La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, aseguró que alrededor del 70% de las denuncias por fiestas o grandes reuniones en unidades habitacionales que llegan al 911 son reales.
En ese sentido, recordó que el protocolo para inhibir la realización de fiestas en casas o lugares que operan clandestinamente tiene el propósito de persuadir a los vecinos para prevenir contagios de COVID-19 sin emplear la fuerza o imponer multas .
“Está el perifoneo y está la información. Yo diría que cerca del 70% de las denuncias que llegan por 911 son positivas: en efecto, estaban denunciando algún espacio o algún lugar en el que se realizaba una fiesta. En este 70% de los casos, a partir de la persuasión que hace la policía, que en realidad es con megáfono tocando la puerta para decir ‘Tengan cuidado. Estamos en semáforo rojo’, disminuye la fiesta y en muchísimos casos ya no se realiza”, aseguró.
En tanto que hay otro porcentaje de gente que denuncia y cuando llegan las autoridades al lugar reportado, resulta que sólo se trataba de sonido fuerte, más no de alguna reunión “puede haber un sonido fuerte en una casa y no necesariamente hay una fiesta”.
“Nuestro llamado siempre, siempre va a ser a la educación, a la participación, al conocimiento de las personas”, reiteró la alcaldesa, recordando los resultados de la encuesta elaborada por las autoridades capitalinas, en la que se reveló que una parte muy importante de los incrementos en la ocupación hospitalaria por COVID-19 fue por las fiestas decembrinas.
Por otro lado, cabe recordar que luego de que el pasado lunes restauranteros de la Ciudad de México se manifestaron bajo el lema “Abrimos o morimos” para ser considerados actividad esencial y así poder reabrir sus establecimientos que han permanecido cerrados desde el regreso al semáforo rojo, el gobierno capitalino llegó a un acuerdo en el que autorizó abrir este lunes 18 de enero, con el programa “Reactivar sin arriesgar”.
Esta reapertura gradual será escalonada. La primera etapa permitirá que los restaurantes reciban nuevamente comensales, pero únicamente en espacios exteriores, con un horario limitado y bajo las siguientes restricciones:
- Contar con una terraza y espacios al aire libre.
-Mantener una distancia de 1.5 metros entre las mesas y acomodadas en zig-zag con la finalidad de guardar la sana distancia.
- No más de cuatro personas por mesa.
- Pedirle al comensal que registre su estancia con un código QR que debe estar a la entrada del establecimiento.
-Realizar pruebas de COVID-19 tipo PCR a los empleados cada semana.
Cabe recordar que las autoridades capitalinas tomaron esta decisión con base en la encuesta mencionada anteriormente, donde se muestra que el 26% de contagios (la mayoría) se produjo en reuniones o fiestas en casa, el 12% en lugares de trabajo y 6% de vacaciones.
Y es que se suponía que el pasado lunes 11 de enero, la Ciudad de México y el Estado de México saldrían del semáforo rojo, no obstante, los mandatarios de ambas entidades decidieron ampliarlo.
Ante ello, varios restauranteros decidieron hacer caso omiso y anunciaron su reapertura con servicio de comida en sitio, pese a que no está permitido por el color de riesgo máximo de COVID-19.
Tras una serie de reuniones entre el gobierno capitalino y dichos restauranteros, se llegó al acuerdo detallado previamente.
MÁS SOBRE ESTE TEMA