El demócrata Joe Biden cumplió ya 10 días desde que asumió la presidencia de Estados Unidos. Al menos 240 horas en las que ha definido, desde sus primeros minutos en el cargo, el rumbo y las prioridades de su administración. Y México, como su vecino del sur y primer socio comercial, ya ha tenido importante presencia en la agenda del nuevo mandatario.
La migración y la estrategia contra el COVID-19 han ocupado las prioridades inmediatas a tratar entre ambas naciones. Así lo dieron a conocer por su lado cada equipo diplomático tras la llamada que sostuvieron López Obrador y Biden el pasado 22 de enero, la segunda que tienen desde que el demócrata resultó victorioso. “Conversamos con el presidente Biden, fue amable y respetuoso”, destacó sobre el diálogo el mandatario mexicano, “todo indica que serán buenas las relaciones por el bien de nuestros pueblos y naciones”.
Sin embargo, otros temas como el económico y el de seguridad, también resaltan a la hora de tratar de visualizar el futuro de la relación bilateral. Expertos en política internacional y la relación México-Estados Unidos, compartieron con Infobae México su análisis sobre lo que se puede esperar de este vínculo binacional.
El COVID-19 y el apoyo entre ambos vecinos
Tanto Estados Unidos como México se han visto severamente azotados por el COVID-19; el primero suma ya 438,239 muertes por el virus, mientras que el segundo tiene un trágico acumulado de 158,074 defunciones. Se encuentran en el primer y tercer lugar, respectivamente, del listado de países con mayor número de decesos por la pandemia.
En el último diálogo que sostuvieron ambos jefes de Estado, según se reportó, se abordó este tema desde el enfoque de la cooperación. Trascendió que Biden garantizó a AMLO que los mexicanos en su país, al igual que los demás inmigrantes, tendrán acceso a la vacuna anticovid, sin importar su estatus migratorio.
Por otro lado, de acuerdo con fuentes del semanario Proceso, el mandatario mexicano pidió ayuda a su par estadounidense para conseguir más dosis, petición a la que Biden se negó, argumentando que su prioridad en el tema es su propio pueblo.
Precisamente en el manejo de la epidemia queda claro el contraste de las posturas de ambos personajes. Mientras el presidente mexicano se rehúsa a portar cubrebocas ––incluso en el video que este fin de semana transmitió, desde su aislamiento por ser positivo al virus, apareció sin mascarilla––, Joe Biden ha insistido hasta el cansancio a la necesidad el uso del barbijo.
Asimismo, en sus primeros 10 días, Biden puso restricciones a la entrada de mexicanos a su país: es obligatorio presentar una prueba negativa al coronavirus y se recomienda, una vez en ese país, hacer cuarentena preventiva.
México, el gran beneficiado de las políticas migratorias de Biden
Desde que estaba en campaña, Joe Biden dejó claro que el tema migratorio era una de sus prioridades. Y seguido a su entrada en la Casa Blanca, el demócrata anunció una suspensión de 100 días de las deportaciones de inmigrantes y presentó un plan migratorio que prevé regularizar a 11 millones de indocumentados, aunque ese proyecto depende del Legislativo. También nombró a Roberta Jacobson, exembajadora de Estados Unidos en México, como coordinadora de la frontera suroeste en el Consejo de Seguridad Nacional, un cargo recién creado para coordinar las cuestiones relacionadas con seguridad nacional de México y Centroamérica.
“El mandatario mexicano celebró el reconocimiento a las aportaciones de la comunidad migrante mexicana en Estados Unidos y reiteró la tesis de México, según la cual la solución de fondo al fenómeno de la migración pasa por la promoción del desarrollo en las comunidades de origen”, decía un comunicado de la parte mexicana sobre la llamada de López Obrador con Biden.
Para Raquel Saed, académica de la Universidad Iberoamericana y especialista en política y medios de Estados Unidos, detalles como el nombramiento de Jacobson, son señales claras de una “buena voluntad de parte de Biden de llevar a cabo ciertas políticas que benefician a México” y a su mismo país, “las señales son de una voluntad política, de querer participar”.
En mismo sentido se pronunció el Doctor en Derecho Samuel Stone, quien hizo hincapié en que México resulta totalmente beneficiado con las políticas migratorias del muesvo presidente estaounidense. “Si de por sí para México es difícil, y más en este momento por la pandemia, reintegrar al mercado laboral a los mexicanos deportados, imagínate si de repente en el transcurso de un año llegaran 800,000 personas más buscando empleo”.
El caso Cienfuegos y las energías limpias
Ambos analistas coinciden en que en temas económicos no habrá gran cambio. La relación de Estados Unidos con China no parece que vaya a dar algún giro, señala Raquel Saed, lo que conservará a México, al menos en el corto plazo, como el principal socio comercial de la Casa Blanca.
Específicamente en el T-MEC, recuerda Sam Stone, los demócratas están de acuerdo en las condiciones en las que fue establecido, por lo tanto ese tema seguirá su curso actual. A excepción, advierte el experto, de “lo relacionado a los estándares laborales y ambientales, que Biden y los demócratas están interesados en hacer cumplir y no van a dejar que México tenga la posibilidad de no seguirlos, cosa que Trump sí hubiera permitido”. Eso en referencia al mayor peso en los derechos para los trabajadores que establece el nuevo acuerdo, así como la prioridad a las energías limpias, aspectos que contrastan con la postura de la 4T.
Otro obstáculo a la relación bilateral, indicó Stone Canales, es la actitud de AMLO en el caso del general Salvador Cienfuegos ––detenido el pasado octubre en Los Ángeles por presuntos vínculos con el crimen organizado, enviado a México en noviembre y exonerado de cualquier cargo durante este mes de enero––. Y es que no conforme con desestimar la pruebas que la DEA presento en contra del exsecretario del Ejército, López Obrador hizo pública la información que le entregaron y les acusó de fabricar dichas evidencias.
“Cuando un país transmite a otro información privada, y ese país sin preguntar la hace pública y su líder acusa al otro país de fabricar un caso en contra de uno de sus ex secretarios de gabinete, no ayuda”, señaló el especialista quien ha trabajado en las instancias de justicia estadounidense, lo que le ha permitido conocer de cerca la dinámica echan a andar en ese tema: “En Estados Unidos no se hacen acusaciones en contra de un funcionario de ese nivel a menos de que haya pruebas muy pero muy claras”.
Asimismo, advirtió que toda esta situación solamente hará que las instituciones estadounidenses rechacen trabajar de cerca con sus pares mexicanas, y menos con el nivel de transparencia que ya mantenían en los últimos años. “Eso sí puede dañar la relación bilateral”.
Entre presidentes es una cosa, entre países es otra
No es lo mismo la relación entre mandatarios que la relación entre naciones. Sin importar quien está en el gobierno, ambos vecinos tienen una fuerte relación en temas humanitarios, como la migración; económicos, como el nuevo tratado comercial (T-MEC); de seguridad, como la cooperación en temas de narcotráfico. Además de los 60 millones de hispanos que hay en Estados Unidos, 36 son mexicanos. Mientras que el territorio azteca alberga a un millón y medio de ciudadanos estadounidenses.
La académica Raquel Saed consideró que ciertas actitudes de López Obrador hacia Biden, como el no dejar de pronunciarse claramente en pro de Donald Trump, podrían haber mermado ya el vínculo entre ambos jefes de Estado. Sin embargo, insistió en que la relación personal que exista o no “tiene un cierto impacto pero no es determinante para la relación bilateral entre ambos países. La estructura de la relación está muy bien solidificada”.
El mismo López Obrador, luego de la conversación telefónica con Biden, advirtió que se quedarían “con las ganas” quienes apostaran por un enfrentamiento con el gobierno de EEUU, pues la relación con su nuevo homólogo es buena.
Sin embargo, de acuerdo con Stone Canales, “si México realmente quiere tener una relación positiva se va a requerir una disposición real a tener un buen diálogo sobre los temas de fondo. Trump era todo de forma… Biden busca tratar los temas seriamente, de fondo”.
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