Mientras el número de contagios por COVID-19 continúa en México, el personal de salud debe enfrentarse al cansancio acumulado a lo largo de estos meses, así como a otro tipo de dificultades derivadas de las malas condiciones de trabajo, como las que los médicos e internistas del Hospital General de Ecatepec, Estado de México, denunciaron y por las cuales han muerto seis estudiantes de medicina.
Este mismo hospital es donde se infectó y murió Jorge Alejandro López, médico interno de pregrado de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la UNAM, cuya hermana y compañeros acusaron que el fallecimiento se había debido a presuntas negligencias por parte de sus superiores, así como irregularidades en su protección, pues no contaba con el equipo necesario para ello.
Por estas condiciones, las autoridades universitarias de la UNAM, IPN y UAEM determinaron que el regreso a las instalaciones médicas por parte de sus estudiantes será hasta que el semáforo sanitario se encuentre en el color naranja.
Cabe mencionar que este no ha sido el único caso de consideración, pues a lo largo de la pandemia, otros seis estudiantes de medicina han muerto a causa de la COVID-19, mientras que otros 35 se han contagiado con la enfermedad, a lo cual se suma una nueva denuncia.
Y es que el sábado 9 de enero, una enfermera alzó la voz a través de redes sociales, en donde comentó que fue despedida de la institución médica a pesar de haber dado positivo al virus SARS-CoV-2.
“El compañero interno que lamentablemente falleció por las condiciones en las que estamos laborando, vivió algo muy similar a lo que viví yo. Me dijeron que yo estaba bien y que no tenía por qué esperar incapacidades”, contó la enfermera en plataformas digitales, en donde también narró la forma en que se infectó.
Según su relató, contrajo la COVID-19 al atender un parto de una mujer con la enfermedad sin el equipo de protección adecuado. Además de esas condiciones, dijo que cuando comenzó a presentar los primeros síntomas del padecimiento, le pidieron que continuara laborando hasta no tener un resultado.
Por su parte, el presidente de la Asociación Mexicana de Médicos en Formación, Jürgen Adam Sánchez, demandó a las autoridades no utilizar a los estudiantes a las áreas de alto riesgo e incluso denunció que existe un “abuso constante, exigiendo (que los internos) realicen acciones específicas y riesgosas bajo amenazas”.
En este sentido, Tania, una médico internista compañera y amiga de Jorge Alejandro, dijo al diario Reporte Índigo que el maltrato hacia los internos siempre ha sido un elemento común, pues ellos son vistos como el último eslabón dentro de la jerarquía que rige a los hospitales en el país.
“Nos hacen sentir menos que nadie y eso se notó más en la pandemia. No tenemos que rotarnos en urgencias, por ejemplo, esos ya son acuerdos previos con la Secretaría de Salud, pero si los médicos titulares te lo ordenan, no puedes decir que no”, dijo para el medio de comunicación.
Si bien la UNAM decidió retirar a los internos del Hospital General de Ecatepec tras el fallecimiento de Jorge Alejandro López, la comunidad exigió, por medio de un pliego petitorio, que los alumnos puedan contar con atención médica y tratamiento para ellos y sus familiares, además de acceso a la vacuna lo antes posible.
Entre otras de las solicitudes por parte de los internos para garantizar su seguridad durante la atención de pacientes COVID-19 se encuentran el acceso a equipo de protección adecuado y de calidad, además de que les proporcionen pruebas diagnósticas en cuanto sospechen de infección por el virus.
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