Huellas de la guerra entre el CJNG y los Viagras en Michoacán: “No hay alimentos ni medicinas”

Atrapados en el fuego cruzado del CJNG y Cárteles Unidos, al menos 267 familias han solicitado el apoyo del presidente Andrés Manuel López Obrador

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Casas abandonadas, falta de alimentos y medicinas son algunos de los estragos del combate entre grupos criminales en Michoacán (Foto: Captura de pantalla/VÍA UnidadDeInteli1)
Casas abandonadas, falta de alimentos y medicinas son algunos de los estragos del combate entre grupos criminales en Michoacán (Foto: Captura de pantalla/VÍA UnidadDeInteli1)

La violencia y crueldad de los enfrentamientos que libran grupos criminales en Michoacán (al centro oeste de México) han llevado al éxodo a cientos de familias de la comunidad de El Aguaje, en el municipio de Aguililla.

Atrapados en el fuego cruzado del Cártel Jalisco Nueva Generación y Cárteles Unidos, al menos 267 familias han solicitado el apoyo del presidente Andrés Manuel López Obrador.

A través de una grabación, una mujer muestra la huella de la violencia que han dejado los combates del crimen organizado.

“Buenas tarde señor presidente Andrés Manuel López Obrador, le voy a presentar una recopilación de desastres y desalojos que ha dejado la guerra entre cárteles en nuestra comunidad de El Aguaje, en el municipio de Aguililla, Michoacán, como objetivo que nos brinde su apoyo porque nuestros pueblos se están quedando sin alimentos ni medicinas. El grupo criminal Cárteles Unidos no nos deja pasar alimentos ni medicinas y nos corta la luz cada vez que se le antoja”, exclama la víctima.

En la cartografía de estos pasos errantes sobresalen los desplazados de los municipios de Parácuaro y Buenavista.

En Michoacán, el grupo criminal Cárteles Unidos —alianza criminal entre células delictivas locales— está identificado como uno de los principales generadores de violencia. Según el secretario de Seguridad Pública de la entidad, Israel Patrón Reyes, esta organización está detrás de los actos sangrientos que se viven en la región. Patrón Reyes ha identificado que este cártel ofrece dinero a los pobladores de comunidades Pizándaro, Cenobio Moreno y Las Colonias, a cambio de atacar a policías en Michoacán y armar narcobloqueos.

Un grupo de autodefensas en Michoacán (Foto:Reuters)
Un grupo de autodefensas en Michoacán (Foto:Reuters)

El inicio de los recientes enfrentamientos se suscitó en noviembre pasado. Una tarde de aquel mes, un grupo de delincuentes de Cárteles Unidos llegó a la zona alta de Tepalcatepec. Videos captados por los mismos sicarios mostraron imágenes estremecedoras. Vehículos blindados, cuerpos tendidos, el interminable tabletear de las armas largas y una estruendosa explosión que anunciaría la muerte de varias personas.

La SSP ha identificado a un grupo de civiles que reciben dinero de los cárteles para atacar a policías y armar narcobloqueos  (Foto: Twitter@MICHOACANSSP)
La SSP ha identificado a un grupo de civiles que reciben dinero de los cárteles para atacar a policías y armar narcobloqueos (Foto: Twitter@MICHOACANSSP)

El asalto ha durado varias semanas. Varios días de horror para los pobladores. Hubo muertos y lesionados. Según los medios locales, la mayoría son del bando de Jalisco.

El grupo del “Abuelo”, Cárteles Unidos, aplicó su propio protocolo de seguridad: nadie pudo entrar ni salir.

El 17 de noviembre los accesos a la comunidad Pinolapa, en el municipio de Tepalcatepec, fueron cerrados a través de la destrucción de zanjas, y hubo nuevos ataques.

La flamante Guardia Nacional no apareció, hasta el 3 de diciembre que se registraron choques entre las fuerzas armadas y el cártel de las cuatro letras, en los municipios de Cotija, Tocumbo, Tingüindín y Los Reyes.

El analista senior de Crisis Group, Falko Ernst, afirma que la violencia en Michoacán está relacionada con el escenario político-electoral 2021. “El crimen organizado y el Estado no se pueden separar. Como actor criminal, para sobrevivir dependes del acceso al Estado, a sus instituciones, a sus recursos, a la impunidad”, subraya el especialista.

Ernst, conocedor del crimen organizado en Tierra Caliente, sostiene que las autoridades ahora afrontan el reto de proteger a los comicios y los candidatos, para evitar la relación narco-gobierno.

Michoacán es una región estratégica por ser un lugar de paso de la droga y el control del puerto Lázaro Cárdenas en el Pacífico, punto de entrada de los químicos para las drogas sintéticas que han hecho millonario al CJNG.

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