El coronavirus también está teniendo sus efectos en la delincuencia en nuestro país. De acuerdo con el documento El crimen organizado durante la pandemia la mezcla de desesperación social y supuesto vacío de autoridad han sido aprovechados por la delincuencia organizada para fortalecer su control sobre comunidades y localidades que consideran estratégicas.
Según el análisis en la etapa tardía de la pandemia serán notorias las cifras a la alza en los delitos de secuestro, asaltos y robos.
Hoy las mafias locales tienen en la mira a los bienes inmuebles. El modus operandi identificado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, revela que los defraudadores se hacen pasar por agencias inmobiliarias especialmente en alcaldías como Cuauhtémoc y Benito Juárez, en la Ciudad de México.
Fingiendo tener un familiar enfermo de coronavirus, los supuestos criminales persuaden a sus “clientes” para que les depositen el dinero de la renta o venta del inmueble en cuestión. Sin embargo, los departamentos no son entregados, incluso algunos están habitados.
Según El Universal, este fraude ha sido denunciado, desde el inicio de la pandemia hasta la fecha, en al menos cuatro ocasiones. La estafa se realiza a través de Facebook o páginas web que anuncian la renta o venta de bienes inmuebles. Las cantidades que han llegado a obtener los supuestos delincuentes van desde los 9,000 hasta los 25,5000 pesos, afirma el diario.
Inicialmente, las interrupciones en el comercio y las restricciones a la movilidad obligaron a algunos grupos criminales a suspender las actividades ilícitas. Pero la pausa fue corta.
Aunque China está documentada como la mayor fuente de precursores químicos ilícitos que llegan a México para la producción de opioides —son responsables del envío de dos ingredientes conocidos como NPP y 4aNPP para la fabricación de fentanilo— el actual liderazgo del Cártel de Sinaloa bajo Ismael Zambada García, Los Chapitos y Rafael Caro Quintero, cambió algunos laboratorios activos de metanfetamina en laboratorios de fentanilo, es decir, la organización más poderosa de México se concentró en fabricar y distribuir esas drogas sintéticas.
Sinaloa (México) es una de las zonas donde yace la fabricación. Hace dos años, en el bastión del narcotráfico, el cártel con el mismo nombre comenzó a contratar profesores de química de universidades de todo México. Los profesionistas trabajan en los laboratorios de fentanilo supervisando la producción diaria.
También están tratando de cambiar el análogo molecular del fentanilo para crear una nueva versión sintética, aunque mucho menos pura que la de los chinos.
Robo de vacunas
Mientras los gobiernos se preparan para lanzar vacunas COVID-19, las organizaciones criminales planean infiltrarse o interrumpir las cadenas de suministro, advierte una alerta global de la Interpol, emitida el pasado 2 de diciembre.
El aviso girado a 194 países miembros de la organización policíaca —incluido México— alerta sobre las posibles actividades delictivas en relación con el suministro de la vacuna COVID-19 en el país.
La Interpol puntualiza que este año los medicamentos contra el coronavirus serán los principales objetivos del crimen organizado, que buscará robar las dosis mientras son transportados en carreteras.
Hoy por hoy, las vías no son lugares donde este garantizado el tránsito libre y seguro. El mal estado de las carreteras y la corrupción de policías municipales son ventajas que tienen los grupos criminales frente a quienes trasladen las vacunas.
Las redes criminales apuntaran aquellas zonas consideradas como “rojas”, por la situación de inseguridad. Ahí, se prevé que las vacunas circulen masivamente por ser tramos que conectan con varias entidades.
La primera de ellas, la región del Pacífico, donde domina el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG); el noreste del país, donde el Cártel del Golfo mantiene una lucha encarnizada con el Cártel del Noreste; además de la zona de Tierra Caliente, donde miembros de Cárteles Unidos, bloquean y desbloquean caminos a voluntad.
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