Tras un operativo de fuerzas federales y locales, fueron arrestadas seis personas, presuntamente vinculadas con La Unión Tepito y quienes se encontraban en la vecindad de República de Cuba 86, donde en octubre pasado habrían sido descuartizados dos menores dedicados al comercio informal.
De acuerdo con fuentes de Seguridad, también se aseguraron varias dosis de cocaína y marihuana, así como diversos equipos de telefonía celular. Por imágenes compartidas se aprecia que los detenidos son tres hombres y tres mujeres.
Luego de que las personas fueran enteradas de sus derechos, agentes capitalinos, ministeriales y de la Guardia Nacional, las trasladaron a la Fiscalía Especializada de Investigación del Delito de Narcomenudeo, donde se determinará su situación jurídica.
República de Cuba 86 se localiza a tan solo tres cuadras de Palacio Nacional, donde despacha y habita el presidente Andrés Manuel López Obrador. En ese lugar, los amigos Héctor (14 años) y Alan (12 de edad) habrían sido torturados, asesinados y su cuerpos hechos pedazos. Esto ocurrió entre el 28 de octubre y la noche del 1 de noviembre del año pasado.
Las acciones en este predio del Centro Histórico se efectuaron desde las 17:00 hasta las 20:15 horas, cuando Omar García Harfuch, secretario de Seguridad de la Ciudad de México, informó de los registros y las personas aseguradas.
“Personal de @SSC_CDMX, @GN_MEXICO_ y @PDI_FGJCDMX ejecutaron 6 órdenes de cateo en un predio relacionado con la muerte de 2 menores en #Octubre de 2020, ubicado en la calle #RepúblicaDeCuba en @AlcCuauhtemocMx; se aseguraron los inmuebles y 6 personas fueron detenidas”, publicó en Twitter el funcionario capitalino.
Aquel crimen ocurrió tan cerca de la residencia oficial del presidente. Cuba 86 es un domicilio como otros de la zona, pero al mismo tiempo tan particular: usado por miembros de la Unión Tepito para llevar y golpear a quienes se negaban a pagar la extorsión y otros ilícitos. Ahora se sabe que las habitaciones de esa vecindad también se han utilizado para almacenar droga.
De acuerdo con cálculos del portal Calc Maps, este centro de operaciones de la célula delictiva se encuentra en un radio de 630 metros de donde AMLO decidió habitar durante su sexenio. Según Google Maps, son 10 minutos a pie entre un punto y otro.
El caso de los niños descuartizados
Entre las 23:30 horas del domingo 1 de noviembre y los primeros minutos del día lunes 2, Baltazar “N” fue el encargado de llevarse los restos de Alan y Héctor. Apenas había doblado la esquina sobre República de Chile, tras salir de Cuba 86, y estaba por llegar a Belisario Domínguez. Llevaba los cuerpos desmembrados en bolsas negras que a su vez estaban en cajas de plástico, acomodados en un “diablito”.
Pero al querer sortear el borde una banqueta descompuesta, empujó la carretilla con fuerza y tiró la carga, regando el contenido en la vía peatonal a escasos metros de un policía, según se aprecia en videos difundidos del momento. Este operador de La Unión volvió a Cuba 86 y comunicó a Édgar Zúñiga que fuera a recoger “la basura”.
El Zúñiga llegó y comenzó a levantar las bolsas, entonces se acercaron los oficiales para tratar de ayudarlo, pero se percataron que se desprendía un olor muy fuerte, difícil de respirar. Luego notaron que entre la carga sobresalían extremidades. Arrestaron al individuo, quien dijo ser un indigente y adicto y que solo fue a recoger las bolsas a cambio de dos grapas de cocaína, sin saber de qué se trataba. Tras investigar sus datos en la Fiscalía, se supo que era de la Unión Tepito.
Para el 4 de noviembre, los familiares identificaron los restos que pertenecían a los adolescentes desaparecidos. Fue hasta el 5 de noviembre que las autoridades capitalinas arrestaron a Baltazar “N”, luego de haberle seguido la pista mediante cámaras de videovigilancia en la zona.
Este sujeto se encontraba en República de Cuba 86, donde fueron hallados restos de sangre y prendas pertenecientes a Alan y Héctor. Por la tarde de ese jueves también fue arrestado José David, El Chayan, superior del Zúñiga y Baltazar.
Toda esa semana corrieron varias hipótesis sobre el móvil del asesinato. Versiones de prensa reportaron que los padres de los menores se habrían negado a pagar el “derecho de piso”, cobrado por los criminales a quienes ejercen el comercio informal en el primer cuadro de la capital. Finalmente pasaron tres meses para que se otorgaran nuevas órdenes de registro en la vecindad de Cuba 86, aparentemente, porque seguía siendo usado como oficina del narco local.
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