México está siendo víctima de una nueva narcoguerra. Una pelea entre grupos criminales que amenaza con desbordarse. Los protagonistas son grupos de sicarios comandados por operadores de Los Chapitos y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que tendrían un objetivo en común: terminar con Ismael el “Mayo” Zambada.
En el caso de Los Chapitos —hijos de Joaquín el “Chapo” Guzmán, y su socio Zambada García, el origen del conflicto aún no se establece del todo, pero medios locales como Río Doce aseguran que tiene relación con el hecho de una irrupción —sin permiso— de un comando de los también llamados “Menores” a un terreno dominado por el “Mayo”. El control le correspondía a Jesús Alexander Sánchez Félix, alias el “Ruso”, su jefe operativo en la zona.
El comando era encabezado por Néstor Ernesto Pérez Salas, el “Niní”, jefe operativo de Los Chapitos. Los interceptaron en alguno de los caminos. Era de noche. Les reclamaron que porqué se metían a su territorio. “Yo soy de acá”, habría dicho el Nini, que al parecer nació en una comunidad cercana a Agua Caliente.
No importa, este es terreno del “Señor”, refiriéndose al “Mayo” Zambada. Diversas versiones recogidas por Río Doce establecen que en la discusión, uno de los sicarios dijo que ellos puro “Iván” y que “el Señor” les valía madre. Fue una irreverencia imperdonable. Horas o días después los mayos pidieron al muchacho pero no se lo quisieron entregar. A los días apareció un muerto de un lado y luego un muerto del otro. Las fricciones habían llegado al plomo.
Esta guerra se habría desplazado a Baja California, donde informes de inteligencia establecen que Los Chapitos empezaron a matar a operadores del “Mayo”.
En noviembre pasado, en la zona urbana de Mexicali 12 presuntos sicarios fueron detenidos por elementos de la Guardia Estatal de Seguridad e Investigación (GESI). Según un reporte de la Fiscalía General de Justicia del estado, se trataba de sujetos reclutados por el Cártel de Sinaloa del centro de rehabilitación Jóvenes de Mazatlán, una Oportunidad de Vida, AC, a quienes les fueron prometidos 2,000 pesos semanales.
Los imputados fueron vinculados al asesinato de José Luis Marmolejo, Abraham Guadalupe Martínez y Ramón Omar Peralta, todos identificados como narcomenudistas bajo el ala de Felipe Eduardo Barajas Lozano, el “Omega”, quien a su vez es hombre de confianza del “Ruso”.
Nuevo actor en la guerra, CJNG
La disputa entre los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación ha hecho saltar las alarmas en varias regiones de México. Las autoridades de los estados de la costa del Pacífico mexicano se han mostrado preocupadas ante un posible recrudecimiento de la violencia por la rivalidad entre ambas organizaciones criminales.
El poder del CJNG quedó de manifiesto el mes pasado, cuando un grupo de delincuentes de este cártel asesinó al ex gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval en un bar de Puerto Vallarta.
Detrás de este ataque podría estar la sangrienta lucha por el control territorial del CJNG y Cártel de Sinaloa, que buscan hacerse de más del 75% de las rutas de tráfico de drogas ilegales con destino a Estados Unidos.
En Jalisco —considerado uno de los principales bastiones del cártel de las cuatro letras— las disputas habrían derivado en que su rival, el Cártel de Sinaloa, tenga en su poder unos 50 municipios.
La lucha entre estos grupos criminales puede observarse también en Zacatecas, de un millón 579 mil 209 habitantes. Los criminales iniciaron en 2019 una guerra por controlar la región y con ella la ruta del fentanilo, fundamental para la importación de precursores químicos provenientes de China.
En esta entidad, los asesinatos registraron un alza del 67% en 2020, cuando se reportaron 1,075 víctimas de homicidio doloso, en comparación con las 645 contabilizadas en 2019. La tendencia podría agudizarse este año, según el conteo diario del Informe de Seguridad en el que en las primeras dos semanas de enero se registraron 105 asesinatos.
La tensión ha preocupado a otros estados vecinos. Durango (al noroeste de México) se ha reforzado con cientos de policías en la zona norte y sur de la entidad, justo en la frontera con Nayarit.
Sinaloa —estado cuna de la organización criminal de Ismael el “Mayo” Zambada y un sangriento campo de batalla— podría ser la próxima ficha en el tablero del CJNG, según han advertido especialistas en seguridad como Eduardo Guerrero.
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