Poeta, seductor y asesino al estilo Hannibal Lecter: el “caníbal de la Guerrero” que mató a su novia y cocinó su carne

Reportes de medios nacionales e internacionales informaron que fue hallado con un plato de restos humanos sazonados con limón

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José Luis Calva Zepeda era
José Luis Calva Zepeda era un autoproclamado escritor, dramaturgo, y poeta mexicano, presunto asesino serial, y caníbal (Foto: Jovani Pérez/Infobae)

Para muchos, el canibalismo parece ser un mito. Una fantasía que sólo existe en las historias de Hannibal Lecter, famosamente interpretado por Anthony Hopkins, o en películas de culto como Holocausto Caníbal.

Seres humanos comiéndose a otros seres humanos parece impensable. Sin embargo, hace 13 años, en departamento de la colonia Guerrero, en la Ciudad de México, ocurrió.

El departamento 17 del número 198 de la calle Mosqueta.

José Luis Calva Zepeda era un autoproclamado escritor, dramaturgo, y poeta mexicano, presunto asesino serial, y caníbal. Fue acusado del asesinato de su novia y de comérsela en el año 2007: él mismo confesó antes del juicio que la mató, pero no que la consumió.

Fue acusado del asesinato de
Fue acusado del asesinato de su novia y de comérsela en el año 2007: él mismo confesó antes del juicio que la mató, pero no que la consumió (Foto: Twitter/@LeyendasPodcast)

También era el sospechoso de otros dos a ocho homicidios, de acuerdo con CNN.

Nació el 20 de junio de 1969 y tuvo una infancia traumática: su padre murió cuando tenía dos años de edad, y después, su madre, Elia, solía trae a hombres desconocidos a la casa a quienes el futuro homicida tenía que decirles “papá”.

“Soy José Zepeda, nací en 69. Tengo pulmones enfermos, corazón grande, huesos frágiles, nariz profunda. Bebedor de mezcal sin gusano, canoso por herencia, grande de bolsillo y escaso de propiedades... pero rico espiritualmente, sexual desde mi juventud, tardía madurez, admirador de la belleza de la mujer, platónico”, se describió a sí mismo en un texto hallado en su departamento y que forma parte del expediente de la Procuraduría, publicó El Universal el 31 de octubre en un artículo titulado “El caníbal, su autobiografía entre la violencia y el rencor”.

Cuando cumplió siete fue violado por un adolescente de 16 años que estudiaba en una academia militarizada, a quien identificó como Tirso, un amigo de su hermano mayor, Jorge, dijo en sus primeras declaraciones el 8 de octubre, después de su arresto.

"El poeta caníbal" se ganaba
"El poeta caníbal" se ganaba la vida vendiendo su trabajo en las calles de la Ciudad de México (Foto: Cuartoscuro)

“Tirso me violó”, le dijo en distintas ocasiones a su hermano. Fue hasta años después que buscaron al presunto agresor para golpearlo.

Con su madre también vivió violencia: “Un día de Reyes sorprendí a mi hermana y mi madre cuando colocaban los juguetes, ella se molestó y nunca más me compró un juguete. Otro día rompí una figura de porcelana y me fue golpeando por la casa y repitiendo ‘eso no se hace’. Luego me dejó en el jardín para que durmiera”.

Cuando tenía 12 años fue expulsado de su casa. Para sobrevivir empezó a cuidar coches y después consiguió una caja para bolear zapatos y comprar juguetes. “La gente me preguntaba por qué trabajaba tan pequeño”, dijo, de acuerdo con El Universal.

Así se convirtió en un niño callejero, hasta que, de acuerdo con su propio testimonio, unos vecinos le prestaron un cuarto en la azotea del mismo edificio donde vivía, y desde donde espiaba a su madre, Elia, y a sus cinco hermanos: Jorge, Guadalupe, Patricia, Claudia, y Helen. “Me daba mucho coraje, sentía mucho rencor”, escribió.

Cuando cumplió siete fue violado
Cuando cumplió siete fue violado por un adolescente de 16 años que estudiaba en una academia militarizada, a quien identificó como Tirso, un amigo de su hermano mayor, Jorge (Foto: Moisés Pablo/Cuartoscuro.com)

En 1996 conoció a Aide, a quien “realizó un trabajo de sanación”. La mujer que se convertiría en su esposa y en la madre de sus dos hijas. Pero cuando se divorciaron y ella emigró a los Estados Unidos en 2001, cayó en una fuerte depresión. No las ve desde ese entonces.

“Tenía 33 años, me estaba divorciando, pasé una fuerte depresión, económicamente me iba mal, perdí la pista de mi esposa y de mis dos hijas. Me sentí doblemente traicionado”, contó a los psiquiatras y psicólogos del hospital Xoco.

En octubre del 2007, elementos de la entonces Policía Federal (PF) arribaron al domicilio de Calva Zepeda para arrestarlo: era el principal sospechoso de la desaparición de su novia, Alejandra Galeana, de 32 años de edad, quien había sido vista por última vez con vida el 6 de octubre.

Reportes de medios nacionales e internacionales informaron que fue hallado con un plato de restos humanos sazonados con limón. Trató de escapar aventándose de su ventana, hiriéndose gravemente a sí mismo.

La novela incompleta tenía en
La novela incompleta tenía en la portada la fotografía de un hombre, parecido a Calva Zepeda, utilizando una máscara similar a la que Anthony Hopkins portó cuando interpretó a Hannibal Lecter (Foto: Twitter/@LeyendasPodcast)

Existe una fotografía de él momentos después: sentado en una banqueta, con un suéter y guantes negros, un pantalón de mezclilla azul, y sangre en su rostro y su cabeza mientras es auxiliado por un paramédico de la Cruz Roja.

El presunto homicida permanecería varios días hospitalizado después su detención, por el delito de homicidio calificado y abusar de un cadáver, por una contusión en la cabeza.

Dentro del departamento, la policía capitalina encontró el cuerpo mutilado de Galeana, su novia, en un clóset, carne humana en el refrigerador, un sartén con carne humana cocida, un plato con la carne frita y cubiertos, y huesos humanos dentro de una caja de cereal. Corn Flakes, informó la entonces Procuraduría General de la República (PGR).

Calva Zepeda negó ser caníbal, pero sí aceptó haber matado a Galeana después de una pelea. De acuerdo con los fiscales, el asesino mutiló el cuerpo de su novia y, para deshacerse de él, se lo daría a perros de la calle para que se lo comieran.

Conocidos, psicólogos, y fiscales describían
Conocidos, psicólogos, y fiscales describían a Calva Zepeda como un hombre carismático, un mentiroso compulsivo que disfrutaba dominar a las mujeres, y a quienes a veces convencía comprar sus poemas en la calle (Foto: Twitter/@LeyendasPodcast)

Otra fuente judicial, declaró ese año La Razón, confirmó que “uno de los detalles que más llama la atención es una fotografía de Anthony Hopkins, en su papel del caníbal Hannibal Lecter con un bozal, que estaba colgada en una de las paredes” del departamento del sospechoso.

Además, libros sobre magia negra y uno inacabado y escrito por él mismo: titulado “Instintos Caníbales” o “12 días”.

El poeta caníbal se ganaba la vida vendiendo su trabajo en las calles de la Ciudad de México. La novela incompleta tenía en la portada la fotografía de un hombre, parecido a Calva Zepeda, utilizando una máscara similar a la que Anthony Hopkins portó cuando interpretó a Hannibal Lecter en El Silencio de los Inocentes, la película de 1991 ganadora en los Óscares.

En ella, Hopkins interpreta a un doctor genio que se come a sus pacientes.

Trató de escapar aventándose de
Trató de escapar aventándose de su ventana, hiriéndose gravemente a sí mismo (Foto: AP)

Conocidos, psicólogos, y fiscales describían a Calva Zepeda como un hombre carismático, un mentiroso compulsivo que disfrutaba dominar a las mujeres, y a quienes a veces convencía comprar sus poemas en la calle. Se presentaba como reportero, novelista, actor, dramaturgo. Se presentaba ante sus víctimas como escritor y por eso se le conoce como poeta.

Declaraba haber trabajado con actores como Angélica Vale, Jorge Ortiz de Pinedo, y Mauricio Herrera. Según el expediente de la Procuraduría capitalina, escribió alrededor de 800 poesías y novelas infantiles, 100 canciones, y 20 obras de teatro.

La fuente también afirmó que se realizaron distintos análisis “a la carne encontrada en el departamento” y José Luis Calva para determinar si comió los restos de su víctima y novia. “De confirmarse, sería el primer asesino caníbal de la capital”, dijo.

La prensa no esperó la confirmación de tales análisis. No importaba si Calva Zepeda practicaba o no la antropofagia, el morbo había ganado y durante meses hubo titulares donde lo bautizaban como El poeta caníbal o El caníbal de la Guerrero. Hasta hoy se le conoce así.

Peritos de la Ciudad de
Peritos de la Ciudad de México determinaron que el asesino tenía una desviación que lo llevaba a matar mujeres: en sus víctimas veía representada a su madre (Foto: Twitter/@LeyendasPodcast)

“Ese es problema de él y que él lo resuelva. Además yo soy inválida y no puedo estar moviéndome”, dijo Elia a los policías en respuesta cuando Calva Zepeda le preguntó si lo podía visitar en el hospital de Xoco.

Peritos de la Ciudad de México determinaron que el asesino tenía una desviación que lo llevaba a matar mujeres: en sus víctimas veía representada a su madre.

Patricia Payán Vidaño, una de las peritos que lo examinaron, sostuvo que Elia tuvo un papel decisivo en la vida del homicida. Si ella decía que una mujer no le convenía, él se deshacía de ella matándola.

En la madrugada del 11 de diciembre del 2007, El caníbal de la Guerrero no se presentó al llamado de todas las mañanas para pasar lista, informó Reuters. Murió por suicidio entre las 06:00 y 06:30 horas: fue encontrado colgado con su propio cinturón del techo de su celda de prisión. El escritor no dejó ninguna nota.

En sus primeras declaraciones, reveló
En sus primeras declaraciones, reveló Noticieros Televisa el 11 de diciembre del 2007, admitió que era adicto al alcohol, al tabaco, y a la cocaína, además de que padecía de distintos trastornos psicológicos (Foto: Pedro Marrufo/Cuartoscuro.com)

Su abogado, Humberto Guerrero Plata, confirmó las noticias. Se ahorcó en su celda del Reclusorio Oriente del entonces Distrito Federal. Se encontraba bajo proceso ante el Juzgado 21 y el juez Juan Jesús Chavarría Sánchez, quien dictó el auto de formal prisión.

Todo indica que se trata de un suicidio, pero lo mejor es llevar a cabo una adecuada investigación”, dijo Juan José García Ochoa, subsecretario del Gobierno del Distrito Federal, a la estación de radio Formato 21.

En sus primeras declaraciones, reveló Noticieros Televisa el 11 de diciembre del 2007, admitió que era adicto al alcohol, al tabaco, y a la cocaína, además de que padecía de distintos trastornos psicológicos. Y no era la primera vez que era arrestado: sus antecedentes penales señalaban que en 1993 fue arrestado por la posesión de arma blanca.

También expresó culpa y remordimiento por la muerte de su novia, Alejandra Galeana, reportó CNN.

Sostuvo haber limpiado cuidadosamente para
Sostuvo haber limpiado cuidadosamente para después cocinar y sazonar los restos humanos para dárselos de comer a perros que encontró en la calle: una manera de deshacerse del cadáver (Foto: Twitter/@SerialADay)

Reconoció haberla asesinado y mutilado su cuerpo después de una pelea, en la cual estaba borracho y drogado, pero negó haber comido su carne.

Sostuvo haber limpiado cuidadosamente para después cocinar y sazonar los restos humanos para dárselos de comer a perros que encontró en la calle: una manera de deshacerse del cadáver.

El poeta caníbal era investigado y vinculado en por lo menos otros dos asesinatos: uno, el homicidio de una sexoservidora, cuyo cadáver fue hallado en Tlatelolco en abril del 2007. El segundo, perpetrado en el municipio de Chimalhuacán, en el Estado de México, donde la víctima fue identificada como Verónica Martínez Casarrubia.

“No le deseo la muerte a nadie, pero siento que esto es justicia divina”, dijo Soledad Garavito, madre de Galeana, a la Associated Press. “No siento placer en la muerte de este hombre, pero he visto que existe un Dios y que Él está conmigo”.

“No le deseo la muerte
“No le deseo la muerte a nadie, pero siento que esto es justicia divina”, dijo Soledad Garavito, madre de Galeana, a la Associated Press (Foto: Moisés Pablo/Cuartoscuro.com)

Una de sus ex novias, identificada como Olga Lidia, publicó, en una crónica en el diario Milenio titulada “Durmió con el caníbal y sobrevivió”, su testimonio.

Durante un tiempo convivió con José Luis Calva Zepeda en casa de sus padres en Ecatepec, en el Estado de México. Lidia era una profesora de inglés y se convirtió en su novia.

Cuatro meses vivieron en casa de los padres de ella: Domitila y Raymundo, Testigos de Jehová.

Ahí ataba a Olga Lidia para “satisfacer algunas fantasías sexuales”, relata la crónica, además de obligarla a ver películas de zoofilia y pornográficas.

“Cuando cerraba la puerta del espacio que habitaban Zepeda se transformaba, la maltrataba y amenazaba con hacerle daño a sus padres si intentaba abandonarlo. Llegó a golpearla en al menos dos ocasiones”.

Un abogado en el despacho que lo defendía, Moisés Humberto Calderón, dijo que Calva Zepeda “estaba arrepentido”, pero que no parecía ser suicida en prisión. “No parecía tener tendencias suicidas”, afirmó, de acuerdo con CNN. “Estaba muy entusiasmado con la idea del libro. Era más o menos lo que le daba una razón para vivir”.

En “Instintos Caníbales” se podía
En “Instintos Caníbales” se podía leer: “Cuando surgen las intrigas… Cuando vuelven las evocaciones… Cuando la pasión se convierte en ira… Cuando la venganza se torna en obsesión… Surgen los instintos caníbales” (Foto: EFE/Joebeth Terriquez)

El fragmento de un texto titulado “Polvo de viento”, encontrado en los cajones de José Luis Calva Zepeda, fue publicado por Letras Libres el 30 de octubre del 2007:

“¡Soy polvo del viento que vive en el tiempo!/ Soy la tibia hoguera que enciende pasiones,/ soy la suave escarcha que moja las almas,/ ¡Soy la madrugada que escribe mil letras!”.

En “Instintos Caníbales” se podía leer: “Cuando surgen las intrigas… Cuando vuelven las evocaciones… Cuando la pasión se convierte en ira… Cuando la venganza se torna en obsesión… Surgen los instintos caníbales”.

Al final de sus días libres, la Subprocuraduría de Procesos Penales presuntamente lo vigilaba las 24 horas del día. Pero en la cárcel, su conducta contrasta con los detalles mórbidos compartidos por la prensa: la Dirección General de Prevención y Readaptación Social reportaba que El caníbal de la Guerrero no ocasionaba no ocasionaba altercados con otros compañeros ni mayores problemas. Era un reo tranquilo.

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