La emboscada contra 13 policías del Estado de México se prolongó alrededor de media hora, tiempo en que los agentes gritaban desesperados para que acudieran refuerzos a la zona de Llano Grande, en Coatepec de Harinas. Pero la ayuda no llegó y presuntos integrantes de la Familia Michoacana demostraron su fuerza desafiante a las autoridades.
Los audios que empezaron a circular en redes sociales dan cuenta de las detonaciones, el miedo y la impotencia. En tanto que un agente solicita el apoyo y apenas arroja los datos de su ubicación, otros más se comunican entre ellos para reportar el saldo o pedir ambulancias.
De acuerdo con versiones preliminares, el convoy de los agentes provenía de Zacualpan y al llegar al poblado de Puerta del Carmen, entre Llano Grande y Meluca fueron agredidos en dos momentos distintos.
Una de las hipótesis es que los sicarios se ocultaban en un capo de maíz, donde había hojas secas abultadas. Los hechos ocurrieron alrededor de las 13:00 horas. Y la balacera se prolongó al menos por 30 minutos. En el camino fueron recolectados artefactos de metal soldados con clavos, conocidos como ponchallantas.
Sin embargo, otros reportes indican que el comando de presuntos miembros de la Familia Michoacana sorprendió a los uniformados, mientras estaban preparándose para un patrullaje. De ahí que fueron rafagueados desde una camioneta con armas de grueso calibre. Segundos después, a unos metros de la misma vía, los agresores se encontraron con Policías de Investigación y les dispararon.
“Chécale Micha, chécale, los están emboscando, a la presente”, se oye que pide uno de los compañeros para atender el caso.
Probablemente, luego de escuchar el auxilio desgarrador de un agente en el enfrentamiento, quien con nombre clave señala el nivel de peligro en alerta máxima. Por momentos, pareciera que el oficial está resignado, pero no deja de indicar que lo apoyen.
“¡En rojo, en rojo, de favor, nos están disparando en Llano Grande, en parte del Carmen!”; “¡en rojo, en rojo, Llano Grande, apoyo!”;”¡en rojo, en rojo”!; son parte de las últimas palabras del agente en aquella emboscada artera.
“Es en Llano Grande, es en Llano Grande, pidan ambulancias ya tenemos compañeros lesionados”, confirma un oficial para que llegue el auxilio a sus compañeros.
“¡Pide apoyo, de parte del Carmen, nos están balaceando (...) de favor, nos están disparando en Llano Grande!”, reitera el oficial cada vez con mayor temor y desesperación.
“Ya valió v*rga, güey, si hay compañeros caídos, güey. Hasta el momento dicen que de ocho a diez compañeros caídos, entre ministeriales y del estado, güey”, refiere otro elemento más, comunicando la tragedia entre los suyos.
Ricardo Mondragón Ramírez, José Luis Gómora Bernal, Abraham Hipólito Legorreta, Juan Carlos Villalobos Bolaños, Jonathan Enrique Lazcano Gonzáles, fueron los agentes de la Fiscalía del Estado de México que fallecieron en cumplimento de su deber.
Mientras que de la policía estatal, fueron asesinados Alejandro J. S. Lovera Hernández; Ernesto Mondragón Ramírez; Guillermo Torres Mixteco; Darío Juan Mesas Morales; David Pedroza Guadarrama; Víctor Manuel García Vázquez; Martín Solares Morales; y Mauricio Rodríguez Zárate.
La Fiscalía del Estado de México lamentó las pérdidas, prometió que los responsables serán atrapados y llevados ante la justicia. En tanto, los familiares serán apoyados en todo lo que necesiten, como gastos funerarios.
Se trata de la masacre más grande de fuerzas del orden público desde octubre de 2019, cuando hombres armados de un cártel emboscaron y mataron a 14 policías estatales en el vecino estado de Michoacán.
Aunado a esto, otros policías del Estado de México habrían sido ejecutados en Almoloya de Alquisiras. Imágenes que circulan en redes sociales refieren que serían entre dos y cuatro los oficiales que fueron asesinados a bordo de una patrulla.
Las autoridades están confirmando estos últimos datos. Pero de ser el caso, sumarían 17 agentes asesinados en menos de cuatro horas en la entidad.
De acuerdo con el registro de la organización Causa en Común, el Estado de México fue la segunda entidad más letal para policías con 39 casos durante 2020. Solo detrás de Guanajuato que registró 84; a estos estados siguen Veracruz (39), Guerrero (37) y Chihuahua (35). En todo el año pasado, la organización contabilizó que 524 policías fueron asesinados.
En el mapa del narcotráfico, la Familia Michoacana, que ataca con tácticas guerrilleras aprovechando el agreste territorio mexiquense, domina la zona sur del estado bajo el liderazgo de Jhony El Mojarro y José La Fresa, los hermanos Hurtado Olascoaga, quienes son cabecillas del grupo criminal.
En ese sitio existe una alianza entre dicha organización delictiva y los Caballeros Templarios, con la cual han logrado desplazar a la célula delictiva Guerreros Unidos de buena parte del territorio.
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