Desde su participación en la Segunda Guerra Mundial con el Escuadrón 201 hasta las recientes operaciones para hacer frente a la batalla contra el COVID-19, la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) cumple 106 años de surcar los cielos en apoyo a la ciudadanía.
Actualmente, esta división cuenta con una matrícula de casi 9 mil elementos, entre hombres y mujeres, quienes se desempeñan en diversas áreas de la aviación que van desde el pilotaje de grandes aeronaves, hasta el abastecimiento de materiales, meteorología, control de vuelos, y mecánica y mantenimiento de aviación.
“‘Eres mujer y no puedes hacerlo’: Al contrario. Hay que demostrar que podemos hacerlo.”
Todo comenzó en su infancia; cuando era niña observó a militares apoyando a las familias vulnerables, de ahí que emergió el interés de Diana Laura Jiménez López por formar parte de las Fuerzas Armadas.
A pesar que ingresar a las Fuerzas Armadas implicó sacrificar tiempo con su familia, aseguró que su experiencia dentro de éstas la ha llenado de satisfacción y orgullo: “Sé que ellos – sus familiares – están orgullosos con lo que hago y eso me llena de felicidad”.
Actualmente, con 25 años de edad, la ciudadana originaria Guerrero se desempeña como la única Soldado de Fuerza Aérea Especialista en Mantenimiento de Aviación de su unidad; una disciplina a la cual, comentó, arribarán más mujeres el próximo año.
Agregó que el compartir trabajo con hombres es muy sencillo ya que “a todos los tratan por igual” y recalcó la importancia de romper los estigmas que impiden que cierto género se desempeñe en alguna actividad.
“Todos debemos ser parejos (…) Pienso que como persona hay que romper estos estereotipos de ‘Eres mujer y no puedes hacerlo’. Al contrario, hay que hacerlo. Hay que demostrar que podemos hacerlo.”, aseveró.
La o el Especialista en Mantenimiento de Aviación se encarga de garantizar la efectividad de las aeronaves mediante el correcto mantenimiento e inspección de la máquina previo, durante y después del vuelo.
“Antes de un vuelo, se hace una inspección llamada checklist. Después de eso se efectúa el vuelo y cuando aterriza la nave, checamos si la máquina presentó alguna falla. Debemos tener un cuidado adecuado porque todo lo que se hace es conforme a un manual en el cual se especifican los parámetros para cada parte.”, mencionó la Soldado quien trabaja con Aeronaves C27J y C130, ésta última requiriendo de casi cuatro meses de inspección.
De acuerdo con información del Gobierno de México, para desempeñarte en esta área se requieren conocimientos del idioma inglés, computación, informática, matemáticas, química, entre otros más, sin embargo, comentó Diana Laura, a pesar de esta preparación y de contar con un manual, “uno nunca deja de aprender”.
Controlador de vuelo: El vínculo de una triada de confianza
Con una amplia visión y desde lo alto de una torre de control, Luis Portugal Talavera se desempeña como Subteniente de Fuerza Aérea Controlador de Vuelo en el Campo Militar de Santa Lucía.
Su responsabilidad es brindar seguridad a las aeronaves mediante instrucciones claras, seguras y precisas. Sin embargo, dicha hazaña no se realiza en solitario: pilotos, controladores y meteorólogos trabajan en conjunto confiando en las informaciones y maniobras de cada uno.
Con la participación del Centro de Análisis, Pronóstico y Difusión de Información Meteorológica, el Subteniente brinda instrucciones para que vuelos entrantes y salientes arriben con éxito a sus destinos, especialmente, durante las condiciones climatológicas más desfavorables como turbonadas o eventos tropicales.
En tanto, los pilotos aviadores acatan al pie de la letra las instrucciones del controlador, pues éstas fueron establecidas considerándose los tiempos, maniobras y procedimientos necesarios realizados durante un vuelo.
“Tenemos una comunicación muy estrecha y actuamos bajo cualquier suceso inesperado que se presente, como la activación del plan DNIII. - En éste - nosotros - los controladores de vuelo - tenemos que realizar varios helipuertos para la llegada de víveres y ayuda humanitaria.”, explicó.
No obstante, declaró que este gran compromiso también implica enfrentarse a uno de sus mayores obstáculos del día a día: el estrés.
“El saber que existe el factor humano y error en la maquina, es una situación que uno tiene que tener muy presente al momento de dar instrucciones. (…) En caso que de una instrucción errónea, esto conlleva a que se suscite algún accidente aéreo.”, recalcó.
Por ello, la o el Controlador de Vuelo debe completar su preparación en la Escuela Militar de Especialistas de Fuerza Aérea, donde se someterá a diversas pruebas físicas, culturales – que abarcan conocimientos generales de la aviación -, y psicológicas – para desarrollar resiliencia y toma de decisiones ante cualquier incidente.
A pesar de los altos y bajos que puedan presentarse durante sus labores, Luis Portugal afirma que la experiencia en las Fuerzas Aéreas es completamente satisfactoria, ya que, la versatilidad de esta división permite agilizar el apoyo al servicio de la ciudadanía.
“Es una institución que es más antigua que uno y que ya está hecha y no la va a cambiar nada. (…) Al final, para eso uno se contrata en las fuerzas armadas: para servir a la nación.”, aseveró.
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