Petróleos Mexicanos (Pemex) tendrá la opción de rebajar su carga fiscal, debido a un decreto emitido en el Diario Oficial de la Federación por la Presidencia de la República y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
De acuerdo con el documento expedido por Andrés Manuel López Obrador, esta modificación permitirá que la petrolera pueda deducir en el presente ejercicio fiscal hasta 73,280 millones de pesos y estará vigente hasta el 31 de diciembre de este año.
En 2019, la ley de Ingresos sobre Hidrocarburos puntualizaba que se aplicaría una tasa del 58% sobre el Derecho de Utilidad Compartida (DUC); no obstante, para el 2021 este se redujo al 54%, lo cual puede traducirse en que la petrolera podrá compartir con el Estado, hasta 4 puntos porcentuales menos de sus beneficios.
El mandatario ahondó en que la toma de esta decisión radicó en la situación financiera que atañe actualmente a Pemex, pues: “se encuentra debilitado significativamente por el impacto negativo en las condiciones económicas y de negocios derivados de los acontecimientos de tipo geopolítico, económico y de emergencia de salud pública a nivel global”.
En este sentido, López Obrador consideró “necesario elevar el nivel de producción de los hidrocarburos del país” y, por ende, decidió pertinente otorgar el estímulo fiscal para que los beneficiarios “incrementen la inversión en actividades de exploración y producción de hidrocarburos”.
En un estudio publicado el 10 de febrero, la Fundación de Estudios Financieros A.C. (Fundef) deliberó ciertas consideraciones estratégicas para que el plan de Andrés Manuel López Obrador de rescatar la industria petrolera y petroquímica de México pueda verse materializada en un mediano plazo; sin embargo, no dejó de señalar los riesgo inherentes en la empresa productiva para el Estado.
En su investigación esta asociación civil mencionó que el debilitamiento de Pemex se volvió sistemático desde una década atrás y situó este comienzo con la administración de Felipe Calderón Hinojosa, pero ahondó que, durante 2014 -cuando Peña Nieto fungía como presidente del país- se presentó el “punto de inflexión a un mayor deterioro”.
En las gráficas presentadas por la Fundef, se narra cronológicamente el deterioro de las finanzas de Pemex, llevándola, gradualmente al punto en el que se encuentra ahora, donde el gobierno de AMLO ha implementado un plan de rescate para alcanzar la soberanía energética a base de transferencias limitadas para ir paleando los problemas fiscales de la paraestatal; sin embargo, insiste, se necesita un rescate financiero y operativo de mayor envergadura.
“La Administración actual tiene un objetivo de política pública claro respecto de PEMEX: que sea la palanca del desarrollo del país. Sin cuestionar si la premisa anterior es correcta o no lo es, el requisito indispensable para que PEMEX cumpla esa función es que financieramente este sólido y que sea una empresa generadora de recursos”, se lee en la publicación.
Asimismo, desde la llegada de AMLO al poder en diciembre de 2018, el mandatario no sólo ha implementado políticas para fortalecer a Pemex, sino que ha dirigido sus esfuerzos también a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Por esto, el viernes pasado, se aprobó en lo general y particular con 22 a favor y 10 en contra la Ley de la Industria Eléctrica, la cual fue propuesta por López Obrador y que apela al uso de energías fósiles.
El proyecto contempla obligar a la Comisión Reguladora de Energía a que revoque los permisos de autoabastecimiento para empresas privadas cuyo único interés en la producción de energía, supuestamente, es usarla para ellas mismas. Es decir, producir energía sin la intención de venderla.
Según el proyecto de reforma, la Reforma Energética permitió que, bajo el supuesto autoabastecimiento, las empresas privadas benefician a terceros que obtenían energía eléctrica fuera del marco de la ley.
*Con información de Efe
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