Grandes mansiones vacías, propiedades de lujo donde el pasto y la maleza ha crecido con los años, paredes con agujeros de bala y ranchos que incluyen hasta un auditorio para grandes eventos: así son por dentro las casas de los narcotraficantes que fueron incautadas por las autoridades.
La que inmediatamente resaltó entre sus pares fue la propiedad que perteneció a Carlos Montemayor González, suegro del narcotraficante Edgar Valdez Villarreal, mejor conocido como “La Barbie”: el rancho llamado “Los Tres García”.
El lugar es imponente: además de la casa en su interior, cuenta con un “palenque”, un auditorio donde caben más de un centenar de personas, y cuyo centro se usa para conciertos, jaripeos y exhibiciones de charrería y otras cosas.
Valdez fue detenido en agosto de 2010 y sentenciado a 49 años de prisión en Estados Unidos en 2018. Su dueño, Montemayor, fue detenido en noviembre de 2010. El rancho del suegro del narcotraficante está ubicado en Naucalpan, Estado de México, fronterizo con la Ciudad de México.
Otra de las propiedades de lujo que destacaron fue la conocida como “Rancho Leonero”, ya que en este punto se localiza la residencia de lujo del narcotraficante, Francisco Javier Arellano Félix, alias “El Tigrillo”, en Los Cabos, Baja California.
Para entrar a la propiedad en el lote 1 del Fraccionamiento Campestre, se debe llegar a un letrero localizado sobre la carretera federal que avisa sobre un recorrido de 8 kilómetros plagado de calles arenosas y en las que se asienta la mansión.
En el interior, se puede apreciar una pared que recibió un intenso intercambio de balas. El lugar ha estado abandonado desde que fue recuperada por el gobierno mexicano.
Sin embargo, dos de las casas más famosas y de las que se esperaba un buen ingreso no pudo ser vendida: las que eran propiedad de Raúl Flores Hernández, conocido como “El Tío” y vinculado al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Ambas propiedades, ubicadas en Morelos –una en Cuernavaca y otra en Jiutepec– fueron desairadas por los potenciales compradores por la misma razón por las que no se lograron vender otras tantas: por temor a las represalias de quienes están ligados a los antiguos propietarios.
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