Derivado de diversos operativos en los municipios de Coatepec de Harinas, Almoloya de Alquisirias, Zacualpan, Ixtapan de la Sal y Tonanico (Estado de México), 25 presuntos integrantes del grupo criminal la Familia Michoacana fueron detenidos por su supuesta relación en la masacre de 13 policías, además ocho personas fueron trasladadas al Ministerio Público y rindieron su declaración en calidad de testigos.
Los imputados también son investigados por operaciones ilícitas como la venta y distribución de drogas, halconeo y robos en diversas modalidades para la organización criminal.
En el operativo fueron aseguradas cuatro armas oficiales y un arma sin identificación perteneciente a los agresores la cual, se estableció, fue utilizada en dos homicidios, el primero el 16 de julio de 2020, en la colonia el Colorín, en en Ixtapan de la Sal, en el que la víctima era originaria de Pilcaya, Guerrero, y el segundo en la región de Agua Amarga, en Coatepec de Harinas, el 1 de octubre de ese mismo año.
Tras la matanza, ocurrida el pasado 18 de marzo, las autoridades identificaron a tres criminales y supuestos autores intelectuales, por los que ofrecieron 500 mil pesos de recompensa. Ellos fueron identificados como Gilberto Misael Ortiz, alias el Barbas, Silverio Martínez Hernández, alias Fierros y Alberto Romero Pérez, apodado Macrina, este último señalado como líder de la célula criminal de la Familia Michoacana que opera en Coatepec de Harinas.
El día de la emboscada, los agentes de la Fiscalía y policía estatal se dirigían a la zona Puente de los Sabinos, en Coatepec de Harinas. Días antes, elementos de la FGJ Edomex habían realizado un operativo en el municipio de Zacualpan,en donde fueron decomisados tres vehículos y una libreta en la que se especificaban puntos de halconeo y bases del grupo delictivo la Familia Michoacana.
En las acciones participó el agente de la fiscalía Abraham Hipólito Legorreta, quien se encontraba en el punto del ataque. Por estas labores, se presume que la emboscada en Coatepec de Harinas se habría tratado de una represalia por parte del cártel michoacano.
Asimismo, diversas investigaciones arrojaron que el ataque a las fuerzas de seguridad fue premeditado, ya que horas antes hombres armados advirtieron a los pobladores que no salieran de sus casas porque “iba a haber algo”.
En la escena del crimen, las autoridades recabaron 672 casquillos de calibre 2.23; 7.62; .38 súper y .99 mm. La mayoría de las balas fueron arrojadas por un arma relacionada con otros asesinado en la zona de Villa Victoria.
La Fiscalía General de Justicia del Estado de México reiteró que los hechos no quedarán impunes y se realizarán las acciones operativas y diligencias ministeriales necesarias para localizar y detener a los responsables de esta cobarde agresión y presentarlos ante la autoridad judicial.
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