Presuntos sicarios del Cártel del Noreste y militares se enfrentaron a balazos el pasado fin de semana en un rancho del municipio municipio Doctor Coss, en los límites de Nuevo León con Tamaulipas (al norte de México), con un saldo de al menos cinco muertos.
Según fuentes oficiales, la acción militar, realizada por aire y tierra, no reportó detenidos ni bajas del Ejército, pero sí la destrucción de un narcocampamento y el decomiso de cuatro armas largas y un fusil Barret, calibre 50.
El choque se registró a las 11:00 horas en un rancho próximo a la Carretera Doctor Coss-Comales, en el Ejido Canela, a unos dos kilómetros del municipio de Camargo, Tamaulipas, donde el pasado 22 de enero fueron hallados los cuerpos calcinados de 19 migrantes.
Los informes revelan que los soldados realizaban reconocimientos en helicóptero cuando detectaron unas lonas que asemejaban tiendas de campaña.
Al acercarse para verificar, los soldados fueron atacados a balazos con el fusil Barret.
Los militares pidieron apoyo a refuerzos por tierra, quienes también fueron atacados a balazos por los gatilleros, pero los soldados repelieron la agresión con saldo de cinco abatidos.
La zona conocida como “frontera chica”, es escenario de una cruenta disputa territorial entre el Cártel del Noreste y el Cártel del Golfo.
El año pasado, en las regiones colindantes de Nuevo León y Tamaulipas se han registrado al menos 29 enfrentamientos entre fuerzas armadas, principalmente militares y pistoleros, en los que prácticamente no hay detenidos.
Un recuento del periódico el Norte, en Doctor Coss, Agualeguas, Parás y General Treviño hubo 16 choques con saldo de 22 muertos, 19 pistoleros y tres policías locales. A su vez, hubo 13 enfrentamientos con 80 decesos en la llamada frontera chica de Tamaulipas, que va de Reynosa a Nuevo Laredo.
Nuevo León, junto con el vecino Tamaulipas, se ha convertido en uno de los estados más peligrosos en el país. La violencia estalló en 2007, procedente del noreste de México, donde el Cártel del Golfo controlaba el tráfico de drogas a EEUU, y se recrudeció con la aparición del Cártel del Noreste, encabezada por los Treviño Morales, hoy dominantes en la zona.
La huella de la familia Treviño Morales —fundadora del Cártel del Noreste— en la “frontera chica” es la del secuestro, robo de combustibles, extorsión y asesinato de migrantes centroamericanos.
Las autoridades mexicanas han señalado que la historia de los Treviño en el crimen se inició cuando la pareja Rodolfo Treviño y María Arcelia Morales procreó una extensa familia de 13 hijos, de los cuales al menos seis han estado involucrados en el narcotráfico: Juan Francisco, alias “Kiko Ozuna”, Arcelia Chelo, Irma, Alicia, Rodolfo, María Guadalupe, José, Ana Isabel, Jesús, Miguel Ángel, alias “El Z-40”, Óscar Omar o “El Z-42”Alejandro, Cristina y Adolfo.
Hace 26 años, el primogénito de los Treviño, Juan Francisco, alias “Kiko Ozuna”, fue acusado formalmente por el gobierno de Estados Unidos por poseer más de 1,000 kilogramos de marihuana con intención de distribuirla.
Su corta carrera criminal la comenzó siendo un adolescente y se desarrolló en parte en la frontera entre México y Estados Unidos; sin embargo, finalizó abruptamente en 1995 cuando la Agencia Antidrogas (DEA por sus siglas en inglés) lo incriminó de narcotráfico, debido a las declaraciones de los testigos protegidos.
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