Ante los nuevos cambios en materia de seguridad y privacidad que WhatsApp implementará a partir del próximo 8 de febrero, los reflectores de la mensajería instantánea han apuntado a otras alternativas de aplicaciones que quizá hasta hace no mucho eran desconocidas para bastantes usuarios.
Entre estas nuevas opciones disponibles, la que ha venido escalando más alto es Signal, una aplicación estadounidense promovida recientemente por el empresario Elon Musk. Nació en 2013, cuando un grupo de activistas decidieron hacer frente a las corporaciones que no respetan la seguridad y privacidad informática.
Uno de los aspectos que la hacen una opción atractiva son los permisos. Si bien las tres tienen políticas razonables en este rubro, la ventaja de Signal (e incluso Telegram) sobre Whatsapp es que no condiciona al usuario a aceptar ningún permiso para poder hacer uso de la aplicación.
Whatsapp es la única aplicación que “obliga” al usuario a otorgar el permiso de acceso a los contactos, pues sin esa autorización es imposible iniciar una conversación en la aplicación, aunque sí es posible realizar llamadas telefónicas.
En cuanto al tema de protecciones de acceso (PIN, huellas, etc) resalta la opción que permite usar un PIN o contraseña para bloquear la aplicación en cualquier momento y evitar que alguien ajeno tenga acceso a los mensajes del teléfono.
Sin embargo, es importante aclarar que aunque las tres aplicaciones incluyen una función nativa para proteger los chats de ojos ajenos, después de que WhatsApp añadiera la protección mediante huella dactilar, en ninguno de los casos la protección viene activa de casa, sino que es el propio usuario quien debe activarla desde los ajustes.
En cuanto al cifrado, un punto muy importante para la seguridad, las tres aplicaciones usan de extremo a extremo. Pero mientras que WhatsApp y Signal usan el cifrado de extremo a extremo para todas las comunicaciones, en Telegram solo se usa en los chats secretos, que añaden otras funciones extra de seguridad como protección contra capturas de pantalla y mensajes que se autodestruyen.
Lo más importante de ese aspecto es que el cifrado ocurra por completo en emisor y receptor, sin servidores de por medio. Aunque las tres aplicaciones pueden potencialmente hacerlo, sólo WhatsApp y Signal lo hacen de forma transparente para el usuario.
Los metadatos, es decir, toda la información adicional que acompaña a un simple mensaje, representan un punto negativo importante para lo usuarios de Whatsapp. La aplicación recopila metadatos de sus usuarios como direcciones IP, fechas de uso, teléfono y modelo, operador de red, número de teléfono, identificador único de dispositivo, ubicación y contactos.
Signal es la única aplicación que reduce al mínimo los metadatos que guarda. Solo archiva la última vez que se conectó el usuario (el día, ni siquiera la hora) y el número de teléfono de tu cuenta.
Un punto en contra que tiene esta aplicación es que no deja elegir quién puede ver la foto de perfil y el nombre del usuario: por default se muestra a todo los contactos de la cuenta, a diferencia de WhatsApp y Telegram.
La nueva actualización de WhatsApp supone que la aplicación podrá compartir información personal del cliente con Facebook y otras plataformas del grupo de Mark Zuckerberg.
De hecho, los cambios coinciden con las nuevas etiquetas que ha colocado la App Store a la aplicación de WhatsApp, las que advierten que el servicio recolecta contactos, datos comerciales cuando se usa Facebook e, inclusive, la IP o dirección geográfica del usuario.
Además, se especifica que no solo se recopilará información del usuario principal, sino también de sus contactos o terceras personas.
En medio de esta controversia, las preferencias de los internautas se han dividido. Mientras algunos decidieron hacer caso omiso de las nuevas condiciones de WhatsApp, otros optaron por buscar mejores alternativas.
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