a pie. Las personas provenientes de Honduras recibieron auxilio de la policía estatal, quienes contactaron a los servicios de emergencia para trasladar a los damnificados al hospital.
Fuentes cercanas al caso, informó Excélsior, afirmaron que autoridades de Tamaulipas contactaron a la embajada hondureña en México para notificar sobre el ataque armado que sufrieron los migrantes.
El trágico momento en que dos migrantes se ahogaron al intentar cruzar de EEUU a México por el Río Bravo
El pescador Jesús Vargas ha vivido desde que nació junto al Río Bravo, en la frontera sur de Estados Unidos, entre Laredo (Texas) y México. Está acostumbrado a la presencia de migrantes centroamericanos, que huyen de la violencia y buscan una mejor vida; sin embargo, nunca vio algo tan “triste” como lo que ocurrió el pasado 16 de marzo.
Ese día salió del trabajo cuando vio que una camioneta Astro Van era perseguida por las autoridades. Él decidió ir detrás y observó cómo del vehículo salieron cerca de 10 migrantes y varios de ellos se aventaron al también conocido como “Río Grande”, aunque no todos lograron cruzarlo para llegar a México y evitar ser detenidos: “Dos o tres se regresaron, dos se la hicieron para el otro lado y se quedaron tres mujeres y un chamaquito”, contó Jesús en entrevista para Telemundo.
Detalló que las personas que se quedaron sin poder salir del agua “gritaban todo lo que podían” ante la mirada de los agentes fronterizos de Estados Unidos, quienes no hicieron nada por rescatarlos a pesar del riesgo de ahogamiento, sólo contemplaron la trágica escena.
El pescador preguntó a las autoridades por qué no hacían nada y la respuesta de los agentes fue que los migrantes “ya estaban casi al cruzar del otro lado”, por lo que “no tenían permiso de meterse al agua”.
Mientras grababa con su celular el angustiante momento, les preguntó a gritos “¿No tienes chalecos salvavidas, nada? ¡Están ahogando a estos tipos! “. “¡Esa chica ya no salió!”, se escucha decir al testigo.
Jesús vio que un menor seguía con vida en el agua por lo que dejó de filmar y acudió a su rescate: “Le traté de llamar la atención, ya vio para este lado y le aventé un reel de pescar. Sacó su mano, pescó el hilo y ya fue la forma en la que me lo traje para la orilla del río”.
Tras lograr salvarle la vida, aseguró que los patrulleros lejos de brindarle atención médica le solicitaron que se volteara para arrestarlo.
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