El incendio registrado en la subestación del Sistema Transporte Colectivo (STC) Metro en la Ciudad de México generó conmoción en el transporte que más pasajeros traslada en la capital nacional, de tal razón que las afectaciones operativas trascendieron a seis líneas de este servicio; sin embargo, este no es el incidente con mayor letalidad en él.
Hasta el momento se tiene el registro de que el siniestro ocurrido durante la mañana de este sábado 9 de enero, en las calles de Delicias y Luis Moya, tiene un deceso, el cual corresponde a una mujer policía de nombre María Guadalupe Torres Cornejo, quien falleció cuando trataba de huir de las llamas, reportó Myriam Urzúa Venegas, titular de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de la Ciudad de México.
Sin embargo, en el haber de la capital nacional existe el registro de un incidente 30 veces más mortífero que el ocurrido a principios de 2020 y se trata del histórico choque ocurrido en 1975 en la estación Viaducto de la Línea 2 sobre la calzada de Tlalpan en la actual alcaldía Benito Juárez.
Minutos antes de las 09:00 horas (Tiempo del Centro de México) del lunes 20 de octubre de 1975, las unidades 6, 8 y 10 del Metro salieron de la estación terminal Tacuba con dirección a Taxqueña. Dichas unidades salieron con minutos de diferencia; primero el convoy 6, después el 8 y finalmente el 10. Desde que inició su recorrido, la unidad 6 estuvo reportando fallas técnicas en casi todas las estaciones, lo cual la obligaba a detenerse más tiempo del debido en las estaciones a las que arribaba.
Tal fue el caso de su atraso que la unidad 8, conducida por Alfonso Sánchez Martínez, tuvo que quedarse estacionada durante un tiempo considerable en la estación Viaducto; sin embargo, Carlos Fernández Sánchez, chofer del convoy 10, no estaba enterado de esta maniobra, así que tras hacer parada en la estación Chabacano, decidió continuar con su recorrido rumbo a la estación siguiente (Viaducto), sin saber que esto ocasionaría la más grande tragedia registrada en los más de 50 años de historia del Metro.
De acuerdo con lo declarado por los operadores de las sub estaciones, habían indicado por el radio a Fernández Sánchez que se quedara en Chabacano; no obstante, él asegura que jamás recibió comunicación de la central, de tal modo que continuó con su recorrido. La velocidad que tomó con el convoy que conducía fue la velocidad con la que comúnmente se traslada en el STC, pues Carlos no tenía visibilidad de la siguiente estación, así que no tomó ningún tipo de precaución.
No fue hasta que el chofer del convoy 10 visibilizó a la unidad 8 aún estacionada en Viaducto cuando quiso frenar, pero los frenos no le funcionaron, de tal modo que, alrededor de las 09:30 horas (Tiempo del centro de México), la unidad 10 impactó a la 8 por atrás a una velocidad de 70 kilómetros por hora creando un gran estruendo que le robó la vida a decenas de personas e hirió a otras tantas.
El saldo final fueron 31 personas muertas y 70 heridos. Sorprendentemente, el chofer de la unidad 10 sobrevivió a la colisión, así que fue procesado por negligencia y homicidio culposo, pues los peritajes de las autoridades determinaron que el incidente ocurrió por falla humana.
Dos años después del choque Carlos fue sentenciado a 14 años de prisión, mismos que purgaría en el Reclusorio Norte; sin embargo, salió antes por buena conducta. En cuanto a la reparación del daño, los deudos de las víctimas señalaron que no recibieron indemnización alguna del servicio; sin embargo, esto no es comprobable, pues el expediente del caso se encuentra desaparecido desde principios de los dos miles, cuando una investigación periodística demostró la desaparición del oficio.
MÁS SOBRE ESTE TEMA