Este jueves 18 de marzo, el Senado de la Republica lanzó un llamado a las corporaciones de seguridad pública federales, estatales y municipales para reforzar los planes, programas y estrategias que existen en la actualidad para evitar que los grupos del crimen organizado recluten a menores de edad.
En un dictamen, discutido en sesión virtual, los y las legisladoras debatieron sobre el tema y resaltaron que los menores de edad son capturados por las organizaciones criminales para ser utilizados en delitos relacionados con el secuestro, homicidio o cultivo de droga.
El Senado recalcó que el narcotráfico ha decidido usar medios alternativos para abarcar más territorio de una manera más rápida y discreta, por lo que usan las plataformas digitales para reclutar jóvenes.
Los menores de edad tienen más facilidades para acceder a Internet, a través de sus dispositivos electrónicos, y por lo tanto ser víctimas de casos de extorsión, secuestro y reclutamiento.
En el documento aprobado este 18 de marzo, se habla sobre un video filtrado en redes sociales donde se aprecia a dos niños que fueron reclutados por el crimen organizado y son exhortados a pelear entre ellos, esto en presencia de varios hombres.
En el material se describe como los menores lanzan amenazas a su contrincante. Tiempo después, aparecen en plena pelea en medio de gritos de adultos que los apoyan, e incluso, ríen como si tratara de un espectáculo.
En entrevista con Infobae México, Saskia Niño de Rivera, especialista en reinserción social, explica que, el involucramiento de las niñas, niños y adolescentes con conductas delictivas, está directamente vinculado con la vulneración de sus derechos humanos, de su desarrollo en entornos complicados dentro de comunidades violentas o criminógenas, así como de la falta de oportunidades y marginación social.
Un reporte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), publicado en 2017, señala que el número de jóvenes que se encuentra trabajando para el crimen organizado asciende a los 30 mil, pero la especialista estima que en la actualidad podría ser una cantidad que rebase los 75 mil niños sicarios.
En 2011, la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) reveló que la carrera delictiva de los menores es corta, pues se estima que su promedio de vida es de diez años, muchos de ellos tienen dos salidas: la cárcel o la muerte.
Los cárteles Jalisco Nueva Generación (CJNG) y del Noroeste, además de otros grupos criminales, han logrado consolidar sistemas de reclutamiento porque no hay suficientes políticas públicas para mejorar la situación de los jóvenes en el ámbito escolar, económico y laboral.
Otro factor que favorece al crimen organizado, cuenta Niño de Rivera, es el tratamiento distinto que le dan las autoridades a los delitos cometidos por menores de 18 años, respecto a los mayores de edad. En la práctica, un adulto puede pasar de 20 a 50 años en prisión por un homicidio, mientras un joven pasa como máximo una pena de cinco años bajo una medida privativa de la libertad.
De acuerdo con conversaciones que ha tenido la especialista con menores, las organizaciones criminales han construido “universidades del crimen” en las que se les enseña a los adolescentes a cometer cierto tipo de delitos.
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