Durante la conferencia matutina de esta mañana, un desconocido burló la seguridad de Palacio Nacional e irrumpió en la conferencia matutina para hablar con el presidente, Andrés Manuel López Obrador, quien mantuvo diálogo con el joven por unos segundos.
Momentos después, la directora de Atención Ciudadana de la Presidencia, Leticia Ramírez Amaya, informó que el sujeto, identificado como José Luis de 31 años de edad, ingresó dos años a la cárcel luego que se “le plantaran droga”, por lo que pedía ayuda al mandatario para reintegrarse a la sociedad; el hombre aseguró que en el proceso no obtuvo apoyo de ningún abogado.
Este sería el más reciente acontecimiento el cual, aunado a otros más suscitados el fin de semana durante su gira por Querétaro y Zacatecas, ponen en duda la efectividad del sistema de seguridad con el que cuenta el presidente de la república, conformado por civiles, mejor conocidos como “Siervos de la nación”.
El pasado viernes 26 de febrero, el presidente arribó a Querétaro para encabezar la inauguración del Hospital General del Estado, en cuyas afueras, sobre la avenida prolongación Ignacio-Zaragoza, se reflejaban la división de la opinión pública que ocasionó su visita: Por un lado, simpatizantes civiles y políticos lo recibieron con aplausos y dando la bienvenida a su estado.
Sin embargo, al otro lado de la acera, integrantes del Frente Nacional Anti-AMLO (FRENAA) reprocharon con lonas y pancartas la llegada del mandatario y exigían que se retirara del estado. Asimismo, un grupo de mujeres se manifestaron en contra de López Obrador por defender la candidatura por Guerrero de Félix Salgado Macedonio, senador acusado de al menos 4 crímenes sexuales: “¡López Obrador defiende violadores!”, entonaban las jóvenes.
Durante el evento, una vez más, los filtros de seguridad se vieron rebasados cuando dos mujeres, en diferentes momentos, se acercaron al estrado donde se encontraba el presidente junto al gobernador del estado, Francisco Domínguez; fueron los gritos de las aglomeraciones externas lo que llamó la atención del mandatario.
Previo al corte del listón, una de ellas, vestida con suéter rosa y pantalón de mezclilla, ingresó a través de los barrotes que delimitaban la periferia del recinto. La seguridad había logrado contenerla, sin embargo, López Obrador ordenó que la dejaran pasar. La ciudadana entregó una carta al mandatario, quien la guardó en su bolsillo.
Luego, la otra mujer ingresó por la puerta principal y, a pesar que logró burlar la seguridad, la ayudantía le pidió que permitiera al presidente finalizar con su discurso; posteriormente, le entregó un gran paquete de folders y hojas.
De acuerdo con El Universal, la mujer, de nombre Julia, pidió apoyo al presidente para evitar el embargo de su casa. Relató que su casa está pronta a ser embargada, luego “le sacaron” firmas a su marido actualmente difunto para el respectivo expediente con número 426/16.
“He buscado a Pancho (el gobernador), he buscado al magistrado presidente, al fiscal general, a jueces y nadie ha atendido.”, expresó para el medio.
Para el domingo 28 de febrero, durante el aterrizaje del vuelo comercial que lo transportaba de Guadalajara la Ciudad de México, López Obrador recibió insultos por parte de un grupo reducido de personas quienes gritaban repetidamente “¡Que chingue su madre el peje!”, sin embargo, no se observó reacción alguna por parte del mandatario.
Cuestionado por este incidente en la conferencia matutina, AMLO aseguró que “son gajes del oficio” y declaró que, debido al oficio que ejerce, suele recibir muchos insultos, sin embargo “me eligieron para eso, para encabezar un movimiento de transformación. Así como hay personas inconformes, hay muchos otros que están conformes”.
El incidente fue grabado por uno de los pasajeros y subido a redes sociales, en donde, poco después se hizo viral y varias opiniones surgieron tanto por parte de detractores, como de simpatizantes de la administración de la 4T.
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