Este miércoles fue detenido el ex gobernador de Puebla, Mario Marín. Una de las primeras personas en enterarse y celebrarlo fue la periodista Lydia Cacho, quien denunció una red de pornografía infantil en la que estaba involucrado el ex mandatario.
A través de su cuenta de Twitter, la periodista mexicana declaró que la Fiscalía General de la República (FGR) le informó de la captura del “gober precioso”, como es apodado.
“La @FGRMexico me avisó en cuanto detuvieron al ex gobernador #MarioMarin escondido en Acapulco”, escribió la autora de Los demonios del Edén.
Aunado a esto, Cacho aseguró que por más de una década, ella ha buscado justicia, no solamente por sus crímenes de trata de personas, sino porque fue torturada por el priista.
“Llevo 14 años buscando justicia por haber sido torturada por este cómplice de redes de #PornografíaInfantil Vamos por todos”, aseveró en el mismo mensaje.
También, para acompañar su mensaje, Cacho adjuntó una imagen de una camioneta blanca, en donde presuntamente se encontraría Marín.
La detención y tortura de quien expuso una red de pederastia
En 2005 Cacho publicó su libro, Los demonios del Edén, el cual denunció la existencia de una red de pederastia encabezada por el empresario Jean Succar Kuri, en donde también salió el nombre de Kamel Nacif Borge. Tras la publicación de este, la periodista fue acusada de difamación y calumnias y el 16 de diciembre del siguiente año, ella fue detenida en Quintana Roo.
Cacho fue trasladada a Puebla vía terrestre, pero en el trayecto de más de 1,500 kilómetros, fue torturada psicológicamente por los oficiales, quienes amenazaron con abusar de sexualmente de ella.
En su testimonio, la periodista mencionó que cuando llegaron a Puebla, el trámite de su propuesta fue lento y tortuoso. La encerraron en un “calabozo inmundo” y le tomaron fotos desnuda al lado de un cuarto lleno de policías judiciales con una mampara transparente de por medio.
El 17 de diciembre salió libre a las 15:00 horas, luego de pagar una fianza de 70,000 pesos en efectivo.
“Lo que se orquestó fue una orden de aprehensión artificial para tener la posibilidad de infringirme el mayor castigo posible; una especie de vendetta por haberme atrevido a hablar de los poderosos. El traslado, el despliegue desproporcionado de recursos policíacos, la tortura física y psicológica y el típico sabadazo que intentaban aplicarme, formaron parte de una maquinación que solo puede explicarse por la ‘compra’ de la justicia por un particular”, relató la escritora sobre su experiencia.
En febrero de 2006, el diario La Jornada publicó una llamada entre Nacif Borge y Marín. En esta “el rey de la mezclilla”, agradeció al priista su intervención para la detención de la periodista, y además le dijo que le enviaría dos botellas de coñac por sus acciones. También fue gracias a esta, que el ex mandatario es conocido como el “gober precioso”.
Un mes después, el 13 de marzo del 2006, la periodista denunció a ambos personajes ante la fiscalía Especial para la Atención de Delitos Relacionados con actos de Violencia en Contra de las Mujeres (Fevim) y la Fiscalía Especial para Delitos Cometidos Contra Periodistas.
Ante esta segunda fiscalía, también se presentaron denuncias en contra de la entonces procuradora de Puebla, Blanca Villeda; y la jueza Rosa Celia Pérez González, quienes fueron acusadas por los delitos de cohecho, tráfico de influencias, abuso de autoridad, tentativa de violación y falsedad de declaraciones.
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