Fue Danielle Dreyer, una agente de la Administración del Control de Drogas (DEA), quien se infiltró en el Cártel de Sinaloa para que integrantes de la Secretaría de Marina y dependencias de Estados Unidos dieran un golpe de 90 millones de dólares al grupo transnacional.
Gracias a labores de inteligencia e intercepción de comunicaciones, así como relaciones de cercanía con mandos de la organización criminal, la agente pudo dar aviso a los miembros de la Marina Armada para que decomisaran 2.5 toneladas de metanfetamina, además de 100 mil píldoras de fentanilo en costas de Topolobampo, Sinaloa.
De acuerdo con documentos del expediente 21-MAG-1432 que fueron consignados por RíoDoce, Danielle Dreyer supo del cargamento que sería trasladado por un embarque a través del Mar de Cortés desde la costa sinaloense hasta un punto del puerto de San Felipe, Baja California.
La investigación comenzó en Quintana Roo, en las ciudades turísticas de Tulum y Cancún. Desde ahí siguió pistas hasta Culiacán, donde estableció vínculos amistosos con mandos medios del Cártel de Sinaloa. Junto con más agentes encubiertos trabajaron por meses en las indagatorias.
Sin embargo, afirmó RíoDoce, no es la primera participación de la agente de la DEA, pues el 1 de septiembre de 2020 su trabajo llevó al decomiso de tres toneladas de cocaína en Mahual, Quintana Roo. Ahí fueron arrestados tres tripulantes que trasladaban la droga en una embarcación.
Las investigaciones de Danielle Dreyer le permitieron acercarse cada vez más a la cúpula de la agrupación criminal, apuntó el medio sinaloense. Fue así que en enero se enteró del envío de un cargamento importante a San Felipe. Después supo, serían dos toneladas que partirían desde Las Arenitas, Sinaloa.
De acuerdo con su testimonio juramentado ante la Corte del Distrito Sur de Nueva York ante el juez James L. Cott, no sería una lancha rápida, sino otra embarcación más grande. Entonces alertó a las fuerzas federales de México que los paquetes saldrían el 29 de enero, de tal modo que los marinos ya esperaban la carga.
La demanda en el tribunal federal indica que la Armada mexicana rastreó la embarcación con un avión tipo King Air, al noreste del Golfo de California y montó operaciones para interceptarla. Horas después, este vehículo marino fue asegurado aproximadamente a 12 millas náuticas al Sur de de la costa de Topolobampo, Ahome.
En la embarcación tipo reformeña de nombre “Diamante” viajaban José Loreto Gastelum Torres y Fredy Alejandro Gastelum Vega, quienes fueron acusados en una corte federal de Manhattan el 5 de febrero.
“Estos dos traficantes fueron presuntamente atrapados con las manos en la masa con más de $90 millones de dólares en fentanilo y metanfetamina”, dijo Ray Donovan, agente especial de la DEA que reportó de las imputaciones.
Un día después de que ambos sujetos fueron acusados en Nueva York, la Fiscalía General de la República de México los vinculó a proceso. De acuerdo con revelaciones de medios locales, se trata de un par de pescadores pertenecientes a una cooperativa que recibieron apoyo de de la Secretaría de Pesca y Acuacultura de Sinaloa cuando el hoy candidato a la gubernatura por Movimiento Ciudadano, Sergio Torres, estaba al frente de la dependencia.
El cargo que enfrentan Gastelum Torres de 53 años y Gastelum Vega de 33, es por conspiración para importar al menos 500 gramos de metanfetamina y 400 gramos de fentanilo a EEUU, de ahí que la pena mínima que enfrentan sería de 10 años y la máxima de cadena perpetua. Pero el juez debe determinar la sentencia después de un juicio.
“Al transportar metanfetamina y pastillas de fentanilo de Las Arenitas a Topolobampo, José Loreto Gastelum Torres y Fredy Alejandro Gastelum Vega, los acusados, causaron que la metanfetamina y las píldoras de fentanilo se acercarán aproximadamente a 80 millas de Estados Unidos”, indicó la agente en la acusación consultada por Infobae México.
Pese a que este golpe fue al Cártel de Sinaloa, las indagatorias de Danielle Dreyer estaban enfocadas en desmantelar una red de lavado de dinero del Cártel Jalisco Nueva Generación, pero poco a poco fue descubriendo operaciones de otros grupos como el Cártel del Golfo, Los Zetas y la misma facción de Sinaloa.
De esa manera se hizo de contactos en Cancún, a donde llegó con credenciales falsas para involucrarse con coordinadores medios que le informaban de cargamentos que serían enviados por mar y tierra desde Sinaloa hasta la frontera con Estados Unidos. Al tiempo que ubicó negocios ilegales que blanquean capitales para El Mayo Zambada y Los Chapitos, localizados en Benito Juárez, Isla Mujeres, Lázaro Cárdenas, Puerto Morelos, Solidaridad, Tulum y Cozumel.
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