Christopher Landau, embajador de Estados Unidos en México, brindó una rueda de prensa en la que contestó numerosas preguntas en torno a lo que vio durante su función como parte del cuerpo diplomático estadounidense y externó un discurso de despedida a seis días de dejar el cargo que ahora ejerce.
En la conferencia de este 14 de enero se tocaron tres temas principales: el caso del general en retiro Salvador Cienfuegos, el tráfico de armas de EEUU a México y cómo se alteró equilibrio social entre las ciudades fronterizas a causa del COVID-19.
El embajador refirió que cuando tuvo conocimiento de la investigación contra el ex secretario de la Defensa Nacional ya no había ruta diplomática para resolver esto, pues, de acuerdo con las leyes estadounidenses, este caso era secreto.
“Cuando yo llegué a México como embajador de Estados Unidos en agosto de 2019, dos días antes de mi llegada hubo un indictment de la Procuraduría de Brooklyn, del Eastern District of New York, que están los cargos, la acusación oficial del Gran Jurado, eso es un tema secreto bajo nuestra ley, así que cuando yo llegué estábamos en la posición donde ya era demasiado tarde para compartir esto”, señaló.
Entendió que al pertenecer a naciones grandes, con un aparato burocrático igualmente grande y complejo en su composición, existieron demasiados filtros que alentaron una comunicación efectiva, por eso el gobierno mexicano desconocía esto.
“Ambos países, somos países grandes y tenemos gobiernos grandes, burocracias grandes, con muchos componentes distintos, que a veces no se comunican como lo debería de hacer entre sí, y francamente ese fue el caso, aquí con el caso del General Cienfuegos de nuestro lado, así que para mí fue es un asunto donde realmente, en cosas investigativas son muy cosas sensibles obviamente, y creo que tenemos que seguir buscando, entendidos sobre cómo se van a manejar estos casos para que no tengamos este tipo de sorpresa en el futuro”, dijo.
Por eso, ante la solicitud del gobierno mexicano de enviar a Cienfuegos Zepeda, las autoridades estadounidenses no establecieron sistemas condicionales.
“Es importante decir, destacar que nosotros devolvimos al General Cienfuegos sin condiciones, porque el fiscal revisó todo el caso y él decidió que en este caso realmente le correspondía a México en primer lugar tenemos que buscar formas de prevenir ese tipo de malentendidos y para enfocar todos nuestros esfuerzos en combatir el crimen”, afirmó ante los medios.
En cuanto al combate al tráfico de armas de EEUU a México para alimentar el arsenal de los cárteles de la droga, Landau especificó que hubo una negativa de la administración de López Obrador por extraditar presuntos comerciantes de armas a tierra azteca.
“Cuando vino el ex fiscal William Barr, él vino dos veces durante mi gestión, y en conversaciones con las autoridades mexicanas dejó muy claro que nosotros estamos dispuestos a extraditar a traficantes de armas que han sido detenidos en Estados Unidos y que se les busca en México. Nunca recibimos una petición de extradición durante mi gestión. Me dio mucha pena porque me hubiera gustado ver una extradición así”, aseguró.
El miembro del cuerpo diplomático del gobierno de Donald Trump explicó que los ciudadanos estadounidenses tienen garantizado el derecho a la portación de armas, para lo cual llevan un registro de control; sin embargo, el comercio y el lucro de esto con finalidad de dirigir armas al extranjero compone un delito, mismo que se investiga, persigue y sanciona en EEUU, pero en el seguimiento del caso, algo que tiene que ver con el gobierno de México, el gobierno federal no se vinculó en casos de extradición.
“Nuestra segunda enmienda protege o da el derecho a nuestro pueblo a tener armas, pero no hay nada en la segunda enmienda que tenga que ver con exportar las armas a otros países”, testificó, y agregó que tanto para EEUU como para México es prioritario acabar con este delito, pues ambos países sufren las consecuencias del combate frontal a las organizaciones dedicadas al crimen organizado.
Finalmente, en lo referente a la pandemia de SARS-CoV-2, el embajador definió como un tema que lo frustró, pues las relaciones internacionales se vieron mermadas para hacerle frente a la enfermedad; sin embargo, esperó que con la llegada de la vacuna este cerco sea por fin derrotado.
“Ha sido una gran frustración para mí, a mí me hubiera gustado abrir la frontera terrestre a todos los viajes ya hace rato, pero francamente la situación de salud pública ha sido muy delicada en esa región. Y ahora creo que está peor que nunca en ambos lados de la frontera”, reconoció.
“Espero que eso se pueda resolver ya con la vacuna. También va a ser muy importante que en ambos países tengamos programas de vacunación porque será muy difícil avanzar sin programas en ambos lados de la frontera”, cerró.
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