En la actual administración, la cifras de aseguramientos de propiedades del narco contrastan notoriamente con las reportadas en los pasados sexenios. Al mismo tiempo, se les ha restado atención e importancia a los palacetes asegurados al crimen organizado que en su tiempo llamaron la atención por el lujo y excentricidades que albergaban en su interior.
La tradicional estrategia de arrebatarle a los capos poderosos sus más importantes bastiones -como al Chapo Guzmán, Amado Carrillo, La Barbie, El Rey Zambada, El Marro, etc-, ya no es prioridad del actual gobierno, y los datos oficiales lo confirman.
De acuerdo con cifras de la Fiscalía General de la República (FGR), consultadas por Milenio, en los dos primeros años de gobierno de Vicente Fox se le embargaron al narco 208 propiedades; mientras que en el período Calderonista fueron asegurados 141 inmuebles propiedad del crimen organizado.
En el sexenio siguiente, encabezado por Peña Nieto, se aseguraron 134 inmuebles; de los cuales 93 fueron decomisados entre 2013 y 2014.
De esta manera, en el período de Calderón -famoso por ser el que inició la polémica Guerra contra el Narco- fue donde más se registraron este tipo de aseguramientos. Después le siguen el gobierno de Vicente Fox y Peña Nieto. Los tres períodos registraron un promedio de 161 inmuebles asegurados durante los dos primeros años de sus respectivas gestiones.
Este último dato contrasta con el mismo período del actual sexenio de López Obrador, en el que, según la FGR, solo le han sido aseguradas 27 propiedades al narco entre 2019 y 2020.
Lujos y extravagancias: las grandes mansiones del narco
El lavado de dinero a veces tiene cara de mansión. Los capos de la droga en México invierten las ganancias de sus negocios ilícitos en propiedades, que cuando son atrapados por la autoridad salen a la luz el lujo y la extravagancia.
Una de las más ostentosas fue la del narcotraficante mexicano Amado Carrillo Fuentes, alias “El Señor de los Cielos”, quien siempre tuvo el deseo de construir una mansión a su gusto, pues, aunque era dueño de múltiples propiedades, en su mente siempre tuvo la idea de que su casa ideal sería una inspirada en los cuentos de “Sherezade” y otros relatos de Medio Oriente.
Fue así que en 1992 mandó construir en la capital de Sonora la obra que más tarde se llamó “Las mil y una noches”. Ubicada en la exclusiva colonia Pitic, fue durante muchos años un atractivo turístico. Eso hasta esta septiembre de 2020, cuando se empezaron a demoler los muros para poner a la venta el predio.
En el pueblo San José de Guanajuato, a 20 minutos del centro de Celaya y a cuatro horas de Ciudad de México, hay una “casa de las albercas” que yace sola y abandonada. Se trata de un paraíso ostentoso, pero deshabitado. Su dueño es uno de los hombres más relevantes en el delito del huachicol, José Antonio Yépez Ortiz, alias “El Marro”, líder del Cártel de Santa Rosa de Lima y actualmente preso en una cárcel de máxima seguridad.
La casa cuenta con siete piscinas en plataformas de distintos niveles, jardínes amplios, interiores con paredes de madera finamente trabajada y algunos adornos opulentos como la escultura de león que descansa en la entrada principal.
Otro ejemplo notorio es la mansión que fue de Édgar Valdez Villarreal, ´La Barbie´, cuyos 21,302 metros cuadrados y amplios salones, convirtieron al rancho Los Tres García, en el espacio ideal para convertirlo en Universidad en el Estado de México.
Originalmente, este inmueble que pertenecía a Carlos Montemayor González, suegro de Édgar Valdez, alias “La Barbie”, se sometió a subasta por el gobierno federal, pero por su alto precio de salida (32,091,533 pesos) se declaró desierto.
Cuenta con al menos 20 caballerizas y fue una tradicional sede de torneos de charrería.
Su anterior propietario es Carlos Montemayor Hernández, quien pertenecía al cártel de los hermanos Beltrán Leyva.
Bajo el nombre de Alejandro García Treviño, el suegro de “La Barbie”, se hizo pasar por empresario para poder operar el rancho como palenque y rodeo. Se dice, que era frecuentado por figuras de la política, especialmente exdiputados, que incluso realizaron fiestas en este sitio, un lugar lujoso y vigilado.
En este ambiente de caballos, toros, escaramuzas y jinetes, el hombre disfrazó sus actividades delictivas de trasiego de cocaína hasta su detención en un hotel de la Ciudad de México.
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