No existe tiempo que pueda diluir las huellas de Rafael Caro Quintero, el líder del extinto Cártel de Guadalajara y el capo más buscado por la DEA. El narcotraficante acusado del secuestro, tortura y asesinato del agente federal Enrique Kiki Camarena ha tomado las armas y reagrupado sus fuerzas, especialmente en la zona centro del país.
Su primer objetivo ha sido disputarle el territorio a los grupos criminales que dominan aquellas regiones del país. Una nueva guerra de cárteles, según los expertos, ha empezado.
En medio de esa disputa se han presentado sucesos que han marcado su regreso al hampa de México. Esta misma semana, personas identificadas al círculo cercano de Quintero han sido asesinadas y detenidas.
El primer evento tuvo lugar en la joya turística de Acapulco, Guerrero, donde fue asesinado Fernando Delgadillo Hermosillo, alias el Miko”. El hombre fue acribillado a balazos abordo de un auto; iba acompañado de una mujer.
El “Miko” presuntamente se dedicaba al tráfico de metanfetaminas y cocaína hacia Estados Unidos. Trabajaba bajo el ala del “Chapo” Alfredo, a su vez operador de la facción que Caro Quintero dirige en Sonora (al norte del país).
Sobre esta célula se sabe que opera en Ciudad Obregón, Sonora. El año pasado, el nombre de Fernando Delgadillo Hermosillo saltó a los titulares luego de que se anunciara el decomiso de un narcolaboratorio presuntamente perteneciente al “Miko”.
Tras la muerte del “Miko” sucedió la captura de Juan Pablo Quintero Martínez, sobrino de Rafael Caro Quintero, en el municipio de Atizapán de Zaragoza, Estado de México, es acusado de homicidio calificado.
En un comunicado de prensa, la FGR precisó que se le acusa de privar de la vida a la víctima con disparos de arma de fuego en la colonia Infonavit El Rosario, alcaldía Azcapotzalco, en noviembre pasado.
Además, podría estar relacionado con otros delitos del fuero federal. “Pablito” como es conocido, ingresado al Reclusorio Preventivo Varonil Oriente, para ser puesto a disposición de la autoridad judicial que lo requiere.
Antonio Nieto, reportero de Televisa y especializado en temas de seguridad, indicó que el hecho ocurrió el 25 de noviembre y fue consecuencia de un supuesto robo de un X-box. Juan Pablo Quintero Martínez operaba en la alcaldía Azcapotzalco, en la capital del país, y en los municipios de Atizapán, Tlalnepantla y Naucalpan, en el Estado de México.
El Narco de Narcos pasó casi tres décadas en la cárcel por el asesinato de Enrique “Kiki” Camarena, ex agente de la DEA, y fue fichado por diversas instancias como la Interpol, el FBI y la DEA, quien aún lo tiene en la mira como objetivo prioritario.
Su nombre volvió a tomar fuerza por un informe de las autoridades estadounidenses, en el que lo ubican al mando de uno de los frentes del Cártel del Pacífico (o de Sinaloa), la organización criminal que fundó el Chapo a finales de los años 80.
El gobierno norteamericano asegura que Caro Quintero sigue implicado en actividades del narcotráfico. Pero en una entrevista concedida en 2016, el capo pidió que le dejaran en paz, pues estaba cansado de huir, y afirmó que no volvió al negocio.
Sin embargo, el “Narco de Narcos” lideraría una célula llamada Cártel Caborca, que a su vez está en disputa de la plaza contra Los Durangos, facción ligada a los Chapitos, hijos de Guzmán Loera. Esto confirmaría la versión del gobierno estadounidense sobre las actividades del capo.
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