Luego de la sorpresa y la polémica por el anuncio del propio presidente Andrés Manuel López Obrador, que se encontraba enfermo de COVID-19, vinieron los cuestionamientos. Y es que desde el pasado mes de diciembre, ha corrido la versión que el jefe del Ejecutivo ya había sido vacunado contra esa enfermedad.
El 19 de diciembre de 2020, el columnista financiero Darío Celis publicó en El Financiero que López Obrador había sido inmunizado con la vacuna china CanSino Biologics. En ese momento, ninguna autoridad salió a desmentirlo.
Días antes, el mandatario aseguró que no había sido vacunado y que lo haría “hasta que le corresponda”, es decir, con el grupo de las personas de la tercera edad (tiene 67 años) o como población de riesgo (es hipertenso y ha sufrido dos infartos).
“Si está en diciembre la vacuna claro que me vacuno aquí (en la mañanera), siempre y cuando los médicos decidan de que me corresponde”, dijo en su tradicional conferencia de prensa del 16 de diciembre.
Su actitud -contraria a la de muchos mandatarios que ya han sido vacunados, por mero asunto de gobernabilidad y seguridad nacional- lleva un mensaje: intentar verse como un ciudadano común que esperaría hasta febrero para recibir la vacuna, toda vez que se encuentra en el grupo de los adultos mayores.
“No al influyentismo”, en el tema de la vacunación, ha dicho una y otra vez el político tabasqueño.
Pero tras darse a conocer su contagio, saber si fue vacunado o no cobra más importancia, ya que, en caso de que sí fue inmunizado, es importante conocer qué biológico recibió: la de CanSino (China) o la de Pfizer.
Hasta el momento, casi todos los líderes mundiales que ya han sido vacunados han recibido la primera dosis del biológico de Pfizer, excepto Vladimir Putin (Rusia) y el presidente de Argentina, Alberto Fernández, quienes fueron inmunizados con la “Spuntik V” de fabricación rusa y sobre la que hay muchas dudas de su eficacia, toda vez que sus resultados no han sido publicados en ninguna revista científica.
La vacuna china de CanSino también ha generado mucha suspicacia. Solo los miembros del Ejército Rojo de aquel país la han recibido. Y ante el control total de la información por parte del gobierno asiático, es imposible saber sus efectos.
El martes 26 de enero, el coordinador general de Comunicación Social de la Presidencia de la República, Jesús Ramírez, aseguró en entrevista con Carmen Aristegui en su espacio radiofónico Aristegui en Vivo, que el presidente Andrés Manuel López Obrador, no había sido vacunado.
“Él mismo dijo que tomaba el riesgo de infectarse (...) era importante mandar el mensaje de que no hay privilegios, ni siquiera para el presidente, ni su familia o los miembros del gabinete”, dijo Ramírez.
Además, aseveró que no hay impedimento para atender las solicitudes de información en torno a la salud del presidente. No obstante, señaló que deben ser los especialistas quienes determinen la forma de presentar la documentación, ya que se trata de datos técnicos y no políticos.
Por la noche, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, quien se encuentra aislado tras el contagio del presidente López Obrador, aseguró que el mandatario evoluciona de manera favorable a dos días de haber confirmado su contagio de COVID-19, toda vez que solo ha presentado fiebre y dolor de cabeza.
“Son síntomas mínimos, en su momento tuvo febrícula, es decir temperatura corporal mayor a 37 y menor a 38 grados centígrados en la toma axilar, no tiene otros síntomas, el domingo había tenido un poco de dolor de cabeza, pero fuera de eso no ha tenido ningún otro síntoma”, insistió.
“Debemos estar tranquilos de que va evolucionando bien el jefe de la nación mexicana”, sostuvo López-Gatell.
Sin embargo, el tema de la salud del presidente es un asunto de interés público, no solamente porque se trata del jefe del Ejecutivo, sino también porque existe un vacío legal para establecer quién quedará al mando de la República en caso de ausencia del Jefe del Ejecutivo.
Luego que se diera a conocer que Andrés Manuel López Obrador estaba enfermo de COVID-19, en redes sociales surgió la noticia falsa que la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, también había sido contagiada de coronavirus, lo que provocó incertidumbre sobre en quién recaería la conducción del país en el caso de que el presidente y la titular Gobernación enfermaran gravemente.
De acuerdo con especialistas, hasta el momento no se establece en ninguna Ley qué procede en caso de que además del presidente de la República, también se ausente el secretario de Gobernación.
El artículo 85 de la Constitución señala que si el presidente solicita licencia para separarse del cargo hasta por 70 días naturales, el secretario de Gobernación asumirá la titularidad del Poder Ejecutivo.
También se prevé que en caso de falta absoluta del presidente (ya sea por renuncia o muerte), la Constitución advierte que el secretario de Gobernación asumirá provisionalmente la titularidad del Poder Ejecutivo, en tanto el Congreso nombra al presidente interino o sustituto.
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