Como si tratara de un episodio “bono” en la vida de Joaquín el “Chapo” Guzmán, Emma Coronel Aispuro, última esposa del fundador del Cártel de Sinaloa, fue detenida este lunes en el Aeropuerto Internacional Dulles en Virginia, Estados Unidos.
El Departamento de Justicia de EEUU informó que a la mujer se le acusa de su presunta participación en el narcotráfico internacional. Según el expediente 1:21-mj-00240 Coronel tiene cargos por tráfico de drogas, incluyendo conspiración para importar heroína, cocaína, marihuana y metanfetaminas.
Además, de acuerdo con el documento judicial, Coronel Aispuro habría ayudado a coordinar el escape de su marido del penal del Altiplano, el 11 de julio de 2015, y tras su reaprehensión en 2016, empezó a preparar un nuevo escape, el cual habría sido interrumpido tras la extradición del “Chapo” en 2017.
Durante ese tiempo, la mujer, de 31 años, fue la representante de su esposo ante la cúpula de la organización criminal sinaloense. Su labor consistía en transmitir mensajes entre el capo, desde la prisión, para el resto de los cabecillas criminales.
Estas acusaciones se dieron a conocer por primera vez durante el juicio del siglo, en el que se condenó a cadena perpetua a Guzmán Loera. El capo mexicano, Dámaso López, el “Licenciado”, testigo principal de la causa y compadre del “Chapo” Guzmán, reveló cómo la mujer ayudó en la huída del líder criminal.
Sin embargo, aún cuando el gobierno estadounidense tenía pruebas contra Emma Coronel —testimonios y mensajes encriptados de teléfonos Blackberry—, fue hasta el pasado 22 de febrero que se actuó en contra de la señora.
Tras la sentencia a cadena perpetua de su marido, Coronel, que se ganó el sobrenombre de la “Kim Kardashian mexicana”, viajaba constantemente a Estados Unidos. “Se confió porque no conoce las leyes del país ni los procedimientos de las agencias que investigan el narcotráfico”, señaló el ex agente de la DEA, Mike Vigil, en entrevista con Ríodoce.
Virgina, un estado al sur de EEUU, y donde fue detenida Emma Coronel, es considerado una plaza clave en la expansión millonaria e internacional del Cártel de Sinaloa. Hace unas semanas, Ramiro Ramírez Barreto, cabecilla criminal de dicha organización, se declaró culpable de ser el cerebro de una extensa red de tráfico de drogas del grupo criminal de Ismael el “Mayo” Zambada.
Según su confesión, Ramírez y otros 41 narcos reconocieron haber vendido drogas en el estado de Virginia y Carolina del Norte. A través de su organización, este narco mexicano suministraba cocaína, heroína y fentanilo a numerosas redes de narcotráfico.
Las acciones contra la célula criminal iniciaron a través de la Operación Cookout, con la que hasta la fecha, ha sido acusado 45 criminales. De ellos, 42 han admitido su conducta criminal y se han declarado culpables. Hasta el momento, 30 acusados han sido condenados, la mayoría con penas de prisión que van de dos a diez años, y tres acusados con entre 15 y 25 años de prisión.
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