Ricardo Monreal, el coordinador de los senadores de Morena, el partido en el poder, propuso este domingo que se abra el debate de la regulación de las compañías que se dedican a la evaluación y calificación de riesgos en cada país, como las privadas Fitch Ratings e incluso aquellas que son agencias gubernamentales.
“El tema de la regulación de las agencias de calificación no es nuevo. En el caso de México, este debate deberá llevarse a cabo tarde o temprano”, expresó el senador Monreal en un artículo publicado este domingo en su página web personal llamado “Las calificadoras de riesgo: entre la técnica y la política”.
“Las democracias no pueden darse el lujo de no debatir, de no discutir o de no tomar decisiones en temas que atañen a las y los ciudadanos, a la economía, al combate a la corrupción, al combate del pensamiento único o tecnocrático, o a las finanzas públicas. De este tipo de debates depende que una democracia se consolide y/o se fortalezca por el bien de todas y de todos.
Para Monreal, “el papel y las capacidades con que cuentan algunas calificadoras han mostrado ya sus límites (…) y algunos más”. Pero, además, dijo, “en lo que se refiere al hecho de que, como ellas señalan, no tienen como objetivo auditar las finanzas de las empresas o de los Estados”.
Asimismo, también en el aspecto emitir opiniones de solvencia con base en las informaciones que les han brindado sus mismas clientas y clientes que son las o los que pagan por sus servicios y no las y los inversionistas alrededor del mundo, señaló.
Las calificaciones otorgadas permiten, o no, encontrar financiamiento a instituciones estatales o privadas como se ha referido. Ello no es un asunto menor ya que lo que puede estar en juego es el desarrollo de los países, es decir, el bienestar de las personas
El senador morenista remarcó que “si bien es cierto que los gobiernos a cualquier nivel deben conducirse con responsabilidad económica y transparencia en el uso de los recursos, también es verdad que los capitales se han transnacionalizado, lo cual genera una batalla importante entre los gobiernos de los distintos países por atraerlos”.
“En ese contexto, la Organización de Naciones Unidas (ONU) indicó recientemente, por medio de su experta independiente sobre deuda externa y derechos humanos, Yuefen Li, que las tres grandes agencias de calificación crediticia –Standard & Poors, Moody’s y Fitch Ratings– tienen una influencia excesiva sobre las decisiones de los préstamos, condiciones e intereses de la deuda soberana de los países”, explicó.
“Aunque pareciera que el llamado de la ONU es nuevo en este sentido, cabe recordar que países como Estados Unidos u organizaciones supranacionales como la Unión Europea ya han dado pasos concretos en lo que se refiere a la regulación de las calificadoras de riesgo”, añadió Monreal.
Y es que las agencias calificadoras requieren un contexto determinado para funcionar, como escribió en el artículo el senador de Morena. “Éste es aquel de la doctrina neoliberal, la cual ha promovido, desde los años ochenta, la globalización económica y financiera en el planeta”, dijo.
“Las asociaciones público-privadas, la flexibilización del trabajo, las ventajas fiscales para las empresas y el alivio regulatorio en materia de comercio internacional son solo algunos de los elementos que forman parte del ambiente en donde las calificadoras se desempeñan y se desarrollan”, agregó.
Antes esta situación, la globalización de los mercados financieros y su dinámica interconectada condiciona los movimientos del capital, las monedas, el crédito y, en consecuencia, de las economías de los países y el bienestar de las y los ciudadanos, manifestó. “Aquí es donde las calificadoras de riesgo pueden incidir en algunos objetivos de la política económica de los Estados y de los gobiernos a pesar de que, como ellas mismas señalan, solo emiten opiniones”, completó.
Y es que las calificaciones emitidas por estas entidades son necesarias para que un título llegue a los mercados. Incluso muchos fondos de pensión o aseguradoras compran bonos a condición de que éstos hayan recibido una buena calificación, precisó.
“La dinámica de calificación supone que las empresas públicas o privadas o los Estados que busquen inversiones o préstamos en un mundo globalizado, en donde el capital puede provenir de cualquier lugar, solicitan ser calificados con el fin de poseer una buena nota de solvencia”, reza el texto.
“En el caso de la calificación soberana ligada a los Estados, ésta reposa en indicadores como los ingresos y egresos del mismo, la inflación o la evolución del producto interno bruto por habitante en el país, pero también de otros indicadores como la estabilidad institucional y política del Estado evaluado o su competitividad con respecto a sus socios comerciales,” concluyó Monreal.
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