La extradición de Raúl Flores Hernández, alias el “Tío”, a Estados Unidos, vino a corroborar la determinación de dicho país por capturar a Rafael Caro Quintero, el objetivo prioritario de la DEA, por encima de grandes capos como Ismael Zambada García, líder del Cártel de Sinaloa y Nemesio Oseguera Cervantes, cabecilla absoluto del CJNG.
Desde 1983, el “Tío” enfrenta cargos por tráfico de drogas. Entre 2013 y 2015 estuvo detenido en México por presuntamente ser operador financiero del CJNG y de la organización criminal sinaloense.
En julio del 2017, fue capturado nuevamente y estuvo en prisión en el Reclusorio Sur, donde buscó evitar su extradición. La FGR, lo investigó durante 11 años por la relación con los diversos cárteles mexicanos.
Su personaje, desapercibido para muchos, le permitió colocar droga por toneladas del otro lado del país. Se convirtió en socio de distintos capos de Sinaloa como Joaquín el “Chapo” Guzmán y los Beltrán Leyva, gracias a las añejas relaciones con el “Narco de narcos”, y con las redes de distribución en Colombia. Fue así que se convirtió en un personaje que manejó desde artistas hasta futbolistas, tuvo negocios con varios cárteles en forma simultánea, y lavó dinero de todos.
De acuerdo con informes de inteligencia, este capo de la vieja escuela, tenía como operadores a los hijos de Caro Quintero, Efraín y Omar, junto con otros integrantes de su familia.
Raúl Flores Hernández es señalado de ser el presunto líder de una organización de tráfico de drogas con sede en Guadalajara, Jalisco, y presunto responsable del traslado de grandes cantidades de cocaína de Sudamérica a México para su distribución y posterior transporte a Estados Unidos.
La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro designó a Flores Hernández, más 21 de sus presuntos socios criminales y 42 empresas y otras entidades afiliadas a la célula delictiva Los Flores.
La acusación formal de Flores Hernández, emitida por un gran jurado reunido en el Distrito Sur de California el 17 de marzo de 2017 y revelada el 20 de julio de 2017, resultó de una extensa investigación sobre el grupo criminal, realizada conjuntamente por la Administración de Control de Drogas (DEA) en San Diego, Investigaciones de Seguridad Nacional en San Diego y la oficina de país de la DEA en Guadalajara, México.
El “Tío” traficó cantidades significativas de drogas, principalmente cocaína, a los Estados Unidos y estuvo involucrado en estas actividades desde finales de la década de 1970.
La relación de cooperación de Flores Hernández con los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, lo llevaron a acumular “una gran riqueza”, la cual invirtió en una extensa red de negocios y bienes raíces ubicados principalmente en la ciudad de Guadalajara.
Las autoridades estadounidenses ligaron a Flores Hernández con a la estrella del futbol mexicano, Rafael Márquez y el cantante de música regional, Julión Álvarez, de quienes se dijo, actuaron como prestanombres del narco.
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