El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, se recuperaron exitosamente del COVID-19, una suerte que no han corrido miles de mexicanos en el país. Ambos utilizaron remdesivir, un fármaco que hasta tres días fue aprobado por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), cuando otros países ya aceptaban su uso desde el 28 de agosto del 2020.
“Lo cierto es que la autorización par el uso en México se tardó demasiado de manera inexplicable”, aseguró el periodista Salvador García Soto en su columna Serpientes y Escaleras. El presidente y el subsecretario trataron la enfermedad con una medicina que a lo largo de la pandemia habían rechazado usar en la población general, “pese a las experiencias internacionales y a los protocolos e investigaciones que habían demostrado, en los hechos, la efectividad para tratar y curar a pacientes de la COVID”.
El remdesivir tiene un tiempo récord de 3 a 5 días para aliviar al paciente, pero las autoridades constantemente aseguraban que las pruebas internacionales no eran suficientes.
Tanto López-Gatell como López Obrador “tuvieron una recuperación rápida y sorprendente”, aseguró el columnista de El Universal. “¿Qué hubiera pasado si al presidente y a Hugo López-Gatell no les hubieran dado tratamiento con remdesivir?”, cuestionó.
Innegablemente, la tardanza en la aprobación del uso del remdesivir en México para pacientes Covid, es una más de las fallas que han tenido las autoridades sanitarias federales del país en el manejo de esta pandemia.
Además, el columnista arremetió contra las autoridades sanitarias por orillar la aprobación hasta el momento en que dos funcionarios públicos de alto nivel lo utilizaron. “De haberlo aprobado antes para uso de emergencia, a partir del 1 de septiembre del 2020, por ejemplo, en línea con la FDA que lo autorizó el 28 de agosto de ese año, se habría logrado un impacto importante en la pandemia en el país”, escribió.
Un modelo de proyección epidemiológica, citado por García Soto, contempló que, de haberse utilizado el fármaco, se habrían podido evitar 19,635 defunciones entre el 1 de septiembre y el 28 de febrero del 2021 y se hubieran reducido de 1,122,425 días-cama de hospital como resultado de los cinco días que tarda el remdesivir en curar el COVID-19.
Otro de los estudios en los que el columnista basó su argumento fue el publicado por la revista New England Journal of Medicine el 5 de noviembre de 2020. Este abordó los resultados de un protocolo clínico sobre el uso de remdesivir en pacientes hospitalizados que requieren oxígeno suplementario (leve) y encontró que se obtenía una recuperación más rápida y menor mortalidad.
Tras su publicación, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó el uso de emergencia desde el 1 de mayo del año pasado y para octubre del 2020 ya era permitido su uso en población adulta y para pacientes pediátricos con peso mayor a 40 kilogramos.
Actualmente el país 2,163,875 de personas infectadas desde el inicio de la pandemia y 194,490 muertes a causa del COVID-19. También existen 1,701,216 personas que se han recuperado y conseguido el alta médica después de cursar con la sintomatología y 609,874 casos en los que hombres y mujeres han recibido el esquema completo de inmunización contra el virus SARS-CoV-2 en el país.
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