Claudia Sheinbaum Pardo, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, anunció en conjunto con la Secretaría de Energía (Sener), la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dos proyectos de energías renovables en la capital mexicana.
Uno de ellos consiste en instalar paneles fotovoltaicos en los techos de las naves de las bodegas de la Central de Abasto (Ceda), “la instalación más grande del mundo al interior de una ciudad”, la cual tendrá una capacidad de 18 megawatts, generación de 27.3 gigawatts al año, con los que dicha planta tendrá un alcance para 440,000 usuarios de la Ceda.
Fadlala Akabani, titular de la Secretaría de Desarrollo Económico capitalino, indicó que entre los beneficios económicos de este proyecto estará el ahorro de 73.5 millones de pesos en recibos de luz, una disminución de 13,852 toneladas de CO2, equivalentes a lo absorbido por 890,000 árboles durante 25 años de operación de dichos paneles. Con una inversión de 500 millones de pesos, se estima que su construcción inicie este año y sea en junio del 2022 cuando la planta entre en operaciones.
”Un campo solar urbano en el techo de la Central de Abasto, que podrá generar –de acuerdo al balance que haga en su momento la Comisión Federal de Electricidad– hasta 250 megawatts; eso va a ayudar muchísimo a todos los comerciantes de la Central de Abastos, y es energía limpia dentro de la ciudad”, detalló Rocío Nahle, titular de la Sener; no obstante, será la CFE quien haga el balance correspondiente.
Akabani detalló que el Gobierno de la Ciudad de México hará la supervisión, desde luego, con la empresa que se asigne para ello, en coordinación con la Secretaría de Desarrollo Económico del Gobierno de la Ciudad de México.
El segundo proyecto consiste en la reconversión de residuos sólidos urbanos en pellets de carbón vegetal para termoeléctricas de la CFE.
A detalle, el Dr. Luis Álvarez Icaza, profesor de la UNAM, explicó que el proyecto buscará la producción de hidrocarbón. De esta manera, se impedirá la producción de una gran cantidad de emisiones de CO2 y metano. El especialista mencionó que el proyecto es autofinanciable por el beneficio que se recupera de la venta de hidrocarbón.
Asimismo, dijo que los recursos ahorrados se podrán utilizar para pagar parcialmente el gran costo que tiene para la CDMX el manejo de sus desechos urbanos “que más o menos corresponde a un estimado de unos 1,200, 1,400 millones de pesos al año”.
Por otro lado, mencionó que este proyecto tiene prevista una expansión; en la primera fase, se procesarían 72 toneladas por día de materia orgánica, en la segunda fase se elevaría a 380, en la tercera fase a 1,250 toneladas y en la cuarta fase a 2,500.
“Todo el desplante de estas cuatro fases ocurriría exactamente donde está situada la planta de composta (situada al norte del Aeropuerto Benito Juárez en la Ciudad de México)”.
Cabe mencionar que ambos proyectos se financiarán con el Fondo de Transición y Sustentabilidad Energética (Fotease) de la Sener, por tanto, el gobierno capitalino dispondrá de los recursos federales, pero será la CFE quien haga la licitación y adjudicación respectiva.
MÁS SOBRE EL TEMA