Desaparecer el outsourcing en México podría incentivar la fuga de capitales a Centroamérica

Julio Reyes, presidente de la Junta Directiva de la Cámara Empresarial de Comercio y Servicios de Guatemala, estimó que la propuesta del gobierno federal por desaparecer el outsourcing, en caso de ser aprobada, podría desincentivar a la Iniciativa Privada, a tal punto que exista fuga de capitales y que, al ser vecino de México, Guatemala podría captar parte de esto en su favor.

Durante su participación en el foro “Impacto de la subcontratación en la Economía”, promovido por Forbes, explicó que el desarrollo industrial podría verse afectado, pues el modelo de subcontratación significa un beneficio para los generadores de empleo y que al desaparecerlo, los dueños del capital mantendrían una expectativa abierta para buscar oportunidades en otros países.

“Como vecinos entendemos (la existencia de) una gran oportunidad para Guatemala, porque pudiéramos estar extrayendo inversión y reducir la tasa de desempleo”, dijo.

El líder empresarial señaló que la naturaleza de la industria es buscar el lugar con mejores condiciones para desarrollar su marco de negocio para invertir ahí y refirió que los países al sur de México podrían captar parte de el capital que probablemente migraría.

“Todo el sur sería mucho más atractivo para estas empresas, sobre todo localmente en Guatemala un país que hace frontera con ustedes (México), un país con un macroeconomía sumamente estable, con una mano de obra ávida de trabajo y sobre todo que aprende rápidamente. Tenemos mucha mano de obra disponible y sobre todo el guatemalteco aprende rápido”, aseguró.

Esto parece pintar a favor de la generación de empleo en Guatemala a bajo costo para las empresas; sin embargo, también se debe de considerar el salario recibido por los trabajadores de ambas naciones, ya que el salario mínimo de México es más económico que el de su país vecino. Al hacer la cotización mensual en dólares del salario mínimo recibido por los trabajadores de México en comparación con los de Guatemala, se puede de entender que existe un incentivo para que cualquier industria evite migrar a otros países.

Esto porque en México el salario mínimo mensual de un trabajador está valuado alrededor de los USD 212, mientras que en Guatemala ronda los USD 361, Esto quiere decir que por cada trabajador que celebre un contrato en el país centroamericano para realizar exactamente el mismo trabajo de un mexicano, representaría una pérdida de USD 149 mensuales para las grandes empresas.

En este sentido, para que se establezcan estas fugas de capital, los inversionistas deberían de considerar, también, en dónde pueden pagar salarios más bajos o iguales con mano de obra igual de competitiva y costear cuánto costaría trasladar la empresa a ese país. En la región son pocos los países que pagan menos salario que México, tales como Nicaragua, Haití, Colombia, Cuba o Venezuela; sin embargo, Cuba y Venezuela, por su política económica, no están abiertos a la entrada de capitales nuevos.

No obstante, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) coincidió con lo dicho por Julio Reyes y alertó que eliminar el esquema de contratación laboral conocido como outsourcing, será un golpe devastador para la economía del país y para millones de familias.

En su mensaje semanal, el presidente de la patronal, José Medina Mora, indicó que hay 4.1 millones de personas trabajando en esta modalidad, los cuales representan alrededor de 20% de todo el empleo formal del país, por lo que -aseguró- la subcontratación ha mostrado ser una generadora de fuentes de trabajo.

La Coparmex recordó que en días pasados, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer que para el cierre del 2020, la economía nacional se contrajo (-) 8.5%, con lo que se confirma su caída más profunda desde 1932. Adicionalmente, -resaltó- perdimos 648,000 empleos formales, mientras que el 40% de los hogares reporta una disminución de sus ingresos.

Ante este escenario, consideró la Confederación, la prohibición de la figura de la subcontratación podría convertirse en un golpe devastador para la economía y para millones de familias.

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