En la historia de la violencia en México ha quedado escrito a sangre y fuego los nombres Cártel del Golfo y Los Zetas, dos grupos criminales enzarzados en una demencial lucha territorial.
La crueldad de estas dos organizaciones criminales tiene como uno de sus puntos de referencia a la “frontera chica”, donde el pasado fin de semana fueron encontrados 19 cuerpos calcinados.
Desde hace más de dos décadas, especialmente entre 2000 y 2012, Tamaulipas (al noreste de México) ha sufrido de manera continua los efectos de la brutalidad criminal. El 6 de abril de 2001, la captura de Gilberto García Mena, el “June”, operador del Cártel del Golfo, marcó el surgimiento de la disputa con el grupo criminal de Los Zetas, así como nuevos enfrentamientos con grupos provenientes del Cártel de Sinaloa y el de Juárez.
No obstante, fue hasta el inicio de la guerra contra el narco (2006), emprendida por el entonces presidente Felipe Calderón (2006-2012) que el infierno se encendió. El cártel de la última letra —creado por soldados desertores del Ejército— aplicó la táctica de la propagación del terror civil.
Bajo ese contexto, según puntualiza el periodista Diego Enrique Osorno, resurgió el Cártel del Golfo, contando con el apoyo de la Marina para enfrentar a Los Zetas.
En los próximos años, tras la muerte del líder criminal Heriberto Lazcano (1974-2012) y la captura de Miguel Ángel Treviño (2013), Los Zetas se dividieron en el Cártel del Noreste y Vieja Escuela.
Informes de la Fiscalía señalaron que también la entidad había quedado dividida: el Cártel del Golfo conservó las ciudades de Reynosa, Matamoros, Ciudad Victoria y el puerto de Altamira. Los Zetas operaron en la zona costera de San Fernando, Nuevo Laredo. El inicio de la invasión de plazas en Tamaulipas, desató una serie de bloqueos, asesinatos y secuestros.
En el estado de Tamaulipas, en la salvaje frontera con Estados Unidos, al menos 10 líderes criminales están vinculados con el aumento de la violencia. La campaña de Seguridad y Prosperidad, “Se busca”, coordinada por las autoridades de Tamaulipas y Texas, EEUU, identificaron que territorios enteros de la “frontera chica” permanecen bajo control total del crimen organizado.
Juan Gerardo Treviño Chávez, alias el “Huevo”, sobrino del sanguinario Miguel Ángel Treviño Morales, el último líder de Los Zetas, encabeza actualmente el Cártel del Noreste. De acuerdo con la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas, tiene presencia en los municipios de Nuevo Laredo, Monterrey (Nuevo León) y Texas (EEUU). Se le acusa de tráfico de drogas, homicidio, asociación delictuosa, y se ofrece una recompensa de 2 millones de pesos a quien proporcione información por su captura.
Otra figura relevante es la de Humberto Alejandro Uribe Mendoza, el “Pawa”, jefe regional de Los Zetas en el municipio de San Fernando. El nombre de este criminal está ligado al secuestro y asesinato del menor Luciano Leal, desaparecido el pasado 8 de julio en dicha región.
Junto a el “Pawa” se encuentra Ernesto Sánchez Rivera, apodado la “Mierda”, “Cuate” y/o “M22″ y Héctor Sánchez Rivera, la “Mami” y/o “M1″, líderes de la célula delictiva Los Metros del Cártel del Golfo en Reynosa. Este grupo declaró abiertamente la guerra al Cártel del Noreste.
El gobierno estatal los considera responsables del tráfico de personas, secuestros, extorsiones, robo de vehículos y homicidios en la entidad.
Pablo Misael Ramos Lara, alias el “Pantera”, es otro de los más buscados por la administración de Tamaulipas. Es un sicario que ha trabajado para el Cártel del Golfo en el municipio de Jiménez. Esta relacionado con los delitos de narcotráfico, secuestro y extorsión.
En los municipios de Camargo, bajo el ala del Cártel del Golfo, operan los hermanos César Morfín, “Primito” y Álvaro Noé Morfín, “R-8″, este último ubicado también en Nuevo León y Jalisco, donde buscaría una alianza con el CJNG.
José Martín Cárdenas ocupa el número ocho de los objetivos prioritarios del gobierno de Tamaulipas. Alias “Chiwilly” opera en Matamoros para el Cártel del Golfo.
A la edad de 22 años, Carlos Roel Collazo Rodríguez fue detenido en Monterrey por la Sedena, cuando trabajaba como estaca de Los Zetas. Actualmente prófugo, el hombre de 30 años afronta cargos por delitos como secuestro, homicidio y asociación delictuosa.
Por último, Agustín Ordorica López, líder del Cártel del Noreste, opera en Nuevo Laredo, en el estado de Nuevo León, y al sur de Texas, en Estados Unidos.
Las autoridades solo han hecho públicos 10 nombres de objetivos prioritarios a pesar de que varios medios locales identifican a Evaristo Cruz, alias el “Vaquero”, como el líder del Cártel del Golfo.
Las capturas
Con la detención de Luis Miguel Mercado González, el “Flaco Sierra”, y el abatimiento de Humberto Loiza Méndez, “Betillo”, el gobierno de Tamaulipas ha podido tachar sus nombres de la lista de los delincuentes más buscados de la entidad.
En cuatro años que se puso en marcha la campaña “Se busca”, las autoridades han podido abatir o capturar a miembros del crimen organizado. Alfredo Cárdenas Martínez, el “Contador”; Petronilo Moreno Flores, el “Panilo”; Luis Alberto Blanco Flores, el “Pelochas”, Andrés Martínez Granados, alias el “Pause”; Heriberto Bazán Rodríguez, el “Bazán”; Luis Lauro Ramírez, el “Mora” y/o la “China”; Víctor Manuel Palomo, Guadalupe Villarreal Gómez, la “Teniente” son algunos de los nombres de los sicarios u operadores el narcotráfico ejecutados y detenidos por las fuerzas armadas.
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