La historia criminal de Alfredo Beltrán Leyva, el “Mochomo”, quedó detenida un día de abril del 2017. Su sentencia a cadena perpetua por el tráfico de cocaína y metanfetamina a Estados Unidos, vinculó para siempre los días del capo a una cárcel norteamericana. Más de tres años después, el “Mochomo” solicitó a través de una carta su liberación.
La detención del Alfredo Beltrán Leyva, el 21 de enero de 2008, desató la guerra más sangrienta que haya ocurrido en la historia de las drogas de México. Ésta captura fue el pretexto para que su hermano Arturo Beltrán, declarara la guerra a sus compadres y líderes del Cártel de Sinaloa, Joaquín el “Chapo” Guzmán e Ismael el “Mayo” Zambada, a quienes acusó de haberlos traicionado.
La dinastía Beltrán Leyva — formada por Héctor, Carlos, Arturo y Alfredo— inició su carrera criminal en Badiraguato, Sinaloa, donde tejió alianzas con narcotraficantes como el “Chapo”, Ignacio Nacho Coronel e Ismael Zambada.
La primera encomienda de los hermanos fue pelar la plaza de Sonora al Cártel de Tijuana. Desde esa entidad, los Beltrán Leyva ampliaron sus operaciones al llamado “Cuadrilátero del Diablo”, que abarca las regiones serranas de Chihuahua, Durango, Sinaloa y Sonora.
Héctor Beltrán Leyva, el “H” (1962-2018) quien según expertos como Raymundo Riva Palacio, era el más sofisticado de todos, inició las redes de corrupción institucional, en las que involucró no sólo a políticos, sino a empresarios. En tanto Arturo se fue a vivir a Cuernavaca, Morelos, donde recibió protección de altos funcionario del gobierno.
De este modo, los Beltrán Leyva pelearon varias zonas del país. A nombre de sus compadres de Sinaloa, los hermanos iniciaron diputas con el grupo criminal Los Zetas, que pronto pasaría de ser enemigo de muerte a aliado.
En diciembre de 2007, Arturo Beltrán Leyva se reunió en Cuernavaca con el fundador del cártel de la última letra, Heriberto Lazcano, para supuestamente forjar una alianza contra el “Chapo” y el “Mayo”.
Para el siguiente año, los Beltrán Leyva recibirían uno de sus peores golpes: la captura de Alfredo Beltrán Leyva, el “Mochomo”, que le dio la excusa perfecta a los hermanos para formalizar el rompimiento con el Cártel de Sinaloa.
La guerra dio como resultado una de las peores matanzas que se registrara en la lucha contra el narcotráfico. En ella, practicamente todos los capos de la vieja escuela murieron o fueron detenidos.
Los golpes contra los Beltrán Leyva provocaron su transformación a organizaciones menos centralizadas. En Guerrero, por ejemplo, surgieron los grupos criminales de Los Rojos y Guerreros Unidos que, según la DEA, actualmente tienen una alianza con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
En la última Evaluación Nacional de la Amenaza de Drogas 2020, de la DEA, se advierte que la organización de los Beltrán Leyva fue, en algún momento, un grupo poderoso, que a pesar de las muertes o arrestos de varios líderes en los últimos años, continúa funcionando en todo México.
Los Beltrán Leyva mantienen alianzas con cárteles más grandes para acceder a pasillos de contrabando de drogas. Este cártel trafica principalmente con heroína, metanfetamina, cocaína y marihuana.
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