La presencia del Cártel de Sinaloa en México es igual (o mayor) que cuando su fundador, Joaquín el “Chapo” Guzmán —sentenciado a cadena perpetua en EEUU— dominaba el hampa de México, según la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA).
De acuerdo con los expertos, es un mito pensar que al capturar a cualquier líder criminal desaparecerá el narcotráfico. Por el contrario, muchos de ellos se fortalecen.
Bajo este contexto, la DEA advierte que el Cártel de Sinaloa sigue siendo el grupo criminal más poderoso de México, pese a dominar sólo 15 entidades del país —según la DEA, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) tiene el control de 23 estados—.
Con frecuencia, el Cártel de Sinaloa se pliega con a las exigencias del mercado. Tal como sucedió con la pandemia por coronavirus. Frente a la escasez de precursores químicos para la elaboración de opioides provenientes de China, la organización criminal incursionó en la producción de estos. El transporte y venta de opioides como el fentanilo, siguen siendo las principales fuentes de ingresos del cártel, advierte la agencia.
Los cocineros mexicanos, encargados de la elaboración de drogas sintéticas son instruidos, en algunas ocasiones, por profesores de química, pero su ambición en el negocio les ha llevado a producir fentanilo con sólo 10 por ciento de pureza, lo que lo hace más letal.
La proliferación de las drogas sintéticas en EEUU ha llevado a los capos sinaloenses a invertir grandes cantidades en narcolaboratorios. De esta forma, los narcos ya no tienen que importar la mercancía con el gasto que eso conlleva. Los laboratorios clandestinos se instalan en edificios de la zona urbana de Culiacán (Sinaloa) o en lugares remotos de la sierra, donde desde tiempo remotos se ha cultivado la amapola.
La Evaluación Nacional de la Amenaza de Drogas 2020 apunta que el Cártel de Sinaloa tiene presencia significativa en 15 de los 32 mexicanos; controla la actividad del narcotráfico en varias regiones de México, particularmente a lo largo la costa del Pacífico, el noroeste del país y parte de las fronteras norte y sur de México.
Asimismo, el cártel del “Mayo” Zambada mantiene la huella internacional más amplia en comparación a otras organizaciones criminales mexicanas, proporcionando al grupo una ventaja sobre sus rivales.
Éste grupo exporta y distribuye al por mayor cantidades de fentanilo, heroína, metanfetamina, cocaína y marihuana en los Estados Unidos y mantiene diversos centros de distribución en varias ciudades norteamericanas.
El “Chapo”, tras ser detenido en la localidad costera de Mazatlán, Sinaloa, fue extraditado a Estados Unidos en 2017, donde se llevó a cabo un juicio en el que se le dictó cadena perpetua. En la causa participaron miembros del cártel sinaloense que aseguraron que Ismael el “Mayo” Zambada era la principal cabeza de la organización criminal.
Actualmente el CDS está dominado por Zambada y Los Chapitos, hijos de Joaquín el “Chapo” Guzmán, quienes controlan el menudeo en la ciudad de Culiacán, aunque sus funciones son autorizadas por el “Mayo”.
Detenciones, a la baja
El director de Lantia Intelligence y consultor en seguridad, Eduardo Guerrero, concluyó a través de un monitoreo realizado a partir de notas periodísticas sobre los arrestos contra narcos del Cártel de Sinaloa y CJNG, así como bandas alineadas con éstos, que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador “ha optado por llevar la fiesta en paz con la organización sinaloense”.
Según el conteo de Lantia Intelligence, en los últimos 18 meses, las acciones contra el Cártel de Sinaloa han resultado en la detención de 245 integrantes criminales, una cifra modesta si se le compara con los 629 arrestados del CJNG.
Para el experto, la decisión del gobierno de López Obrador no es necesariamente mala. Dejar en relativa paz al Cártel de Sinaloa podría ser porque el gobierno ha decidido enfocarse en derrotar a una sola organización criminal, en este caso, la más agresiva contra las autoridades.
Además, el cártel de Nemesio Oseguera Cervantes parece una amenaza más severa en Palacio Nacional debido a su interés de participar en el robo de combustible (huachicoleo).
Guerrero advierte que estas acciones podrían generar una respuesta de ambos cárteles, y por consecuencia, un conflicto de alta intensidad. Probablemente antes que eso ocurra, apunta el especialista, el gobierno actual podría replantear una tregua con los cabecillas del Cártel de Sinaloa y sus aliados.
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