Vecinos de Texcaltepec, comunidad de Cuautepec de Hinojosa, Hidalgo, compartieron un vídeo en redes sociales donde se observa un cachorro de tigre deambulando sin precaución alguna por domicilios de la localidad.
En la grabación, se escucha a una mujer que reclama a dos jóvenes por la falta de precaución del resguardo del animal.
“Aquí está mi hija, me llamó llorando que su animal anda aquí, ¿y si la ataca o se come a mi perro?”, les reprochó.
En el primer video el cachorro de tigre hembra se ve trepado en la barda de un domicilio de un piso sin barandales o protección alguna, como si fuera un simple gatito, sin embargo cuando intentaron bajarlo de ahí con palos y cadenas, el animal salvaje se pudo a la defensiva, rugió y dio un par de zarpazos.
“Está brava güey”, le dijo uno de los trabajadores al otro al desistir de capturarla ante la reacción agresiva del felino.
Los denunciantes compartieron un segundo video, en el que el cachorro de tigre aparece ya dentro del patio de la vivienda del supuesto propietario, la cual, refieren, está ubicada a espaldas del kinder de Texcaltepec.
Minutos después, el cachorro se mostró más tranquilo, se lamió y no hizo daño a un perro chihuahua que tenía cerca a un metro de distancia ante el nerviosismo de la dueña de la casa y los presentes, luego se paseó por la casa.
Ante el peligro que representa el animal, los habitantes del lugar solicitaron la intervención de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales de Hidalgo (Semarnat), para que procedan al aseguramiento del felino.
A su vez, solicitaron que las autoridades competentes implementen operativos en la zona para el decomiso de fauna exótica, pues aseguran que, además de este cachorro, hay un tigre adulto; incluso, coinciden en que dentro de un domicilio del lugar se encuentra un cocodrilo.
Su posesión debe estar regulada con medidas de seguridad, con el fin de garantizar el bienestar de los dueños, vecinos y del propio animal.
La Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (PROFEPA) señala que no es posible que los ejemplares de vida silvestre se utilicen como mascotas o animales de compañía, pues esto, además de no estar autorizado legalmente, puede constituir un riesgo para la integridad física de las personas.
De acuerdo con la Ley General de Vida Silvestre, para poder tener en posesión un ejemplar como el mencionado es necesario mantenerlo en estricto confinamiento y acreditar su legal procedencia, lo cual es necesario que sea registrado dentro de una colección que forme parte de un registro y que se cuente con un Plan de Manejo aprobado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Alberto Tejeda Perea, especialista en comportamiento animal de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, explicó que los animales de fauna silvestre como mascotas poseen un alto riesgo para las personas.
¿Qué diferencia tienen con los animales domésticos? Un animal de este tipo es aquel que por una larga convivencia con el humano ha sufrido cambios anatómicos, fisiológicos y sobre todo conductuales. Los biólogos han planteado que la domesticación es parte de un proceso evolutivo.
Las especies domésticas como son los perros, los gatos, los cerdos, las vacas, las cabras, los borregos y las gallinas, entre otros, vivieron ese proceso. Aunque presenten conductas, en un momento dado, como la agresión, está más modulada.
¿Qué pasa con los animales que denominamos amansados? Son ejemplares que siguen siendo exactamente iguales que sus congéneres en vida libre, sólo que desde pequeños se criaron junto a los humanos y así han aprendido a modular su conducta, tienen cierta tolerancia hacia los humanos y permiten la cercanía.
Aunque hayan nacido en cautiverio y no han vivido libres, genéticamente tienen las mismas características de sus parientes del ambiente silvestre, sólo que bloquearon ciertas habilidades.
Un tigre en cautiverio puede ser tolerante y simpático mientras es cachorro, pero cuando llega a la madurez sexual sufre ciertos cambios. “Con suerte mantiene su tolerancia a los humanos, pero si se presenta algún estimulo podría desencadenar conductas que forman parte de su repertorio y resultar letales para quienes viven a su alrededor. Los mismos gatos que han pasado por un proceso de domesticación, de al menos 5 mil años, pueden dañar a las personas, imagínate cuando uno de los grandes felinos como los tigres, leones o pumas presentan una conducta como cualquier otro depredador: resultan letales”.
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