Desde hace un año que la pandemia del COVID-19 azotó a México las escuelas y las guarderías fueron cerradas. En ninguno de los dos casos –salvo algunas excepciones– se ha regresado al funcionamiento normal. La alternativa para las clases se impuso el proyecto de educación en línea. Pero para las estancias infantiles no hubo solución, pese a que muchos padres de familia continúan saliendo a trabajar hoy en día.
Pero hay otras guarderías que siguen funcionando, incluso han tenido más demanda y, de acuerdo con la publicación inglesa The Economist, pone en evidencia una absurda diferencia que solo pone en vergüenza al sistema de cuidado de menores: las guarderías de perros.
Dicho medio ejemplifica esto con el caso de Gaby Rountree Antón quien todos los días a eso de las 9 de la mañana se despide de perrita ‘Mila’, cuando la recogen para ir a la guardería. . “La ha hecho tan independiente, tan amigable y tan encantadora con los demás”, citan a la Sra. Rountree Antón, quien aprovecha que le ayudan con su mascota para poder ayudar a sus hijos con las clases en línea.
Precisamente ese es el impulso de este negocio: los cuidadores caninos ofrecen recortes de garras, pasean a las mascotas al aire libre, y sobretodo, los distraen mientras sus dueños siguen con sus actividades. “Muchos clientes ahora tienen una oficina en casa o les preocupa que sus perros se encariñen demasiado con ellos”, dijo a dicha publicación Montserrat Mondragón, copropietaria de Casa Pek, una guardería para perros. La instalación, ubicada en el barrio de La Condesa, también cuenta con un campamento donde los perros callejeros pueden pasar un relajante fin de semana en el campo.
Asimismo refieren que en 10 años la cifra de perros en el país aumentó un 20%, alcanzando los casi 20 millones de canes en 2018. La mayoría son vagabundos, pero muchos han encontrado hogares. Estos animales representan el 85% de todas las mascotas a nivel nacional.
También destacan que los parques capitalinos tienen “áreas caninas” y que muchos restaurantes dan la bienvenida a los perros y les proporcionan agua potable. Hay salones de belleza para mascotas que no solo ofrecen baños y adornos, sino también masajes y acupuntura. Pero no se tratan de atenciones económicas ya que, por ejemplo, Casa Pek cobra 300 pesos (unos 14 dólares) por día. Mientras que un “baño relajante” en PetCare, puede costar más que el salario diario de un trabajador promedio.
The Economist apunta también que la creciente pasión que en México ha surgido por los perros, coinciden con la reducción de la media del número de hijos que se tienen por familia. Y es que mientas a mediados de la década de 1980, una mujer mexicana tenía en promedio cuatro hijos, actualmente son dos. “A largo plazo, a medida que la gente se ha enriquecido y los beneficios de la educación han aumentado, las familias se han reducido. El año pasado, sin embargo, fue la incertidumbre económica lo que llevó a muchos a retrasar el tener bebés”, cuentan sobre el fenómeno canino.
Agregan también que en México para muchos un perro es un sustituto adorable. Y enlistan la cantidad de atenciones que muchos dueños tienen con sus mascotas a quienes les llegan a comprar ropa y cochecitos y les organizan fiestas de cumpleaños, con sombreros y pasteles (sabor a ternera o atún, a menudo con forma de hueso). Incluso, añaden, las heladerías venden helados para perros; algunos restaurantes incluso ofrecen un menú completo para perros. “Toda esta infantilización peluda ha inspirado un acrónimo , perrhijo, una fusión del español para ‘perro’ y ‘niño”, explican.
Las mascotas más mimadas de México, concluyen, probablemente están disfrutando de la pandemia más que los niños que están ahora encerrados. Casi dos tercios de los niños que han perdido un año de escuela debido al COVID-19, contaba Unicef, viven en América Latina o el Caribe. Para madres como la Sra. Rountree Antón, la guardería para perros ofrece un respiro de la monotonía inducida por la epidemia, pero no dejará de preocuparse hasta que sus hijos también se suelten y regresen al aula.
Precisamente, a principios de este mes, el organismo de la ONU alertó que solo en América Latina y la zona del Caribe se concentra cerca del 60 por ciento de todos los niños, niñas y adolescentes alrededor del mundo que perdieron un año escolar completo en el mundo debido al confinamiento por la pandemia.
Mientras que solo en México, especificaron, las escuelas han permanecido cerradas 180 días –desde marzo de 2020 a febrero de este 2021–, un número muy por encima del promedio de días sin escuelas por coronavirus en la región latinoamericana y el Caribe (158 días), así como el doble de la estimación global (95 días).
Eso posiciona a México como el octavo lugar entre los países donde las escuelas han permanecido cerradas por mayor tiempo. La Unicef advirtió que toda esta situación representa serias amenazas para el presente y el futuro de las niñas, los niños y adolescentes en el país.
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