Gregorio Portillo Mendoza, alcalde de Zirándaro, Guerrero, fue secuestrado la tarde del miércoles por hombres armados, en la cabecera municipal.
El edil, según reportes oficiales, se encontraba acompañado por dos escoltas de la Guardia Nacional que le fueron asignados para su protección, luego de que recibiera amenazas por parte del grupo delictivo la Familia Michoacana.
A finales de 2019 este medio informó sobre una marcha encabezada por Portillo Mendoza en la que exigía paz y la instalación de un cuartel militar en Zirándaro. Ese año se reportó el desplazamiento forzado de al menos 1,700 habitantes por la violencia generada de los cárteles Jalisco Nueva Generación y la Familia Michoacana.
De acuerdo con el presidente municipal, en Zirándaro no cuentan con una policía, por lo que urgió el apoyo del gobierno federal. Entonces, Gregorio Portillo se ofreció a mantener un diálogo con los grupos criminales en Tierra Caliente para que cesara la violencia.
“Ya no voy a jugar el juego perverso del gobierno estatal, corporaciones y algunos medios de comunicación. Es el mismo camino trillado de siempre. Me van a conducir a la confrontación directa con los cárteles, estos me asesinaran y después saldrá el gobierno a decir que lamenta los hechos y a exigir investigación exhaustiva”, escribió el alcalde en Facebook.
Gregorio, alcalde de Zirándaro por Morena, es presuntamente hermano de Marcelino Portillo Mendoza a quien busca la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) y de Edilberto Portillo, fundador del grupo musical Beto y sus canarios, quien en 2003 salió ileso de un atentado en un restaurante de la ciudad de Morelia, Michoacán, según los reportes oficiales.
Edilberto es padre de Rogelio Portillo Jaramillo, quien también aparece en la lista de los más buscados por la DEA, según el portal oficial del gobierno estadounidense.
Ambos hermanos del funcionario de Zirándaro y su primo, Francisco Jaramillo Valdovinos, alias Chico Jaramillo, encabezan una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) que disputa la plaza a José Pineda y Jonhy Hurtado Olascoaga, líderes criminales de la Familia Michoacana.
La batalla ha provocado que los habitantes de Zirándaro e incluso el alcalde, tomaran las armas para defenderse del crimen organizado.
Para evitar que la violencia alcanzara un nivel extremo, la Mesa para la Construcción de la Paz en Guerrero, presidida por el gobernador, Héctor Astudillo, ordenó el establecimiento de puestos de vigilancia y la intensificación de los patrullajes del Ejército, la Guardia Nacional y de la Policía del estado, al tiempo de que conminó al alcalde Gregorio Portillo a sumarse a las tareas encaminadas a garantizar la seguridad.
Según Portillo, el crimen organizado se ha expandido debido a que en el municipio hay familias que se dedican al cultivo de la amapola, por lo que normalmente tienen vínculos con ese tipo de organizaciones.
Hasta el momento, el alcalde no ha explicado por qué uno de sus hermanos que radica en Zirándaro y uno de sus sobrinos, están en la lista de los más buscados por la DEA.
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