El 18 de marzo se conmemora el aniversario de la Expropiación Petrolera, cuyo acto permitió que los yacimientos nacionales del hidrocarburo dejaran de pertenecer a empresas extranjeras y fueran propiedad del Estado mexicano.
México no siempre tuvo la oportunidad de acceder a sus recursos petroleros de forma directa. Antes del periodo de expropiación, gran parte de los recursos petroleros pertenecían a industrias estadounidenses o inglesas que, además de explotar el combustible, vulneraron los derechos de los obreros que laboraban dentro de esta industria. Un ejemplo de ello fue la falta de jornadas fijas y la precariedad en los salarios.
Sin embargo, las irregularidades no se limitaban al ámbito laboral sino que incumplían responsabilidades fiscales, lo cual los llevó a tener problemas con las autoridades estatales. Sumado a ello no aplicaban las técnicas adecuadas ni utilizaban los materiales correctos para la perforación de pozos lo que derivó en múltiples eventos como incendios.
Las compañías extranjeras estuvieron en territorio mexicano por más de treinta años y para 1937 su control sobre las propiedades petroleras era del 95%, de acuerdo con información recopilada por José Rivera Castro para su artículo La Expropiación petrolera. Raíces históricas y respuesta de los empresarios extranjeros.
Debido a estas circunstancias, los obreros del sector se organizaron para exigir mejoras en las condiciones y prestaciones laborales. En el año de 1935 se conformó el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), cuya asociación estuvo integrada por más de 20 mil trabajadores y recibió el apoyo del gobierno cardenista.
Los trabajadores presentaron sus exigencias ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, donde se confirmó que los empresarios contaban con la solvencia económica para atender las demandas del sindicato, por lo que se les instó a cumplirlas. Sin embargo, las compañías que operaban la industria dentro del territorio nacional se negaron a atender las peticiones y en 1937 se llevó a cabo una gran huelga que paralizó todas las actividades relacionadas con el sector petrolero.
Fue hasta el 18 de marzo de 1937 que Lázaro Cárdenas del Río emitió el decreto de la Expropiación Petrolera, el cual consistió en la apropiación legal del petróleo que explotaban 17 compañías extranjeras, entre ellas la Compañía Mexicana El Águila(Royal Dutch Shell), la Compañía Naviera San Cristóbal, la Compañía Naviera San Ricardo, la Huasteca Petroleum, la Sinclair Pierce Oil Company, la Mexican Sinclair Petroleum Corporation y la Penn Mex Fuel Company, entre otras.
Tan solo El Águila, hasta un año antes de la expropiación, tenía el control sobre el 56% de la producción total y administró el 65% de la exportación de petróleo.
Fue en ese contexto que Cárdenas decretó la expropiación legal de maquinaria, instalaciones, refinerías, embarcaciones, estaciones de distribución, bienes muebles e inmuebles, además de oleoductos. De esta forma, se estableció que el Estado mexicano tendría el control total sobre la producción y la comercialización del combustible en territorio nacional.
Sin embargo, pese a que la lucha emprendida por los obreros y Lázaro Cárdenas logró nacionalizar los bienes, el país contrajo una deuda para cubrir una indemnización a los accionistas de las empresas petroleras que sufrieron afectaciones por la expropiación. De este modo, Cárdenas tuvo que reunirse con los gobernadores de los estados para iniciar una colecta nacional orientada a saldar la deuda.
Casi tres meses después de la Expropiación, el 7 de junio de 1938, se fundó Petróleos Mexicanos (PEMEX), paraestatal a la que se le dotaron las facultades necesarias para realizar todos los trabajos de exploración, explotación, refinación y comercialización de petróleo dentro del país.
Sin embargo, las consecuencias de la expropiación se extendieron hasta los últimos meses de 1941. Fue hasta este año que finalmente el gobierno mexicano y estadounidense llegaron a un acuerdo.
Y es que, el decreto emitido por Cárdenas en 1937 no fue bien recibido en el extranjero. En la prensa internacional los mexicanos fueron calificados como “ladrones y bandidos”, acorde el texto antes mencionado de Rivera Castro.
El impacto de esta movilización social y política ha trascendido a lo largo de la historia de México, ya que permitió que se regularan las condiciones de los trabajadores del sector petrolero. Fue precedida por un periodo de fortalecimiento sindical propiciado con la llegada de Lázaro Cárdenas a la presidencia.
De hecho en abril de 1934, durante el segundo año del sexenio de Cárdenas, se fundó el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM). A doce meses de su creación esta organización que pretendía unificar a los obreros tenía alrededor de 20 mil miembros.
Actualmente, la actividad petrolera es una de las más importantes a nivel nacional y dicha industria se concentra en los estados de Campeche, Coahuila, Chiapas, Chihuahua, Nuevo León, Tamaulipas, Tabasco, Puebla y Veracruz. No obstante, el 90% del recurso energético se extrae en 18 municipios de los estados de Campeche, Veracruz y Tabasco.