Una pequeña de dos años falleció dentro de un hogar que era usado para cuidar niños en Tijuana, Baja California.
De acuerdo con el diario El Imparcial, la menor de edad, a quien identificaron como Mía, se encontraba en la casa que se ubica en la calle Azul, en el fraccionamiento Hacienda de las Delicias.
Debido a que sus padres trabajan jornadas muy largas ella era encargada en esta casa y el lunes pasado por la noche se encontraba en el lugar. Fue alrededor de las 23:00 horas cuando fueron contactados los Bomberos de Tijuana por una emergencia, por lo que se trasladaron para tratar de ayudar a la pequeña.
Pero cuando llegaron al destino, Mía estaba inconsciente en uno de los cuartos y, al revisarla, los paramédicos confirmaron que la menor ya había fallecido. Tras unos minutos, la policía municipal arribó y después de que algunos vecinos explicaran que la casa se usaba como una guardería, se pidió la presencia de elementos de Protección Civil.
Sergio Alejandro Iglesias Espinoza, subdirector de Protección Civil Municipal, explicó que se hizo una supervisión del domicilio, y éste no contaba ni con la documentación ni con un espacio apropiado para cuidar a menores de edad.
“Hicimos una inspección ocular de la vivienda, la cual no presentaba ninguna medida de seguridad para el cuidado de niños, no contaba con ningún tipo de permisos, se observaron varias anomalías, había hasta unos cuetes en el cuarto donde estaba la menor sin vida”, reveló Iglesias Espinoza.
En una entrevista con el medio, una de las habitantes del domicilio, Lucero Cante, explicó lo que sucedió. De acuerdo con su recuento, era su amiga llamada Erika quien había estado encargada del cuidado de la pequeña desde hace cuatro meses, pero ninguna tenía conocimiento de alguna enfermedad o algo parecido.
“Ya tiene meses que la cuidaba, pero lo que nos dijeron los papás es que la niña hace meses tuvo un paro respiratorio y los paramédicos nos dijeron que probablemente fue eso, pero los papás nunca lo mencionaron anteriormente, que había sufrido un malestar así”, recordó Cante.
Pero el lunes notaron que la niña estuvo muy tranquila durante el día, algo que les pareció muy inusual, pues Mía era muy inquieta.
“Esa niña lloraba mucho, y ayer no, estaba muy quieta, como triste, yo siento que ya venía enferma”, agregó.
Esto hizo que Erika se preocupara y, debido a que no había llorado, ella se pudo dar cuenta que la menor ya no estaba respirando. Cante narró que la mujer subió a ver la niña, y cuando se dio cuenta de lo que había sucedido, se quedó en “shock”. “Yo inmediatamente le hablé a emergencias”, aseveró Cante.
Según las primeras versiones, el cuerpo de la bebé no presentaba huellas de violencia. No obstante, será el Servicio Médico Forense quien determinará la causa de muerte de Mía.
En septiembre pasado la Unicef reveló que en México la crisis por COVID-19 ha generado una presión extra a los hogares con niños, en especial aquellos de más bajos recursos. Se agudizaron las brechas ya existentes en cuestiones de salud, educación y pobreza, según datos de una encuesta.
Tras la presentación de la Encuesta de Seguimiento de los Efectos de la COVID-19 en el Bienestar de las Niñas, Niños y Adolescentes (Encovid19), Catalina Gómez, jefa de Política Social de Unicef México, dijo a EFE que los datos de este documento son “relevantes” porque visibilizan los efectos de la pandemia en las familias con niños en México.
Apuntó que las familias se sienten más presionadas debido a la menor cantidad de recursos que perciben debido a la pandemia, lo que incide en que exista una menor seguridad alimentaria y mayor estrés.
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