Las fiestas decembrinas revelaron cómo festejan los narcotraficantes la Navidad: suena música de banda. Corre el tequila. Hay hombres, mujeres y niños. Se escuchan vítores y aplausos. Los asistentes eufóricos no pueden ocultar las lágrimas. Es la posada de los Chapitos, hijos de Joaquín El Chapo Guzmán, líderes del Cártel de Sinaloa.
Las imágenes fueron difundidas a través de redes sociales. En el material se ve también los autos que Los Menores, como son conocidos en Culiacán, Sinaloa, rifarían en la fiesta. Teléfonos móviles, botellas de licor, mesas, sillas de plástico. Su padre, El Chapo Guzmán, inmortalizado en narcocorridos, canciones en honor a los capos del crimen, como “el jefe” de Sinaloa.
Suena la tambora, el gran bombo que marca el ritmo en las melodías de la música regional mexicana.
“Por redes sociales se detectó una fiesta en la comunidad de San Diego, la @SEDENAmx, @GN_MEXICO_ y PEP de la @sspsinaloa1 acudimos al lugar; exhortamos a la ciudadanía a no realizar este tipo de reuniones y reportar al 911″, publicó Cristóbal Castañeda, secretario de Seguridad de Sinaloa, en Twitter.
La narcofiesta, cuya existencia informaron primero las redes sociales, fue disuelta por elementos del Ejército mexicano. Según los reportes, no hubo detenidos, salvo el aseguramiento de los vehículos recién salidos de agencia.
Mientras las imágenes del evento se han hecho virales y han causado indignación al país —que se encuentra en plena pandemia por coronavirus—, la cuestión de fondo sigue siendo el control e influencia que aún ejerce el Cártel de Sinaloa en el país.
Aunque estará preso el resto de su vida, la familia del Chapo hace diversos esfuerzos por mantener su imagen viva entre la población, inmortalizar la idea del narcotraficante como un benefactor y hasta hacer negocio con la fama del fundador del Cártel de Sinaloa.
Para lograrlo, los familiares y gente que trabaja para el Cártel de Sinaloa han recurrido a diversos objetos y hasta comida para mantener la presencia del Chapo Guzmán en las tierras donde era conocido. La distribución de estos recordatorios del capo de Sinaloa, que escapó en dos ocasiones de prisiones mexicanas, se ha hecho más constante durante la pandemia de coronavirus en México, un momento en el que miles de habitantes atraviesan por apuros económicos que son necesidades aprovechadas por la gente del Cártel para dar supuestos “apoyos”.
Además de los billetes, las supuestas ayudas a la población vulnerable llegan en forma de despensas, tortas y hasta cerveza.
Por otro lado, el pasado 2 de noviembre arrancaron clases en la escuela temporal equipada por los hijos de El Chapo Guzmán.
La noticia fue dada a conocer por redes sociales, pues Los Chapitos entregaron pantallas, computadoras y acceso a internet a un aula improvisada en la colonia Ampliación Bicentenario de Culiacán, Sinaloa, para que alumnos de escasos recursos no se queden sin estudiar durante la pandemia, donde el ciclo escolar se ha desarrollado en línea.
“...el lunes empazeremos (sic) escuela temporal gracias alos (sic) hijos del Chapo Guzmán y al trabajo duro de dos semanas gracias por hacer esto posible y esperar que lo mire el de arriba …estamos muy agradecidos y le pondremos todas las ganas para que ningun (sic) niño en ampliación bicentenario esté sin estudio en esta pandemia”, publicó en Facebook la cuenta de blog personal: Manos que dan jamás estarán vacías.
Además del texto fueron compartidas dos imágenes donde se ve a tres mujeres posando con cajas que contienen los aparatos. Tal es el caso de cuatro pantallas tipo Smart Tv de 32 pulgadas, así como dos notebooks, presuntamente donadas por Los Chapitos. En los empaques se leen las iniciales JGL, cuya referencia sería: Joaquín Guzmán Loera, nombre del Chapo.
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